jueves, 23 de julio de 2009

El 'roco de rivas'

23 de julio de 2009
Rocódromo de Rivas (Madrid).

Todo empieza un tiempo atrás cuando en una de esas salidas a la montaña, quizás en las Cabezas de Hierro, Buscasombras, en compañía de Trasgu y Xferaa, comenta:

"Tenemos que ir a ver el Roco de Rivas"

Xferaa no daba crédito a lo que estaba oyendo, en su vida se había visto en otra igual:

"¡¡Vaya nick guapo que me están poniendo estos!!" ¿Cómo se habrán enterada de mis habilidades ocultas? debía preguntarse para si mismo en aquel momento.

Pero nada más lejos de la realidad:

"Que no tiiío, que el 'roco' de Rivas no eres tu, es el Rocódromo de Rivas"

Después de todo aquello, la anécdota se recordo varías veces pero de ir al Roco, nada de nada.

Finalmente, aprovechando los calores veraniegos que por estas latitudes de dejan pocas opciones, decidimos aprovechar una de esas tardes que no tienes nada que hacer: ¡¡Vamos al Roco de Rivas!!

Aquí quedan algunas fotos de aquel día, con los tres susodichos trepando cual lagartijas pegados a la pared.

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas

Roco de Rivas


Además del recuerdo de anécdotas de nuestro maestro Manuel, allí quedamos un tanto asombrados de esa habilidad innata que Xferaa pareció descubrir en aquel momento: la escalada.

Ahora solo hay que prácticar (aunque solo sea de vez en cuando).

Después de todo, un bonito día, con las cervecitas y tapitas finales.

En cuanto a las instalaciones, mi opinión es que son bastante buenas, si bien no les vendría mal cuidarlas un poquito de vez en cuando.

Trasgu, 09

jueves, 16 de julio de 2009

Siete Picos (Sierra de Guadarrama)

Tiempo estimado: 4h (sin tomar las alternativas).
Desnivel: 500m (sin tomar las alternativas).
Nivel: Iniciación. La subida a los picos puede requerir algún paso comprometido, y en general se recomienda precaución.
Sendero de montaña abrupto.
Agua: Fuente en el Ventoso. Recomendable llevar agua.
Fotos: Galeria Guadarrama, Galeria Schmidt

Siete Picos Sur

Cómo cambian los objetivos. Cómo cambia la percepción del entorno. Al igual que nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad física nos hace percibir la montaña de muy distinta forma.
Continuando con la recuperación, y animado por los calores de esta época, decidí darme una vuelta por el macizo de 7Picos (Siete Picos) y el col. Ventoso, siempre haciendo gala de su nombre.
El macizo de 7Picos (Siete Picos) se sitúa entre el puerto de Navacerrada y el col. Ventoso, aunque en muchos casos en él se engloba al cerro Ventoso, extendiendo el macizo hasta el puerto de la Fuenfría.
Los tupidos pinares de su cara Norte contrastan con lo escarpado y descarnado de la cara Sur. Por ello, tras recorrer el cordal, el retorno lo haremos por el camino Schmidt que, manteniendo cota, recorre toda la umbría entre el pto. de Navacerrada y el col. Ventoso. Si nuestro objetivo fuese llegar hasta la Fuenfría, el Schmidt lo podríamos prolongar gracias a la senda de los Cospes con la que enlaza en el lado norte del Ventoso.
Sin la majestuosidad y elocuencia de la Pedriza, el cordal de 7 Picos (Siete Picos), además de en sus roquedos, tiene su mayor virtud en las vistas que ofrece sobre el resto de los macizos del entorno y de ambas mesetas. Al Este podemos ver la imponente silueta de La Maliciosa, con su característico Peñotillo; y a su izquierda veremos la descarnada falda del Guarramillas con las antenas de la Bola del Mundo y sus característicos radomos calefactados (ver relato de Trasgu en el que se describe el origen del nombre http://uno-gradistas.blogspot.com/2009/05/garganta-del-infierno-maliciosa.html). Al Oeste podemos destacar el Montón de Trigo que da paso a la Sierra de la Mujer Muerta.
El macizo de 7 Picos (Siete Picos) no ofrece dificultad técnica alguna salvo que pretendamos coronar sus cimas o queramos subir por los roquedos de su cara Sur. Aun así, en invierno convendrá extremar las precauciones por lo resbaladizo de las rocas y por lo difícil que resulta la orientación en el bosque del Norte al perderse las marcas de los árboles que marcan la ruta.
En una excursión por Siete Picos (7 Picos) lo normal sería partir del puerto y tomar la primera de las pistas de esquí que aparecen a nuestra izquierda una vez en la carretera que conduce a la residencia militar los Cogorros. De esta forma se alcanza rápidamente el alto del Telégrafo, y ya sin abandonar la parte alta de la montaña recorrer todo el cordal. Pero en esta ocasión me propuse hacer la mayor parte de la ruta por sombra, y como disculpa para ello decidí ver el estado de la subida por el arroyo del Telégrafo para enlazar en la Pradera de 7 Picos (Siete Picos) con el camino habitual.
Como alternativa, y así aparece en la foto 3D y en el mapa, se puede subir por la pista de esquí de fondo (fucsia).

Los Cogorros

Ruta
No sin cierto nerviosismo me visto y estiro (ahora es religión). Salgo con paso firme en dirección a los Cogorros. En la base de la pista de esquí que desemboca ante la puerta de la residencia parte el camino Schmidt, escrupulosamente balizado con puntos amarillos y en el que solo es posible perderse en los días de invierno en los que la nevada tapa las marcas y la traza del camino. Y surge la primera dificultad.
Y es que les tengo mucho respeto desde que hace años bajando de la legendaria Peña del Seo, en El Bierzo, me envistiera una vaca al verse amenazada por la cornamenta de mi bicicleta BTT. Ahora, justo en mi camino, allí pacían astifinas y con recelosa mirada unas “vaquitas”. Sin dejar de hablar (sólo que estaba), sin dejar de cantar me paseo entre ellas sorteándolas con cuidado. Puffff!!!!!
Ya andando como un hombre, tras cruzar el desvío de la pista de esquí de fondo y después de cruzar la pista de esquí del Telégrafo, tomaremos el camino de la izq. que surge en una bifurcación a 20 minutos desde el aparcamiento. Este camino, que nos llevará al arroyo del Telégrafo manteniendo cota, mientras que el camino Schmidt baja ligeramente.
Sin gran esfuerzo llegaremos a la vaguada del arroyo del Telégrafo, que en verano no lleva agua en superficie. Aquí comienza una subida intensa, pero breve, sobre un sendero apenas visible que transcurre por la orilla dcha. orográfica. Pasaremos dos depósitos de agua semienterrados y alcanzaremos rápidamente la pista de esquí que fondo.
Girando a nuestra derecha seguiremos por la pista-vereda (primero en dir. O y luego, tras una cerrada curva a izq. en dir. E) hasta la Pradera de Siete Picos, desde donde siguiendo los hitos alcanzaremos el séptimo pico por el habitual y abrupto camino de montaña que serpentea entre pinos (sendero de escalones rocosos y tierra).
Nota: En la zeta de la curva antes mencionada surge una senda muy perdida, balizada con puntos azules, que tras mantener cota desciende en busca del camino Schmitd.
Durante la subida disfrutaremos de las vistas de ambas mesetas según nos acerquemos a una u otra vertiente.
Alcanzada la redondeada loma que da comienzo al cordal, busco los primeros pasos para subir al Séptimo pico. Marcados por el paso de los montañeros aparecen claros sobre el gris de la roca. Ayudándonos con las manos, tras unos primeros escalones vamos dando vuelta al pico rotando a la izq, hasta alcanzar el vértice geodésico. Allí me encuentro una nudista sorpresa con gran conversación. Tras fotos emprendo el descenso comprobando que unos meses de parada le hacen a uno perder soltura en esas operaciones.
Nota: Conviene prestar atención al camino de subida para no complicar la bajada.
Continuando por el cordal en pocos minutos llego a la base del sexto. Busco el diedro chimenea ligeramente tumbado que da acceso, sin ningún compromiso, a las rocas por las que ganar la cima. Saliendo del diedro encaro la roca que a la derecha custodia el acceso. Tiene forma de menhir, de los de Obelix, de unos 3 metros de alto y actúa de puente entre la roca sobre la que me encuentro y las de la cima. Tras unos titubeos sobando sus redondeces (que malo es el parón) lanzo la pierna derecha a la roca opuesta y me alcanzo al otro extremo del un agujero. Las vistas son las mismas que tendríamos si nos asomáramos ahora a una vertiente, ahora a otra, pero todas juntas, y es un poco más divertido si se sube.
Tras descender ganando confianza en cada paso, continúo con el recorrido del cordal subiendo alguna que otra roca hasta alcanzar el col. que hay entre el tercero y el segundo. ¡Qué bonita es la vista desde la ventana que se abre en el segundo sobre el valle de la Fuenfría! (aparece en la portada de algunos libros de Domingo Pliego)
Desde aquí desciendo al N para alcanzar la pradera del col Ventoso y descansar un poco.













Desde el 2º Pico (Macizo de Siete Picos)
Desde el 2º Pico (Macizo de Siete Picos)
Collado Ventoso

Galeria Guadarrama



El Camino Schmidt
Desde que ese cantinero le diera su nombre a base de hacer camino entre Cercedilla y el puerto con víveres a lomos de mulas, el Camino Schmidt ha sufrido algunos cambios, llamémosles, naturales. No hemos necesitado muchos años para ver como la caída de árboles o el efecto de cursos de agua han hecho que el camino, que no olvidemos se hace al andar, modifique su curso arriba o debajo de una forma nada sutil.
Pero es que ahora estamos ante algo importante que cambiará su faz para siempre. Las autoridades del Parque Natural están “arreglando” el camino.
Mi sorpresa comienza cuando tras el habitual merecido descanso y la consiguiente autocomplacencia (siempre es así) en el col Ventoso empiezo a escuchar un motor en la lejanía del bosque.
Adentrado en el bosque unos 50 metros se escuchan voces y algún que otro relincho. En un recodo me topo con una excavadora removiendo rocas y suelo, formando un cierre tipo jardín. Recuas de mulas traen sacos de tierra para nivelar el terreno. Allí donde las rocas molestaban son trituradas, picadas, desmenuzadas. Más adelante una hormigonera ayuda con su mezcla en la labor de afianzar las piedras que formarán pasos de agua, pequeños puentecillos sobre los arroyos, etc.
Resumiendo, el Camino Schmidt está siendo arreglado.
No sé que opinar sobre el tema. Me siento como el orwelliano protagonista de “Subir a por Aire” que en su opresiva realidad ve cómo cambia su mundo y deja de ser suyo (claro, sin el ambiente de preguerra). Por un lado se pierde el pasar sobre raíces, rocas y riachuelos, sintiéndonos en un entorno salvaje. Pero lo cierto es que el aumento de transeúntes que ha sufrido en los últimos años ha provocado un deterioro manifiesto visible no solo en la proliferación de puntos blancos en sus márgenes, que al acercarnos vemos que son clínex usados.
El arreglo del camino puede suponer el encauzamiento de los excursionistas además de favorecer el acercamiento o toma de contacto para otros, ya ahora este camino es accesible incluso para personas con baja movilidad.
El “campo” se aleja.



Galeria Schmidt

lunes, 13 de julio de 2009

La Pedriza posterior y el Puente de los Pollos

Tiempo estimado: 4h (sin tomar las alternativas).
Desnivel: 500m (sin tomar las alternativas).
Nivel: Iniciación.
Sendero de montaña poco abrupto.
Agua: No/No potable.
Fotos: Galeria La Pedriza del Manzanares

En la mitad del camino, parar para mirar, nos permite ubicarnos mejor y sacar mayor provecho de cada esfuerzo, pero sobre todo nos ayuda a conocernos mejor y nos sitúa en nuestro contexto.

Todo un clásico de iniciación en la Pedriza. Ruta de fácil orientación, desnivel contenido y, sobre todo, sin grandes escalones o piedras (excepto en el último tramo de subida al Puente de los Pollos). Todo lo que necesita alguien que sale de una lesión y ha de recuperar confianza.

La ruta parte del aparcamiento de Canto Cochino atravesando el puente de madera sobre el Manzanares que hay en la parte baja del aparcamiento. A los 30 metros tomamos la PR-C1 que parte a nuestra izquierda con marcas amarillas y blancas, y que en esta ocasión seguiremos hasta el col. del Cabrón.
Esta senda recorrida en su totalidad es la forma más completa de ver en apenas 10 horas la Pedriza Posterior y Anterior, (8h si lo acortamos por el col de la Dehesilla, pero perdiéndonos la zona del Yelmo).

De Canto Cochino al Col del Cabrón el camino transcurre entre pinos y jaras, que junto con las arizónicas regalan nuestra nariz con penetrantes aromas. El camino está bien balizado y muy transitado.



Ya en la ladera Oeste del Cancho de los Muertos (dir. N), y tras salir temporalmente del bosque, se llega a unas rocas desde las cuales se puede atisbar la zona de la Charca Verde en el fondo del valle, en el Manzanares. Estas rocas marcan el punto desde el cual se puede alcanzar en poco más de 5 min el conocido risco de El Cáliz por un sendero tímidamente balizado que el paso de los senderistas mantiene abierto. Si el cáliz ha sido nuestra opción lo mejor es que, manteniendo la dirección y siguiendo algunos hitos dispersos, vallamos a buscar el camino antiguo que sube por el Cancho de los Muertos y así alcanzar el Col. Cabrón sin perder altura.
En caso contrario, la PR-C1 continúa subiendo cómodamente y sin pausa entre bosques de pinos que esconden cantos con curiosas formas, pero en ocasiones alejados del camino.

El Cáliz

El Tolmo

Hacia los 35min desde Cantocochino veremos que por nuestra izq. se une una senda que sube desde el río. Nosotros seguiremos subiendo hasta alcanzar el Col del Cabrón en 45min a 55min.
Este punto, autentica encrucijada de caminos, es un lugar ideal para un descanso, aunque desde hace algún tiempo no goza ni de la soledad, ni de la higiene deseable. En este punto se une a nuestro camino la senda que sube por el Cancho de los Muertos desde Cantocochino (entra por la parte E desde el S), y el zigzagueante sendero que sube desde el GR10 cerca del ref. Giner de los Ríos (al E y visible si antes bajamos unos metros poco en anterior en dir. S). De aquí parte la PR-C1 en la parte O y en dirección norte en su recorrido por los riscos y partes altas, y la senda ICONA desde la parte E y también en dir. N.
Esta senda que discurre por la ladera derecha (E.) sigue subiendo de una forma un poco más abrupta que hasta el momento, pero con gran comodidad. Ahora no hay tantos árboles que nos protejan del sol, pero por el contrario se nos ofrecen múltiples puntos por los que asomarnos para otear los riscos, el valle y la progresión de escaladores y buitres.
A nuestros pies veremos el canto del Tolmo, y en frente (E.) el risco del Pájaro, por destacar algunas de las maravillas que enmarcan el imponente Yelmo a nuestra derecha y a las Torres de la Pedriza a nuestra izquierda.
Si giramos nuestra cabeza en dirección NO podremos ya ir divisando, debajo del risco de Tres Cestos, el fabuloso Puente de los Pollos con sus 12 metros de luz.
Puente de los Pollos Canon EOS 300mm
Puente de los Pollos Canon EOS 120mm
El sendero sigue subiendo con pequeños escalones y atravesando cortos bosques en los que se pierde un poco, pero de los que siempre se sale por su parte superior.
Sin grades esfuerzos alcanzaremos un punto marcado por unas rocas voladizas de unos 3 metros de altura, en un momento en el que comienza un suave descenso. Este es lugar donde confluye el sendero que baja desde col de la Romera y el PR-C1, y es también el punto que marca el principio de los Llanillos.
Desde aquí, en unos pocos metros alcanzamos la vereda que nos lleva al Puente de los Pollos en no más de 10 min. Su principio aparece claramente marcado por una roca baja, oscura y no redondeada (una rareza en la Pedriza). El sendero está “hitado” y suele tener muestras de tránsito.
Es fácil subir a lo alto del puente si subimos la rampa que hay bajo el arco y doblamos a la derecha, buscando unos cortos escalones en la roca (ojo al descenso si no estamos familiarizados).
El descenso a Canto cochino lo podemos hacer por el mismo camino o bien podemos bajar los Llanillos hasta alcanzar Cuatro Caminos para bajar por la PR2.
Alternativa recomendable es continuar la senda bajando por los Llanillos hasta alcanzar el sendero que baja desde el col. Ventana, tras atravesar el curso de agua del mismo nombre.

Para terminar, he de decir que hacía tiempo que no vivía esta ruta, que hace un año me hubiera referido a ella como “actividad”, con esta intensidad y profundidad de sentimientos.

El Pájaro Canon EOS 300mm
El Pájaro
El otro pájaro
El Pájaro: Escaladores
Peña de Sirio: Escaladores en el filo

Las otras cimas

¡Oh excelso César! ¿Tan abatido yaces? ¿Todas tus glorias, conquistas, triunfos y despojos se han reducido a esto?
Julio César (Shakespeare)

Ahora veo el final de un largo túnel, oscuro y solitario. Hasta hace unos meses era impensable que pudiera llegar a perder mi ilusión montañera. Sentir hastío por planes, noticias, reportajes, fotos y conversaciones. Todo un apagón a “la montaña” que, sin ser consciente, era quizás una forma de defensa psicológica. Un ay! Por no poder sentir, compartir, disfrutar lo que casi es un vicio. Un intento de olvidar que la montaña sigue ahí. Durante este tiempo uno ha llegado a plantearse muchas cosas. Algunas sobre la edad (soy el mayor de los uno-gradistas), otras sobre los excesos (deportivos) cometidos, y/o sobre muchas cosas varias que no hacen más que minar la moral y te devoran el interior (lo normal habría sido escribir que me devoran el alma). Hace unos 4 meses que me terminé de lesionar.

No se trata de una lesión épica, de las que te convierte en “experto montañero” (que todos lo somos si llegamos a salir en un telediario junto con los GERA), sino que es una lesión por acumulación de ejercicio, que tradicionalmente sólo había escuchado que la padecieran futbolistas. Resumiendo, que he tenido una pubalgia, que traducido a mi caso, ha implicado las inserciones musculares y músculos del muslo, bajando hasta la rodilla (con especial mención al grupo muscular de la Pata de Ganso). Al final de la recuperación se han hecho notar MUCHO los aductores y fascia-latta en su zona media (entraré en detalles por si a alguien le puede ayudar).
Al principio temes lo peor. Tras el reposo habitual cuando hay algún dolor de una o dos semanas, ves como no mejoras e incluso empeoras. Dolor constante en rodeando la articulación que no cesa hasta unos minutos tras finalizar el ejercicio. Tras cada momento de ilusión sobreviene el varapalo del regreso de un dolor que en ocasiones percibes como escozor. Aparecen las comeduras de tarro y en el entorno percibes cierta incredulidad sobre tus males. Pero te duele incluso sentado, incluso viendo la TV, incluso quieto. El dolor no te impide moverte, pero no desaparece. Por la zona que es, temes algún problema óseo, de los que te retiran.

Con un susto constante y después de dos meses de mortificación decidí acudir a un especialista, un fisio deportivo, que me ayudara. Que me diera diagnostico, tratamiento, empezara la recuperación. Creo que es lo mejor y único recomendable respecto de un dolor que no cesa.

El beneficio: La tranquilidad basada en un diagnostico y la definición de una ruta de recuperación que te llevará a la salida del túnel. Según el fisio este tipo de lesión se produce por exceso de trabajo sin descanso sobre una misma zona muscular, como es el resultado de practicar montaña, BTT y correr, pero todo ello junto con falta de estiramientos antes y después de los ejercicios. He tardado, pero ya he tenido que reconocer que los aconsejan tienen razón.
Parece que otro factor que ha podido ayudar, según unos u otros, deriva del hecho de que la lesión implica músculos destinados a la estabilización de la rodilla. Así, correr por terreno embarrado, que con las lluvias de este año era lo normal, fomenta este tipo de lesiones al generar trabajo para mantener las piernas debajo del cuerpo (lo que menos finamente sería evitar despatarrarse).

La recuperación ha consistido en masajes semanales (bastante dolorosos), estiramientos y BTT suave como ejercicio para mantener el tono muscular. ¡Menos mal que podía quemar algo de energía con el BTT!.
Ahora, después de más 300km de rutas suaves y de anillo ciclista, distribuidos en tres sesiones de 10, 15 y 25 km por semana, empiezo otra vez a hacer montaña, aunque nunca dejase de subir a ella. Porque hacer montaña es sentir libertad.

Dolores
Dolor tumefactante y, en ocasiones, durante el ejercicio intenso, sobre todo al tacto, en zona inguinal, púbica, músculo piramidal, a lo largo de parte superior y media de la fascia-latta y de los músculos del grupo llamado la pata de ganso.

Plan semanal
El plan semanal implicó una rutina de una sesión de masaje y dos o tres sesiones de ejercicio, creciente en intensidad y duración según la progresión observada.
1. Lunes, sesión de masaje.
2. Miércoles, sesión BTT de rodadura, terreno fácil, de 10 a 12km.
3. Viernes, sesión BTT de intensidad baja-media, terreno fácil, de 15 a 20 km.
4. Domingo sesión BTT media, terreno medio (pistas de montaña y senderos no técnicos), 50% del esfuerzo habitual.
Antes y después de cada sesión de ejercicio se realizaron estiramientos de los grupos musculares implicados en la lesión.

Durante las primeras semanas la evolución fue inconstante debido, en parte, a la dificultad para adecuar el nivel de ejercicio de mantenimiento del tono muscular.


http://tec.fctarc.org/estiramientos.pdf
http://www.estiramientos.es/
http://www.4pipas.com/entrenamientos/tabla_estiramientos1.gif

sábado, 11 de julio de 2009

Prau del Fontán, Fontanes y Puerta de Arco (Ubiña)

En esta ocasión, después de diversos apaños, quedamos en Torrebarrio: Lito, Marce, Amilto y yo. El dia anterior decidimos dar ‘un paseo’ por el macizo de las Ubiñas, ya veríamos por donde.

El viernes por la noche, repasando las distintas posibilidades, hay una que me llama especialmente la atención: la subida al Prau y los Fontanes. Para no volver por el mismo camino de vuelta se tendría que seguir la senda de las merinas, hasta buscar la salida a Torrebarrio (yo había visto el Ronzón).

Una vez que llegamos a Torrebarrio, a eso de las 8:15, después de las pertinentes presentaciones se plantea que ruta realizar: ‘a nosotros nos gustaría subir a los Fontanes’ comentan Marce y Lito.





No me podía creer lo que estaba oyendo: vamos para allí!! A Amilto también le parece una buena opción, con lo que todo se aclara en un minuto.









En aquel momento todavía no era consciente de algo muy importante: llevaba a dos grandes maestros del macizo de la Ubiñas.

Ya en el camino de subida, por allí por las Peñas del Aguila, Llandanay, … empiezan a relucir todos los picos del cordal: “mira allí tienes el Prau, los Fontanes, … -estos ya me los había localizado- después el Siete, Los Castillines, con el tercero de una dificultad ya considerable, la Puerta del Arco, el Prau Capón, ….



… si miramos para atrás podrás ver Los Bigaros, La Farrapona, aquel que destaca … el Ferreirua, por allí, las Peñas Traspando, ¿aquella es Peña Redonda?, la Loma, el Morronegro asoma por allí, … ahhh!! al fondo el Montihuero, Peña Orniz, …, aquel cordal que ves al Sur … también es muy bonito”



Buff!! Vaya repaso, parece que Lito y Marce están al dia.
Después de una subida agradable llegamos al chozo, próximo a la Peña la Becerrera. Allí haremos una pequeña parada para afinar todo de cara a la subida al Prau. Algunos tenemos algún problema con los bastones finalmente resuelto.







Ya en la subida a la Horcada del Fontán, el pedreru se hace llevadero, demostrando Lito y Marce toda su juventud desviándose para hacer alguna trepadilla de esas que parece que te sacan de la monotonía en la que el pedreru te va hundiendo. Amilto marca el ritmo en todo momento (como no tenía cámara … je je)







Cuando sales de la trepada, te piensas que ya estás llegando a la Horcada pero todavía queda un tramo bueno. Allí encontraríamos a Joaquín y Asun, leoneses actualmente ubicados en Navarra, después de todo bastante ‘cercanos’ a La Ciana, con relaciones comunes. Llegarían con nosotros hasta la cima del Prau, donde Joaquín, dejándose llevar por la situación en la que se encontraba decide sacrificar los ‘garbanzos’ de su madre por ‘aprovechar un poco más el paseo’: “ya que hemos llegado hasta esta altura …” indicaba Lito dejando ver sus preferencias.







Vamos a los Fontanes, después de pasar la pequeña arista y la ‘trepaduca’ que separa el Prau de los Fontanes, estos los alcanzamos fácilmente, sin ninguna dificultad. Sorprende la cumbre Sur, con su pared Oriental: “¿será un grado 7?” preguntaba Lito. A mi si me lo parecía.









Allí en el Fontán Sur con dos asturianus nos reímos un poco: “Quies quitate oohhhh … Pande vas, oh vístelos?? … Cagon mi madre! ….” Después los veríamos por el Pasu Malu (que como decía Marce, “por algo lo llamarán así”).





Las vistas desde los Fontanes: espectaculares, sin más. Desde allí divisamos Peña Santa, el Fariñentu, Siegalavá, …



Después de entretenernos un rato en los Fontanes decidimos seguir: “¿para donde?” “Mira –decía Marce- por ahí baja el Canalón del Buey, para después en aquella canal pasar los Puertos del Portillín, desde allí a la Puerta del Arco es poco, esa es la Senda de la Merinas”. Todos los que allí estábamos nos mostramos encantados, difícilmente habríamos tenido una oportunidad como esta de conocer este cordal.



El Canalón del Buey, aunque muy descompuesto, se baja con facilidad, eso si, sin prisas, mucho cuidado con las piedras. Allí nos despediremos de los dos asturianos (de Mieres), aferrados a la piedra en el Pasu Malu como si les fuera la vida en ello.







Con alguna que otra precaución atravesamos algún nevero para plantearnos la subida a los puertos del Portillín. Todavía a estas alturas de año, los crampones hubieran venido bien para este tramo. El nevero, muy helado, dificulta la subida, por lo que nos salimos a la roca por la izquierda, donde cada uno como puede trepa hasta arriba: “Ufff!! este parece que fue el paso clave del día”.

Yo había leido que por aquí transitaban las ovejas en trashumancia: tendría que verlo!! aquí el pastor pierde la mitad de ellas!!

Ya más relajados, viendo los Castillines desde abajo, por la Cinchas del Piamon paramos a tomar un bocado. Todos agradeceremos el caldo con el que Lito nos agasajó … no podía estar mejor, y esos ‘zumos’ con los que Lito y Marce competían. Allí Amilto nos intentaría convencer con sus disquisiciones filosóficas, …



Ya amenazados por la niebla, emprendemos de nuevo la marcha hacía la Puerta del Arco, penúltimo de los elementos del día. Todos quedamos sorprendidos por ese pequeño rincón en medio de estos riscos.









Una vez que bajamos a ‘los Llanos del Fontan’ se agradece la fuente que mana de allí. Allí nos refrescaremos antes de bajar definitivamente a Torrebarrio, donde nos despedimos hasta la próxima, como iba a ser de otra forma, con el correspondiente par de cervecitas que debe cerrar una buena jornada de montaña, comentando, como no, la grandeza de estas.





Trasgu, julio 2009