martes, 27 de septiembre de 2011

Pico de la Miel: Vía Rivas-Acuña (Vº-150 m.)

25 de septiembre de 2011.

“Si sale, sale. Si no sale, hay que volver a empezar. Todo lo demás es fantasía” (Eduard Manet).

Hay días de montaña que se te quedan marcados para la posteridad como uno de esos días bonitos donde disfrutas de la montaña, donde encuentras algo especial.
En este caso era mi reencuentro con las cuerdas. Por motivos que no vienen al caso, hacía algo más de un año que tenía las cuerdas “aparcadas”, “olvidadas” en algún rincón del garaje. Hoy volvería a “tocar cuerda”.

No tenía prevista ninguna salida, pero a mitad de semana recibo un correo de “un tal” Raulo, la panda montañera, comentando que Koko y JBlas tenían previsto acercarse este fin de semana a La Cabrera. Era una buena oportunidad para, al menos, pasar a saludarlos y hacer lo que se pudiera.

Finalmente, “se me alinean los astros” y consigo “encajar” esta salida del domingo. Allí volvería a ver qué pasaba, seguro que algo bueno.

Ya a los pies del Pico de la Miel, a la vera de una cafecito, conozco a Iván, Raúl, Dani, Cesar, Ana, Rodrigo y Laura, todos ellos, junto con Koko, venían a lo mismo, a escalar. JBlas nos falla, una pena, me hubiera gustado saludarle. Yo inicialmente no tenía compañero de cordada, venía “colgado”, no obstante, pronto ocupo el lugar de Fafi que por algún motivo tampoco pudo venir.



Las cordadas y los objetivos quedan hechas allí en el café: Raúl subiría la Piloto con Koko y Ana, Dani y Cesar la Ezequiel, Iván me dice que subimos la Rivas-Acuña (“¿qué nivel tiene?” es lo primero que le pregunto), Rodrigo y Laura deciden venirse también con nosotros.



La aproximación entre charlas, bromas y comentarios diversos se hace ligera, para unos más que para otros. Lo de Iván, mi compañero de cordada es llamativo, allí sube “echándose un cigarrín”, literalmente, eso es lo que se dice “ir sobrao”. En dos cigarros, eso si, de liar, estamos en la base.

Ya en el inicio de la vía Iván me la describe: son cuatro largos, IV-IV+, con algún pasillo más comprometido que pude llegar al V. Dos puntos clave: la primera chapa con un paso fino y la travesía al final del segundo largo.



Allí vamos a ello, la verdad es que desde el principio me siento cómodo, voy bien a pesar el tiempo que hacía que no “subía” en la cuerda, con Iván me entiendo bien, me da confianza, desde el principio tengo la impresión de que hoy toca “disfrutar” de esta vía.

Así, vamos enlazando los largos, cada uno de ellos distinto al anterior.

El primero, con ese paso fino en la primera chapa, “estamos a 3 metros del suelo, aquí no me mato”, pienso, estoy no había hecho nada más que empezar.



El segundo, caracterizado por un paso en babaresa que te deja “a los pies” de la travesía, travesía “sin manos”, sin agarres, donde debes confiar ciegamente en tus pies, que te sujetan a cualquier grano de arroz que puedes pillar. Por abajo, uno se puede encontrar dos, tres chapas, doy fe de ello, Iván lo pasa por la parte superior, con algún fisurero. Quizás por abajo, aún siendo más sucio, fuera más fácil.













El tercer y cuarto largo discurren a lo largo de una chimenea. Yo la disfruto a lo grande, me encanta, voy cómodo, lo voy pasando muy bien. Iván … fumándose otro en la reunión, para el esto era pan comido.









Así llegamos al final, donde después de buscar una pequeña trepada para salir a la cima, nos encontramos con Raúl, Koko y Ana que habían completado su Piloto. Felicitaciones mútuas, algún comentario sobre lo sucedido, sensaciones percibidas, foto para los Carrouchos con Estrella Galicia, y vuelta para abajo donde nos esperaba alguna que otra cervecita con una conversación de los más entretenida sobre la “historia” de la escalada y el material usado. Koko nos instruye bien sobre algunas de estas curiosidades: “Koko, ¿tantos años tienes?”. Un rato bonito.





Al final… un bonito día de montaña, de esos que se te quedan marcados por todo lo que disfrutas, un día de los buenos.






Solo queda agradecer a Iván el haberme enseñado esta bonita vía, además de su grata compañía.

Espero coincidir con vosotros en alguna otra.

Trasgu’2011.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Senderos de Cercedilla: Calle Alta y las Berceas

"Nada habría podido suceder si alguien no lo hubiera imaginado", Reinhold Messner

Uno puede caer en la tentación de creer que lo conoce todo. Que domina el medio. Que sabe lo que hay en cada rincón. Pero se te ocurre un leve cambio, una mínima improvisación y pluf!!!!. Una mañana fantástica de montaña en un sitio del que no esperabas nada especial. Otro cúmulo de sucedidos más para ese rincón que, como proponía Trasgu en el “cuento”, nos ofrece de forma mágica un refugio romántico, en el que todo puede ser. Uno siempre puede encontrar lo nuevo en algo que creía de sobra trillado. Y en cualquier caso, nunca es igual.
(Disculpadme, me pongo denso cuando estoy lesionado)

En esta ocasión, inspirado por una ruta publicada en el blog de Toñi-sigue-el-sendero, nos dirigimos a Cercedilla para subir a los miradores con la idea de recorrer la ladera de las Berceas siguiendo primero las zetas y luego bajando la Calle Alta, y buscando en general senderos y caminos alternativos y divertidos. Como plato introductorio tendríamos el valle de Navalmedio.

Los montes de Cercedilla, son uno de esos parajes que nos ofrece la serranía de Guadarrama que son todo un tesoro. Se mantienen casi sin tocar desde que el puerto de la Fuenfría, paso milenario entre las mesetas, cayera en desuso al trazarse el puerto de Navacerrada que se finalizó durante el reinado de Carlos IV. Los fines de semana miles de excursionistas recorren los senderos que surcan sus bosques adornados de berrocales buscando y siguiendo principalmente los restos de la calzada romana.
Nota: En realidad lo que se conoce como la calzada, con sus grandes losas de granito, es una remodelación realizada a principio del siglo XVIII. Fuera de la subida habitual, entre el Puente de la Reina y la rampa final al puerto, se han recuperado unos tramos de verdadera calzada.

A poco que uno se salga de lo establecido se topa con nuevos rincones, distintos caminos con encanto, tupidos grupos de pinos, surcados por arroyos cantarines y, en este caso, rápidos senderos por los que disfrutar de una bicicleta de carácter “divertido”.
Así, esta ruta transcurre por senderos que no son complicados ni física ni técnicamente. Que como mucho nos exigirán un poco de temple en las subidas lentas y confianza en las bajadas pedregosas (piedras sueltas, raíces, troncos). Algunos tramos técnicos lo son por lo roto del terreno, pero son cortos y es fácil evitarlos. Todas las dificultades se ven y se anticipan sin problema.



La ruta en datos
* Distancia: 30.5 km
* Desnivel: 755m
* Dificultad física: Media baja.
* Dificultad técnica: Media-baja. Confianza en las suspensiones.
* Agua: mucha, pero son cursos de superficie. Bajando la Calle Alta en el primer tramo hay una fuente. En la zona de las Dehesas (valle de la Fuenfría) hay una fuente.
GPS track: Larcos



La ruta.
La ruta sale de Cercedilla en dir. E al embalse de Navalmedio a donde llegaremos por senderos (GR10). Tras un par de fuertes y cortos repechos saldremos a la pista que enlaza con el camino del Calvario, que hemos de seguir hasta enlazar con el sendero, que sale a nuestra izq. hacia atrás, que vuelve en dir. Cercedilla pasando cerca del Risco de la Majadilla Verde (dir. Cercedilla).

Llegando a Cercedilla el sendero se precipita al río Pradillo, pero por lo roto de la bajada (era un patatal) decidimos seguir la senda hasta enlazar con el camino que baja siguiendo el cauce. Resulta más agradable.









Desde este punto comienza una corta subida que nos deja en unos falsos llanos que se dirigen a la zona de Camorritos para cruzar las vías del tren. Tras una corta subida se ha de tomar un sendero que sale a nuestra izq. hacia atrás. Los primeros 50 metros están un poco “enxebres” pero luego se convierte en una sucesión de falsos llanos que nos conducirán hacia la parte alta de Camorritos y luego a la ladera de las Berceas. Será muy difícil dejar de disfrutar en esta zona de bosque surcada por la senda que apenas presenta dificultades o desniveles.


En las inmediaciones de las Bereceas alcanzamos la Calle Alta en un tramo que puede asustar después de la placidez de lo anterior, pero que tras recorrerlo tendremos de decir que lamentablemente es muy corto.
Subidos unos 30 m la subida se suaviza en pendiente y en firme y alcanzaremos las zetas sin problema y sin darnos cuenta, aunque con ansiedad por el disfrute. Lamentablemente presentaban muy pocas dificultades salvo escaloncitos formados por las raíces, pero siguen siendo disfrutonas.
Llegados al rio cruzamos la valla, bajamos un poco por la orilla izq., cruzamos el puente y subimos a la carretera que nos llevará por delante de Casa Cirilo a la Carretera de la Republica para subir a los miradores.

Tras disfrutar de las vistas desde los miradores bajamos hasta el principio de la Calle Alta para realizar su bajada, una de las más largas de la zona y directa al pueblo sin tocar asfalto.
Tendremos tramos rotos de piedras, raíces (pocas), escaloncitos, etc. No es complicada ni difícil, pero mantiene un cierto grado de entretenimiento y hay que estar atentos. Es la mejor forma de bajar a Cercedilla desde los miradores, salvo para los muy amantes de los pilones.












Buscasombras 2011

martes, 13 de septiembre de 2011

Sierra de Valverde: Picu Torres.

"Gusta más la preparación que la función" (Anónimo)

10 de septiembre de 2011

Fue hace algo más de año y medio, cuando camino de la Peña del Viento una montaña captó mi atención. En aquel momento, desconocedor de la zona, le pregunté a Niblap de que montaña se trataba: era el Picu Torres.



Se trataba de una montaña esbelta, con una bonita silueta y sobre todo… con un corredor muy atrayente. “Se puede hacer”, recuerdo que por aquellos días me respondía Niblap a mis preguntas sobre este corredor.

Desde entonces la he tenido en la cabeza hacerle alguna visita, acercarme a ella para comprobar cómo era. Por unos motivos u otros, como suele ocurrir en muchas ocasiones, esta visita se fue retrasando en el tiempo, pero no caería en el olvido.

Este fin de semana no tenía plan de antemano, no había ruta prefijada, barajo distintas opciones, finalmente decido que había llegado el momento de ir a ver el Picu Torres. Por cercanía me intentaría llevarme todos los alrededores: La Ventanona, el Pico Valverde y la Peña la Capilla.





Tiempo estimado: 4:30 - 5 h.
Desnivel acumulado: 857 m.
Distancia: 10,16 km.
Nivel: Fácil-Medio, con alguna trepaduca. En invierno, moderado.









Ya en San Isidro, llega lo más difícil: encontrar el inicio de la ruta. Debe ser un problema mío, pero siempre es lo que más me cuesta. “¿Donde c***es empieza la ruta esta?”, baja un poco más, por aquí parece que no es, sube otro poco, aquí no hay senda,… hay veces que la cosa se complica, especialmente si uno decide no “abusar” de la tecnología, recurriendo a los viejos métodos del mapa y la brújula.

Después de más de media hora de divagaciones, parece que encuentro la senda de partida, desde aquí todo es “pan comido”. En la primera media hora me dedico a disfrutar de los prados, pequeños valles, meandros de los riachuelos (muy característicos de esta zona, realmente bonitos), … teniendo siempre como vigilante al Pico Toneo, posiblemente futuro objetivo para otro día, junto con el Pico Agujas, atalaya de esta zona, siempre enmascarado por el Toneo y el Torres.













El objetivo era subir a la Ventanona para desde aquí ganar la arista este del Torres, la cual debería llevarme a su cima sin mayores complicaciones, dada la época del año en la que nos movemos. Alcanzar la Ventanona se convierte en lo más farragoso del día, navegando entre escobas, tratando de alcanzar el collado cuanto antes.



Una vez en la Ventanona, sin dejar de mirar la arista, me llama mi atención todo el cordal oriental que limita el parque natural de Redes, al fondo las nubes delatan que estamos mirando hacia Asturias, mostrándose unos valles realmente imponentes.







No obstante, la búsqueda del camino a seguir por la arista mantenía mi cabeza ocupada, de forma inmediata me pondría a ello. Pronto localizo la senda, que por la vertiente Norte, sin perder oportunidad de asomarte a la Sur siempre que pudiera, me llevará directo a la cima. Alguna trepaduca bonita, junto al fuerte viento reinante, mantiene el nivel de actividad. Intento localizar en todo momento el corredor oriental, había venido a verlo de cerca.





Así, pronto se alcanza la cima del Picu Torres, desde donde tras una corta parada, lectura de alguna tarjeta del buzón, fotos de rigor, intento localizar la ruta a seguir. Parecía que desde aquí no había ningún problema, tomaría el bocado más abajo, donde el viento diera un poco su brazo a torcer.







De forma cómoda, se alcanza el Pico Valverde, desde donde se pueden admirar las impresionantes paredes septentrionales del Torres, “¡¡vaya vías de escalada que salen aquí!!”. Esto se vería confirmado una hora más tarde. Me llama la atención la inscripción del buzón que corona esta cumbre: “Torre de Hus Santo Novi”, desconozco el motivo.









Solo quedaba la Peña la Capilla, desde el Pico Valverde, sin material alguno, no lo termino de ver claro. Pospongo la decisión de subir para cuando esté más cerca, para cuando pueda comprobar desde cerca el “riesgo puesto en juego”.

La subida a la Peña la Capilla, sin duda lo mas “comprometido” del día, la negocio entre piedras y pequeñas repisas herbosas. “Luego hay que bajar”, pienso en todo momento. Finalmente, una vez alcanzada su cima, decido disfrutar media hora del paisaje que se muestra a mi alrededor, identificar picos, cordales, collados,… Presto especial atención a una cordada que enfrente mío, en la zona más oriental de la pared del Torres parece confirmar lo que antes ya había pensado… “buenas paredes para la escalada”. Con mucho cuidado emprendo el descenso, que sin mayores problemas me devuelve a la Collá Valverde.





Era buena hora… solo quedaba la relajación del camino de vuelta, visita a la majada Torres, chequear el camino realizado desde los collados de la Raya, un último vistazo al corredor oriental del Torres, y … ya está todo preparado, algún día de invierno podremos volver “de francotiradores” a por el corredor.







Trasgu, 2011.