sábado, 27 de enero de 2007

Hielo en Gredos

26-27 de enero de 2007

En esta ocasión decidimos invertir día y medio en 'jugar' un poco con el hielo.

Como teníamos tiempo decidimos acercarnos a uno de los lugares donde se puede disfrutar de uno de los hielos de mejor calidad: a Gredos, concretamente, al Circo de Gredos.



Para el primero de los días el pronóstico del tiempo no era de los mejor, para el segundo mejoraba bastante.

Ya por la tarde nos acercamos como podemos a la Plataforma, llegamos allí sin problema, sobre todo gracias al vehículo que estrenábamos para estas ocasiones.



Ya en la plataforma, bastante desolada por cierto, nos apergañamos, y salimos camino al Refugio Elola.



El camino es bastante desagradable, hundiéndonos en la nieve, en algunas ocasiones hasta la cintura, saliendo como podíamos de estos atolladeros. Especialmente delicado es el cruce de la Laguna Grande. Inicialmente dedicimos cruzarla, pero ya metidos en ella, empezamos a notar que tenemos bastante agua en nuestras botas, escuchando incluso crujidos del hielo. Apretamos el 'culillo' (solo un poco) y decidimos volver como podemos a la orilla, acercandonos con mucho cuidada a las faldas del Morezón. Después de un momento delicado conseguimos salir de allí.

Al llegar al refugio, ya casi de noche, nos lo encontramos cerrado. Bajamos a la parte no atendida, donde conocemos a Jonás Cruces con un grupo que llevaba. Pasamos un rato agradable con ellos, compartiendo lo que llevabamos, con especial aceptación del orujo berciano que Buscasombras traía, hasta que alguien golpea la puerta: uff!! ya no tendremos que hacer 'picha-culo' (técnica para dormir lo más caliente posible ahorrando espacio de camino). Esta técnica quedará en el anecdotario uno-gradista para la posteridad.

Ya en el refugio, un caldito, unas lentejas calentitas, algo de carne, las correspondientes risas y comentarios para el día siguiente, ... y al sobre.

Estábamos en torno a 12-14 personas, el refugio recién abierto, allí hacía un frio que pelaba, la suerte ... al estar tan poca gente teníamos todas las mantas que quisiéramos.

Ya por la mañana, de nuevo desayuno calentito, nos ponemos todos los aperos, buscamos alguna zona de hielo bueno, azulito, duro, ..., y a jugar ...



Las vistas inmejorables ...

a un lado el Perro que Fuma (con disquisición filosófica sobre el origen de este nombre)



en frente el Almanzor ... una montaña muy muy bonita



seguimos jugando ...













Como siempre, después de todo el día queda el suplicio final: subir los Barrerones de vuelta (a mi me resulta soporífero, pero bueno, allí se pasa).

Ya en Hoyos del Espino, no olvidemos nuestro pequeño homenaje, por lo bien que lo hicimos ...



Trasgu.