En esta ocasión, llegando el puente de San José, con el mono acumulado de más de un mes sin haber podido salir a la montaña por unos motivos u otros decido ir “a donde sea”.
Los uno-gradistas se van cayendo todos uno a uno, está claro que ya no se puede contar con nadie, nunca dejaremos de ser “promesas amateur”.
Afortunadamente, el lunes, cuando me empezada a plantear mi salida “en solitario” (el mono es lo que tiene) recibo un correo de Pocholo!! me dicen que el viernes irán para Ubiña. Ufff!! no me lo pienso dos veces: allí voy!!!
Madrugamos bien, como me gusta, y a las 8 de la mañana nos vemos en Torrebarrio, punto de partida clásico para todos los leoneses. En el camino de ida, como iba bien de tiempo, no puedo resistir la tentación de parar en el Pantano de Luna y admirar la belleza de los primeros rayos de sol dejándose ver por las montañas (buff!! Como me gustan estos momentos).
Ya llegando a Torrebarrio, cruzando San Emiliano me parece ver a Pocholo en un coche aparcado: iiiiiiinnnnnnnnnn!! (frenazo) vuelvo, miro, me fijo, …, efectivamente allí estaba Pocholo … con las “ordas gallegas”: Jicho, Greko, Borja (no recuerdo el nick), …, posteriormente aparece mcrae. Joder!! Uno medio leonés como yo con cinco gallegos!!! (llegaban de todos los sitios Vigo, La Coruña, Pontedueme, Lugo, …) Hoy el día podía deparar mucho, je je je. Esperamos 10 minutillos (yo mientras afinando la oreja al gallego) y aparece Majito, otro de León para compensar un poco (que no se diga). Solo nos faltaba el del Bierzo.
Ya tenemos la expedición montada, vamos para la Ubiña!!
Bueno, faltaba una con la que no habíamos contado, pero, como todas las veces que he subido allí estaba.
Hasta el Ronzón todo es un camino agradable, con algún que otro resuello, donde nos vamos conociendo un poco más. En el camino vamos divisando distintas canales de subida, “donde llevará aquella? Nos preguntamos” (algún día habrá que intentar alguna).
Finalmente optamos por la clásica subida por la arista. Llegamos al Ronzón, cambiamos los aperos, sacamos pinchos, piolo, ale, seguimos con el plan inicial: to pa’rriba (como ya comentaba alguno de los allí presentes: “lo bueno de Ubiña es que no engaña, siempre es to pa’rriba”).
En la subida, como siempre, cada uno va cogiendo su ritmo, Jicho saca el tractor y no hay quien lo coja. Subiendo conozco a Manolo de Peña Santa, por lo visto todo un conocedor de estos lugares. Él ya bajada después de haber subido desde Tuiza. Siempre es bueno conocer a estas personas.
Finalmente, después de mirar alguna vez alrededor para ver los paisajes, ahí estamos, en la arista cimera de Ubiña. La cumbre, ya se ve desde lejos que está muy solicitada. La gente va llegando desde todas las direcciones (era un buen día para ver vías desconocidas).
Ya en la cumbre, las alegrías oportunas, los saltos de pocholo (siempre me había preguntado como lo hacía, ahora lo se), reponemos algo de fuerzas (causa especial sensación entre los allí presentes la tabla de embutidos de Jicho, con tabla y todo!!), unas risas y más charla con la gente de alrededor, por cierto con mucho galleg@, ya me decía Greko, “por algo la llaman la montaña de los gallegos”. Alguno proponía empujar a Ubiña y acercarla un poco más al Bierzo (¿tierra gallega?). Era lo que le faltaba a Ubiña: disputada por leoneses y asturianos, ahora resulta que la tienen tomada los gallegos.
Ya en el camino de vuelta, divisamos alguna que otra repisa, y a pensar por donde bajamos. Jicho, Majito y yo comentamos que estaría bien bajar por el canalón sur. Los demás no parecen muy decididos pero después de algunas dudas/opiniones por parte de los allí presentes, con nieve paposa, Jicho parece que toma la decisión, y ale ahora pasamos al plan
B: to pa’bajo. Allá vamos.
El canalón parece una sartén, un calor de pelotas y ni gota de aire. Había que bajar un poco rápido para no asarnos.
Finalmente solo nos quedaba una cosa: las cervecitas!! allí nos damos el homenaje final, se recuerda algún episodio del día, conocemos a la familia Greko, las despedidas oportunas y de vuelta a casita.
Resumiendo, un día bonito, en un entorno magnífico con gente muy agradable. Fue un placer conoceros espero que esto se vuelva a repetir.
Por cierto, en la subida Greko me comenta la existencia del libro “Ubiña alta montaña” de Juan Delgado, relato del año 71 donde se detalla todo el macizo de Ubiña, incorporando un mapa artesanal (J.R. Lueje) del mismo. El sábado por la mañana lo primero que hago es salir pitado a las librerías de León a buscarlo, después de varios intentos encuentro el último que quedaba por allí: lo tengo!!!!!. Gracias Greko.
Trasgu, 20 de marzo de 2009
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