martes, 17 de agosto de 2010

En torno a Ubiña: Pico Puerta de Arco y Senda de las Merinas.

13 de agosto de 2010

“… de Peña Ubiña pudiéramos decir “que tiene una gran personalidad y atractivo”, puede que con esta designación pudiéramos condensar todo lo que es y representa esta montaña”.
Juan Delgado -UBIÑA ALTA MONTAÑA-



De nuevo me pongo en contacto con esa pequeña comunidad que forman los sherpas de Laciana. Lito está saciado por motivos en los cuales no entraré, Setmil tiene obligaciones que atender, menos mal que Xiblo, el coleccionista de cumbres, responde amablemente a mi llamada desesperada: “¡Tenemos que ir a algún sito!”.

Me deja elegir destino. Por proximidad geográfica nos centramos en el macizo de Ubiña. Después de barajar distintas opciones nos quedamos con los Portillines.

Estamos en agosto, los rigores del verano suelen hacer estragos, motivo por el cual fijamos la hora de salida a las 7 de la mañana desde Torrebarrio. Vaya madrugón!! A las 5:30 ya estaba con el pie en tierra.

Saliendo de León me doy cuenta que el día no es bueno. No obstante mantengo la esperanza de una mejora a lo largo de la mañana. Ya en Torrebarrio, el día es de invierno: un frio que pela, viento desagradable, nubes saltando las Ubiñas,… sigo manteniendo la esperanza (a ver si calienta un poco el sol …).

Ubiña

Llega Xiblo, después de los saludos de rigor (“¡¡¡¿¿Cómo estás flecha??!!! ¿¿te has traído los guantes??”, vaya frio que pelaba), decidimos esperar un poco dentro del coche. Una horita de amena charla, contando experiencias pasadas y planes futuros.

Son las 8, a ver quién sale del coche. Finalmente nos decidimos. Ya que hemos venido hasta aquí vamos a dar una vuelta. Preparamos todos los aperos, y decidimos emprender rumbo al paso Puerta de Arco. Mientras tendremos tiempo de observar la evolución del día. Yo tardo como 15 minutos en entrar en calor, a Xiblo le costaría más: “¡¡tengo el cuerpo zorrón!!, como se nota que últimamente no me he movido” (criterio variable ya que hace relativamente poco se había metido … ¡¡2000 y pico metros de desnivel en un día!!).

Ubiña

Como siempre aprovechamos la anodina pista de subida a Llanaday para comentar rutas pasadas. En este caso las últimas aventuras de Xiblo y Jicho (dos sherpas incansables) acaparan la atención de ambos.

Así afrontamos la subida al paso Puerta de Arco, por donde ya había pasado en un par de ocasiones, aprovecho esta ocasión para, aprovechando la gran sabiduría de mi acompañante ("¿cuantas veces subiste por aquí?", le pregunto de forma inquisitiva,"uff! lo menos 20", me responde de forma indiferente), tomar buena nota del camino de subida: subida natural, desvío a la izquierda, pequeña trepada, vuelta a la derecha, donde tomo la canal que abandono al final a la derecha. En las Ubiñas es relativamente fácil perder “el sendero” y tener algún problemilla de enriscamiento.

Pasada Puerta de Arco

Pasada Puerta de Arco

Pasada Puerta de Arco

Pasada Puerta de Arco

El día no mejora: un frio que pela, las nubes amenazantes asomando desde la vertiente norte, la piedra fría como un témpano, la tierra húmeda, … Al llegar al collado podemos constatar lo que ya llevábamos en la cabeza: hoy no es el día para los Portillines, prácticamente no podemos ni verlos. Abortamos. Nuevo plan.

Pasada Puerta de Arco

Como alternativa, hacemos el Pico Puerta de Arco (2221 m., yo no lo había subido nunca) para luego bajar y hacer la senda Merina (uno de mis antiguos planes). Aprovecho el día para tomar buena nota de la zona: especialmente de la arista norte de Ubiña, del Prau Capón desde Puerta de Arco y desde las Merinas y del Cueto les Cabres. Aunque en algún momento nos planteamos intentar el Cueto les Cabres, el día nos hace desistir: todo está húmedo, con cuatro gotas la bajada puede ser peligrosa, incluso, si se cierra del todo la niebla, podemos tener algún problemilla en la bajada.

Mapa

Perfil

Ruta

Ruta

Ruta

Tiempo estimado: 5 h.
Desnivel acumulado: 1213 m.
Distancia: 12,11 km.
Nivel: Moderado. Debe prestarse especial atención a la niebla (se mete rápidamente) y al terreno mojado (puede dificultar enormemente los descensos).

Pico Puerta de Arco

Buzón Pico Puerta de Arco

Nos olvidamos de las cimas para el día de hoy y de forma tranquila seguimos la senda Merina hasta el Ronzón, a través de la cual, con algún paso donde es necesario prestar algo de atención, nos asomamos a los puertos de Riotuerto y de aquí al Ronzón, desde donde, después de reponer algunas energías, de forma pausada, emprendemos el tedioso camino de vuelta a Torrebarrio, en cuyo trayecto anécdotas pasadas salen a relucir(véase … “¿Setmil? … setmil!!!, sietemil!!!, ochomil!!!”).

Senda de las Merinas

Senda de las Merinas

Senda de las Merinas

Senda de las Merinas

Senda de las Merinas

Valle de Tuiza

Ubiña Pequeña

Ronzón

Al llegar Xiblo agradecerá el acogedor calorcito de su vehículo, con que poco uno se puede sentir a gusto. Este día no había ganas ni de cervecitas. Llegaríamos a casa a una hora insospechada, para la comida. Alguien nos lo agradecería.

Trasgu'2010.

sábado, 14 de agosto de 2010

Cebollera Vieja: Ruinas de la Guerra Civil.

8 de agosto de 2010

Domingo de agosto, recién llegado de vacaciones familiares, descansado pero bajo de forma, había estado cumpliendo mis deberes laborales hasta las 9 de la mañana, sin plan alguno para este día.

El sábado tarde busco a la desesperada algún voluntario. Difícil labor en agosto. No hay ningún uno-gradista disponible.

Me planteo diferentes alternativas para mi retorno montañero: no debía ser un sitio muy caluroso, tampoco muy exigente, como voy solo … debe ser una zona ‘sencilla’. Me apetecía conocer algo nuevo. No me acabo de decidir, rebusco en esa pequeña biblia de Domingo Pliego, la última ruta allí descrita me llama la atención.

Se trata del Cebollera Vieja, también conocido como Tres Provincias por ser el Pico donde se juntan Madrid, Segovia y Guadalajara. Algo de desnivel, ninguna complejidad técnica, buenas vistas y zona fresca (luego me daría cuenta que en este día no sería necesario). Además incorporaba varios alicientes para hacer el día entretenido: el salto de los Chorros, las ruinas de la guerra civil y bonitas vistas (a la meseta, a la Sierra de Ayllón, a la Sierra de Guadarrama, …).



Tiempo estimado: 5 h.
Desnivel acumulado: 994 m.
Distancia: 16,21 km.
Nivel: Muy fácil.

Me quedo con el nombre de Cebollera Vieja, más tradicional. Tres Provincias hay varios, Cebollera Vieja solo una. Se trata de una montaña antigua, muy desgastada, con pendientes mantenidas, y la nada despreciable altura de 2129 m. Siempre la había observado, llamándome la atención, al volver del Pico del Lobo, pero nunca había estado en ella.









 Perfil

A eso de las 11 de la mañana pongo rumbo a Somosierra. Desde allí empezaría la ruta.

En un día agradable, nublado sin los rigores del estío en agosto, partiendo del antiguo puerto de Somosierra (que recuerdos de mi niñez, cuando pasar Somosierra con el coche era todo un hito en los viajes vacacionales), emprendo camino por la antigua carretera al salto de los Chorros. Pronto abandonaré la carretera para adentrarme en un entorno más natural.

Cebollera Vieja

los chorros

Tenía serías dudas de que pudiera tener algo de agua, pero me llevo una grata sorpresa a ver el caudal que caía en aquella pequeña garganta. Allí, al pie de la charca, disfruto, entre el ir y venir de visitantes (está muy accesible), del frescor y continuo runruneo del agua. Tengo tentaciones de meter los píes en el agua, pero lo dejo para otra vez. Solo estábamos empezando.

los chorros

los chorros

los chorros

los chorros

los chorros

los chorros

Pronto, ahora ya sin ninguna compañía, emprendo camino a la Cebollera Vieja, después de cruzar el regacho, siguiendo la Cuesta del Molino, donde se empiezan a percibir las primeras vistas de la meseta castellana. Pronto tomo como referencia el pinar de la Breña, para lo cual me adentro en un cortafuegos, que sigo hasta alcanzar la linde de Madrid con Segovia. Aquí ya si me detengo varios minutos tratando de encontrar lugares conocidos en la Meseta. Me vienen a la cabeza viejas discusiones sobre lo que se puede ver o no desde la Sierra de Ayllón. Los más optimistas llegan hasta Fuentes Carrionas, los normales nos quedamos en los Picos de Urbión, pero hoy no era el día.

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Las nubes cubren mucho de lo que podría ver, amenazan lluvia, escucho truenos, busco ‘aparataje eléctrico’, pero no observo ningún relámpago ni rayo alguno, pronto se escapa alguna gota, estoy lejos del punto de partida, “no daré la vuelta”, aguantaré la tormenta donde pueda, pronto arrecia la tormenta, empiezo a estar bien mojado. No queda otra, tengo que meterme en algún sitio, ya se que no es lo ideal, pero acabo sentado debajo de un pino, con buenas vistas a la meseta y con los bastones tirados a unos metros de mi.

Madrid Segovia

Madrid Segovia

Son 20-25 minutos, donde, con la esperanza de que pronto parará de llover disfruto del ‘silencio’ del agua cayendo, de su olor, de las nubes pasando rápido, de una agradable temperatura. En este descanso pienso lo estropeada que está esta montaña: me imagino que alguien lo habrá pensado, pero los cortafuegos, bien arados, son auténticas cicatrices en su piel, las pistas, bien marcadas para el paso de la maquinaria, quitan gran parte del encanto de esta montaña, la repoblación de pinos hace que todo esté ‘demasiado ordenado’. Me imagino que será necesario, pero no me gusta nada lo que se hace.

Cotos

Cotos

Después de la tormenta, todavía que las últimas gotas y el sonido de los truenos ya por delante de mí, emprendo el último tramo de subida a la Cebollera, siempre siguiendo la alambrada (¿por qué hay que poner alambrada entre Segovia y Madrid?, no me lo explico). Con ritmo sostenido, sufriendo la parada veraniega llego a la cima, donde, junto al hito geográfico me encuentro el menhir en homenaje a los guardas forestales. Bonita cumbre.

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Allí, a los pies del menhir, me tomo media hora de asueto, la cual aprovecho para degustar lo que va quedando del gocho. Aprovecho para localizar en el horizonte distintas referencias: el Pico del Lobo, Peñalara, la Cuerda Larga, Cordal de la Cebollera, Peña la Cabra, el Cerron, la Tornera, … debido a las nubes no consigo divisar los Picos de Urbión, busco el Ocejón pero no consigo localizarlo, debe estar tapado por el Pico del Lobo.

Cebollera Vieja

Cebollera Vieja

Emprendo la marcha siguiendo el Cordal de la Cebollera, donde encadeno distintas lomas (Peña de los Abantos -2124 m.-, Cerro del Recuenco, Cabeza del Tempraniego (2069 m.), Cuchar Quemado (o Coto de Montejo -2045 m.). Sin duda resulta lo más bonito y entretenido del día. A lo largo del cordal voy observando y rebuscando entre la gran cantidad de ruinas de la guerra civil (siempre me da la impresión de que puedo encontrar algo).

Guerra Civil

Cordal Cebolleras

Las ruinas son de la guerra civil, en ellas estuvo alojada una compañía de requetés, del bando nacional. En esta cumbre se encontraba la posición Cebollera 6, de la que apenas quedan algunos restos poco visibles al sur de la valla de piedras, entre esta valla y la pista que recorre el cordal. A lo largo del cordal pasaremos por otras cinco posiciones, una balsa de agua, …

Guerra Civil

Guerra Civil

Guerra Civil

Guerra Civil

Guerra Civil

Guerra Civil

Una muestra de fortificación de campaña: El frente de Somosierra.
(Memorial del arma de ingenieros)

Pasados sesenta años de aquella guerra, y a pesar de la urbanización masiva que ha sufrido Madrid, aún quedan zonas en la que es posible realiza algo de “arqueología de fortificación”, seguir la pista de esas obras, obsoletas hoy en día pero que en su momento cumplieron su función.

Gran parte de este patrimonio arquitectónico se ha perdido para siempre, en general quedan escasos restos o están en muy malas condiciones, casi irreconocibles, y que poco a poco van cayendo bajo la piqueta, el ladrillo o el asfalto.

En líneas generales se conservan los fortines y casamatas, o sea las obras realizadas en hormigón, las trincheras, fosos contra carros, caminos cubiertos y obras similares, en las zonas fuera de las poblaciones o urbanizaciones. Normalmente son visibles en zonas de campo baldío o de montaña.

Algunos conjuntos fortificados se han conservado en fincas particulares, lo que hasta el momento ha resultado beneficioso.

Afortunadamente, en algunos ayuntamientos se están llevando a cabo labores de mantenimiento y salvaguardia de estas obras, pero son los menos.

Guerra Civil

Como ejemplo de lo existente, una muestra: las fortificaciones situadas en el norte de Madrid, en lo que se denominó Frente de Somosierra.

Allí se conservan en condiciones identificables las distintas líneas de fortificaciones, principalmente las de las fuerzas nacionales.

Esto se debe a un motivo fundamental, el terreno en que se construyeron, pues las milicias nacionales, en su bajada desde el Puerto de Somosierra hacia la capital siguiendo el eje de la carretera Madrid a Irún llegaron hasta las proximidades de Buitrago, donde fueron detenidas.

En el puerto de Somosierra sólo se desarrollaron las luchas de los primeros días, luego el combate bajó a las proximidades de Buitrago, donde se estabilizó el frente. En justicia debería llamarse el “Frente de Buitrago”, pero no es cuestión de este trabajo cambiar los nombres consagrados por la historia.

Tras la detención comenzaron a extenderse por las lomas y montes laterales, terrenos pobres de pastos y de bosque.

En cambio, las milicias republicanas, apoyadas en Buitrago y los demás pueblos del valle, se instalaron principalmente en terreno llano, ocupando sólo las posiciones de montaña que hacían frente o detenían a las ocupadas por los nacionales.

Acabada la guerra, el campo volvió a sus labores de paz, en su mayoría ganadería y algo de cultivo. Las fortificaciones más accesibles se desmantelaron en busca del hierro y la chatarra tan necesario en la posguerra y el arado borró las huellas de las trincheras.

Sólo quedaron bastante visibles las fortificaciones y sus huellas en la zona montañosa o sin cultivo, como se apuntó anteriormente, y que de Este a Oeste se encuentran en:

Línea de frente.- Desde el Collado de la Hiruela a las proximidades de los pueblos de Paredes de Buitrago y Pradeña del Rincón hasta Gandullas, por el sur de Piñuecar, Gascones, La Serna del Monte y Villavieja hasta el Puerto de Linera, en lo alto de la Sierra de Guadarrama.

Son muy visibles y con un excepcional estado de conservación. Algunos fortines forman grupos con las trincheras que los comunican, dando una clara y exacta imagen del frente, tal como quedó.

En su gran mayoría son restos nacionales, los fortines prácticamente todos.

Segunda línea nacional.- Muy próxima a la línea de frente. Desde el norte de Piñuecar, el Cerro Piñuecar, Braojos.

Hay fortines aislados y son muy visibles las huellas de las trincheras.

Tercera línea nacional.- En Robregordo, Somosierra y Las Cebolleras, Vieja y Nueva.

Quedan actualmente las trincheras y los restos de las casas y cobertizos.

Se llegó a proyectar una cuarta línea defensiva en la carretera que bordea la sierra por el norte en tierras segovianas, pero exceptuando escasos puntos aislados en algún cruce de carreteras, no se fortificó.

De la parte republicana apenas quedan huellas, hay algún resto aislado pero los mejores están en fincas particulares, otros fortines están en casas particulares (han resultado unas excelentes bodegas) y la mayoría, al estar en terreno generalmente bajo, ha desaparecido.

Línea de Detención o segunda línea.- Al sur y muy próxima al frente. Se estableció en las proximidades de Buitrago desde el Pantano de Puentes Viejas a Villavieja de Lozoya. Contó en su momento con veintidós fortines blindados. No quedan restos.

No hay noticias de una línea posterior, pero todo apunta a que los restos de las fortificaciones existentes cerca de El Cuadrón estaban previstas como tal.

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A lo largo del cordal hace acto de aparición el Ocejón (**). Desde esta ventana disfrutaban de sus vistas.

Ocejón

Llegado al Coto de Montejo, decido que ha llegado la hora de volver a casa. Emprendo un descenso a la trocha. ¡¡Craso error!! Como suele ocurrir, llego a un punto donde los piornales me comen, me arañan los brazos, resbalo entre ellos, pinchan por todos los sitios, mucho calor allí dentro. Después de algún esfuerzo llego a la pista.

Cebollera vieja

Cebollera vieja

Me cuesta localizarme un poco en el mapa, después de alguna duda encuentro el camino a seguir que me llevará, de forma cómoda, al puerto, acabando de esta forma un entretenido día de montaña.

Trasgu'2010.