Majaelrayo - Ocejón

2 de mayo de 2010


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¿algún voluntario para este fin de semana? últimamente andamos escasitos de personal.

Tengo un par de clientes para el Ocejón, los mismos de la semana pasada, a ver si esta semana no me fallan.

¿y el del ilustre apellido?

Recojo a los clientes en casa, les dejo elegir ruta, los llevo a la montaña, les doy chorizo de león, un poquito de orujo, unos cacagüeses y los devuelvo a casa, ¿qué más queréis que os haga?

S2

Trasgu

PD: lo que tiene que hacer uno por ir a la montaña.

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Así intentaba durante la semana buscar de nuevo un voluntario, un cliente, un acompañante, … alguien que tuviera una mañana libre que perder pisando piedras, subiendo cuestas, bajando algún risco, … en fin, una mañana de montaña.

Otra vez ‘agua’, no me lo podía creer, la especie del uno-gradista está en grave peligro de estación. Unos exponen sus motivos, otros ni contestan, así nunca dejaré de ser una simple promesa amateur. ¿Qué les tendré que ofrecer la próxima vez? (prefiero no decir lo que estoy pensando).

Conclusión, otra vez solo por ahí. La montaña nos (me) llama, allí voy de nuevo.

¿A dónde esta vez? Llevaba tiempo queriendo ir al Ocejón. Esta vez no lo perdonaría. ¿Por donde? Ya el año pasado fuimos, en circunstancias muy distintas, desde Valverde de los Arroyos, por su cara Occidental, esta vez tenía que conocer la ruta desde Majaelrayo, por la cara Oriental. Así lo tendría completo.



Tiempo estimado: 5 h.
Desnivel acumulado: 1092 m.
Distancia: 14,17 km.
Nivel: Fácil, en esta época del año.

El Ocejón es el pico más alto de la Sierra del Robledal. Esta pequeña sierra pertenece a la Sierra de Ayllón pero su situación de geográficamente independiente le confiere carácter y personalidad propia.













De nuevo, un buen madrugón, a las 8:30 ya estoy en Majaelrayo, después de haberme detenido incluso a charlar un poco con el encargado de la gasolinera de Humanes, ver la bonita iglesia de Tamajón, observar esa bonita ‘arquitectura negra’ y disfrutar del ‘frescor matutino’ de la bonita carretera que lleva de Tamajón a Majaelrayo, acompañado en algún momento por una perdiz y corzo curiosos que se acercaban en el camino.





Ya desde la entrada a Majaelrayo observo que el camino al Ocejón no va a tener pérdida. Está perfectamente indicado. Dejo el coche en la solitaria plaza del pueblo, me acerco de forma sigilosa a la iglesia, intentando quedarme con alguno de sus detalles.





Pronto estoy en marcha, la ruta a seguir, en un día despejado como el de hoy, estaba bastante clara: Peñas Bernardas (también Peñas de los Santos), Ocejoncillo y Ocejón.



El camino se inicia por una pista forestal desde el mismo Majaelrayo, no obstante en cuanto puedo la abandono, con el objetivo de ‘mimetizarme’ más en el entorno. Así, después de unos jarales, me veo metido en un bosque de robles, por donde debería ascender directamente a las Peñas Bernardas.



La ascensión entre los robles se hace muy entretenida, incomoda en ciertos momentos, pero siempre preferible a la ‘aburrida’ pista forestal donde el camino a seguir está decidido de antemano.

Así, después de alguna parada para tomar aliento, aligerar ropa y algún que otro ajuste técnico, voy intuyendo el final de este bosque, llegando a una bonita pradera que da paso a las Peñas Bernardas, a la que me acerco para, asomándome a las mismas, como si un balcón fueran, se puede observar de frente toda la Sierra de Ayllón, todavía con los últimos restos de nieve.









Desde estas Peñas, con un cambio absoluto en el entorno, se emprende camino al Collado Perdices, nombre debido a Jesús García Perdices, fundador del Club Alcarreño de Montaña, desde donde se puede visualizar el pequeño cuchillar, nunca mejor dicho, que nos conduce al Ocejoncillo, antesala del Ocejón, en frente la Loma de la Pineda que nos separa de Valverde de los Arroyos y el valle del Arroyo de la Pineda.







En esta zona es especialmente llamativo que incluso los refugios-vivac y los hitos aparecen claramente influenciados por la arquitectura negra de la zona.







Siguiendo el entretenido cuchillar, buen nombre dada la disposición de sus lajas, se llega pronto al Ocejoncillo, desde donde el asalto final al Ocejón es inminente.









Un poco más siguiendo la senda claramente marcada y se llega al Ocejón, con sus dos cumbre claramente señaladas, una con el correspondiente hito geográfico, la otra con un hito artesanal, dedicada a alguna personalidad de la zona.









En esta ocasión, sin compañía en la cumbre me tomo el placer de disfrutar de la misma. El día estaba claro y tranquilo, con alguna nube poco amenazante (todavía), poco viento. Disfruto de 15-20 minutos en los que saboreo esos pequeños manjares que uno prepara en la madrugada, antes de iniciar la marcha.













Ya en el descenso, me cruzo con unos cuantos ‘sufridores’ que hoy también habían decidido dar una vuelta por allí. Intercambio algunas palabras con Juan, desconocido hasta este día, quien me comenta sus andanzas y temores con una familia de jabalíes. ¿Me lloverá hoy? Me preguntó; en aquel momento le dije que no creía, luego pensé que quizás me había equivocado en mi pronóstico. Él venía desde Valverde. Sin más nos despedimos, ¿hasta otro día?



Ya de forma sosegada, mirando de forma recelosa a las nubes que dejaba a mi espalda (creo que me equivoqué con Juan), pongo marcha hacia abajo, esta vez por la senda, aunque solo fuera para alargar un poco más la jornada, acabada con un paseo por Majaelrayo.




Trasgu, 2010


Permitidme recordar algo que leí no hace mucho…
http://www.sistemacentral.net/foro/viewtopic.php?p=118168&sid=8bcec152374a2a202610077753d4efd5

Ocejoncillo (Rafael R.;rafa en SC)

...Salió un caminante capitalino un lunes de pascua
en busca del Ocejón hollar,
y puso camino a Valverde para desde allí comenzar.
Púsose en marcha en la plaza,
y llegose breve a la era,
un tanto rara en la actualidad.
Camino de la Chorrera y en una piedra posada,
encontrábase una serrana con su perra
contemplando la cascada.
Díjole al caminante: "buenos días extranjero,
¿donde vuestros pasos van?"
Sorprendido el hombre, contestola:
"Hacia el Ocejón, serrana"
a lo que ella respondió:
"¿serrana yo?...pastora mejor".
Y el caminante la replicó:
"Lo que usted diga señora,
si su oficio es, no lo negaré yo"
Guiado por la muchacha,
ascendía resoplando,
mientras su alma arrastraba.
Comenzaron a subir la pizarra escalinata,
en tramos por la nieve tapada,
que en la cumbre los dejara.
Viéndole la serrana titubeante, comentole.
"Demos la vuelta buen hombre,
que no es agradable escuchar,
el ruido de un hueso quebrar"
El caminante sin rechistar,
diose la vuelta y comenzó a bajar,
pensando que en estos lances,
más saben los del lugar.
Observole la serrana, contrariado por no hollar,
con su sonrisa y palabras lo intento animar:
"Al Ocejoncillo ascenderemos,
que sin ser tan altiva cumbre,
le sabra recompensar"
Desde aquella atalaya, el paisaje contemplaron,
y hacia el pueblo volvieron, desandando sus pasos.
En un punto del sendero la serrana comentó:
"Aquí quedome extranjero,
por hoy he cumplido yo";
y ella por respondida escuchó:
"Gracias pastora, usted vaya con dios.
Y de por seguro muchacha
que esta historia contaré,
en un foro de montaña
que asiduamente frecuenté"
Vuelta a casa el caminante
y las fotos visionar,
diose cuenta que en el Ocejoncillo
solo la perra posar...lo que le hizo pensar,
que aquella pastora que vio,
pastora de almas será...