domingo, 15 de septiembre de 2013

Marranillos en Cazorla


“Muchas cosas semejantes se encontrarán no al alcance de cualquiera, sino, exclusivamente, para el que de verdad esté familiarizado con la naturaleza y sus obras.”
Marco Aurelio, Meditaciones.

Cuando un niño va a la montaña siempre busca algo fuera de lo normal, algo especial que salga de la montaña, algo un poco mágico que no pueda encontrar en la ciudad.

Lo de apreciar piedras, árboles, nítidas corrientes cristalinas, imponentes y angostos saltos de agua… a los mayores les impresiona mucho, pero a un niño no hay cosa que le impresione más que un “animalito”, si el animalito es desconocido esto puede ser la bomba, algo recordado de por vida.

El plan era claro, había que huir de los rigores del verano, especialmente exigentes en Úbeda, donde el astro rey no da lugar a la vida fuera del medio acuático hasta llegado el atardecer. Había que huir a algún sitio que permitiera relajar esta situación. Cualquiera que conozca mínimamente Jaén sabe que hay un objetivo tradicional, agradecido y que siempre sorprende con algo… la Sierra de Cazorla.



Después de un cierto trabajo de campo conseguimos ubicar el centro de operaciones, una casa con su encanto, en mitad de la montaña, donde la carretera más próxima queda a algo más de un kilómetro de carril, con su pequeña piscina donde darse un chapuzón y un descampado agradable para poder darse unas carreras… para un niño un lugar bonito, pero faltaba algo para ser perfecto: ¿dónde están los animalitos? Permitidme que, en postura “egoísta”, guarde el pequeño secreto sobre su ubicación.


La idea era estar por allí 4 días. El primer día se nos va en el trayecto relajado de ida, con parada para conseguir la valorada hogaza de pan de Cazorla, admiración del esbelto castillo templario de la Iruela, parada obligada en el mirador de las Palomas, llegada al lugar donde invertiremos cuatro días de nuestras vidas, asentamiento, preparación para la reposición de fuerzas, disfrute del entorno, con baño gustoso en la piscina disfrutando de la placentera tarde.


En esta vida siempre hay alguien que tiene el día malo… hoy le iba a tocar a Dieguito era su día negro. “Si te caes tu las veces que se cae un niño… por la noche no te mueves”, indica alguno de los allí presentes. Dieguito tendrá su momento cumbre cuando en un alarde de habilidad consigue aparcar la moto al filo de la piscina para a continuar tirarse a la piscina… todo ello con escasos cuatro años y ante un público expectante. A pesar de sus esfuerzos por sacar la cabeza, el que aquí escribe tiene que sacrificar su móvil y cámara por el mantenimiento de la especie… La pequeña Carmen saca sus conclusiones… “A mi ya me has salvado tres veces la vida, Dieguito ya lleva una”.

Después de esto se genera el asunto estelar de la semana… probablemente bien acostumbrados por antiguos inquilinos de la casa una familia de marranillos, como los niños los calificarían, la madre con cuatro rayones, cuatro marranillos que harían las delicias de todos los allí presentes… niños y no tan niños. Su visita se repetiría todos los días, sin duda se convertirían en los protagonistas de estos días… los marranillos de Cazorla (los de cuatro patas).






Los días se verían aderezados con dos pequeñas rutillas para ir enseñando a los niños que además de andar sobre cemento y asfalto… también existen en el mundo clásicos caminos de piedras… por los que incluso se puede pasar!!



Un día, todos disfrutaríamos de una agradable y entretenida ruta en torno a la Cerrada de Utrera. Circular muy disfrutona, de temperatura agradable. Con cervecita final incluida… una mañana perfecta.











Al día siguiente intentaríamos la Cerrada de Elías, mayor distancia todo un reto con los tres pequeños… no las tenía todas conmigo.


Finalmente mis temores se ven confirmados. Era el segundo día, el cansancio del día anterior hacía mella en los pequeños. Desde el principio, el día se convierte en una lucha por ver quién consigue ir montado en la preciada mochila: una mochila porta-niños y tres niños… toda una bomba de relojería. No daría resuello en todo el día.





A última hora de la mañana el día se empieza a complicar, nos amenazan las tormentas anunciadas el día anterior… la situación y el día empieza a tomar un color negro. Creo que no nos queda más remedio que renunciar y darnos la vuelta… quedaría para otro día, tres niños son una carga importante para enfrascarse en una de estas. Volvemos a por los marranillos!!! Alguno no podía esperar el momento.


Alguna que otra aventurilla mas completarían las jornadas… búsqueda de algún cervatillo por el parque cinegético, visita al centro de visitantes,… todo ello aderezado por esas barbacoas, arrocito caldoso … que tan bien sientan en estos entornos.





Cuatro bonitos días para aprender a vivir esta montaña de cuento que tanto gusta a los niños… y algunos no tan niños.


Trasgu, 2013.

6 comentarios:

  1. Buenas jornadas en familia que, también es menester de vez en cuando y,...........si es en plena naturaleza mejor que mejor. Saludos

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    1. eeeeiiiinnn!! Le Professeur!! ... es bueno enseñarles a los niños que hay vida más allá del cemento y el asfalto!!
      Un abrazo.
      Trasgu

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  2. Hogaza de pan de Cazorla, bien untada en rico aceite de la Sierra Magina, junto con un bocado de melón. Todo ello a la vez en la boca, masticar, saborear y "pa dentro". Si lo consigues juntar, ya verás cómo constituye un desayuno con el que los infantes aprendices de ciclistas traileros y montañeros intrépidos son capaces de hacer dos o más días seguidos de actividad. La naturaleza ofrece de todo a los que se le acercan con naturalidad, dando la espalda al cemento y al asfalto. Enhorabuena por la continuación de la saga. Apuntan maneras los zagales. Salud y montaña.

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  3. Hola trasgu,no te desanimes a mi me paso igual la primera vez fui con mis hijos pequeños,cuando los vi ya preparados las hice todas las rutas que me dio tiempo en el finde largo,porque pille fiesta en mi pueblo,hice la Cerrada de utrero,la de Elias,el nacimiento del Guadalquivir subi hasta el Tranco,estube en la hermita de la Virgen de la Cabeza de la Iruela y por ultimo hice los lagunas de las aguas negras.Un saludo.

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  4. Tíiiiiiio,
    Me encantan las fotos. A ver si me llevas por ahí.
    Se te ve cauto con las tormentas. ¿Será por experiencia?

    Y por último, menudo susto el de Dieguito. ¿Cayó de cabeza, como tiene tendencia el padre?

    Un abrazo

    PD: Creí que el título se refería a alguien.

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  5. eeeeeiiiinn!! buenas tardes a todos ...

    Que razón llevas Carmar ... te puedo asegurar que probamos esa "dieta" ... en nuestro caso cambiando el melón por jámón ... había que hacer algún esfuerzo pero algina ... "pasaba". Gracias por tu comentario.

    Juan Carlos ... tranquilo ... seré perseverante en el asunto jajajajaja.

    Mesnertegui!!! tenemos que poner fecha para dar una vueltuca ... sobre las tormentas, yo me puedo llevar sustos ... pero meter al resto en ese berenjenal me daba "no se que".

    Lo de la piscina fue muy curioso ... era ocmo un tentenpié, con la cabeza para arriba, volumen no le falta, pero todavía debe tener aire ... jajajajaja

    S2 a todos.

    Trasgu

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