martes, 20 de diciembre de 2011

Cuatro días en Navarra 1/4: Irati y vuelta a Irabia

Cuatro días de puente y todo un plan: conocer Navarra. Al poco de mirar fuentes, uno descubre que es un problema y un reto: En sólo cuatro días, es imposible.

Tras una fase de documentación y planificación, y una somera pensada en la que pesa que es  un viaje de vacaciones y no de aventura, y ya no digamos yendo con “enemiga”, se perfilan como claros objetivos:

  1.   El embalse de Irabia, en Irati.
  2.   El pico Orhi (o pico Ori).
  3.   El camino viejo a Koixta en Irati.
  4.   Urbasa, que la haríamos de camino a Madrid, quedándonos luego solo 400km de autopista.

En todos los casos amaneceríamos con luz de día y panaderías abiertas, comeríamos de bocata en el monte, cenaríamos como es de esperar en la zona (y propio de nosotros), y nos acostaríamos no sin antes arreglar el mundo mientras algún licorcito digestivo nos ayudaba a procesar. Es decir, sin obsesiones. Dado el contexto propuse que nuestras actividades alternaran la bici con la bota, en un intento de hacer ameno y diverso el plan, y no cargar unos músculos más que otros, dando tiempo a la recuperación.
Nuestra base estaría en Ochagavía (Otsagabía), un hermoso pueblo rodeado de bosques y atravesado por el río Salazar, y poblado de gente con un acento encantador y de extraordinaria amabilidad.




Día 1. Irati y vuelta a Irabia.

En datos
* Distancia: 26.5km
* Desnivel: 350m
* Agua: (dicen que hay fuentes)
* Dificultad: Ninguna. Si nos esforzamos en hacer las rutas al sur de embalse o bajar a la cascada del Casco montados seguro que seremos descabalgados.
* Track: BuscasombrasRankxerox1984




Uno de los objetivos del viaje era conocer la famosísima Selva de Irati, uno de los mayores y mejor conservados bosques de hayas y abetos de toda Europa. Situado en los Pirineos, entre los valles de Aezkoa y Salazar, y con el límite sur en la Sierra de Abodi, su frondosidad y exuberancia crea un paisaje rico en colores difíciles de imaginar. Bosques surcados por tortuosos caminos y senderos permiten al visitante disfrutar de innumerables rincones mágicos, que parecen evocados en la mente de un lector de novela romántica, de aventura o de la mitología centroeuropea.

Quizás la mejor época del año para la visita sea el otoño, que a nosotros se nos escapó un poco. Aun así, constantemente nos encontramos con hayas y abetos en contraste de colores; colonizados troncos y rocas por musgo fosforito sobre un suelo cubierto en rojo por las hojas caídas por la llegada del invierno.
Para el primer día nos habíamos propuesto recorrer el entorno del embalse de Irabia, que retiene al Irati en un alto en su constante talla de cañones y profundos meandros. Se trataría de una ruta en bici de 20km y 300m de desnivel (aprox).

Tras 30min en coche desde Ochagavía (Otsagabía), partimos del aparcamiento (3€/coche) de Casas de Irati para tomar la pista que da la vuelta por el norte al embalse hasta llegar al muro de la presa.

El camino, en constantes sube-bajas hasta llegar a la cola del embalse, es de una gran belleza, con el río cantarín a nuestra izq., a bastante abajo en el fondo del cañón. Llegados al embalse se ensancha el valle y el pedalear se hace más cómodo.
Cuando estamos pedaleando en dir. norte llegamos a un puente a nuestra izq. que hemos de cruzar para continuar nuestra ruta. En este punto, si seguimos hacia el norte, llegaríamos a Francia en un par de minutos (interesante si se ha bebido o comido mucho).
Siguiendo por el borde del embalse llegaremos en a la presa y a la barrera que cierra el tráfico a la pista.
Desde este punto teníamos dos planes. Tomar la senda que bordea el embalse (SL-NA-52 o SL-NA-53), o abandonar la SL-NA-53 rápidamente y en subida para alcanzar una pista que nos llevase tras 300m de desnivel y 5 kms a la carretera de acceso a Casas de Irati.
El caso es que tras cruzar la presa vemos que el estado en el que se encuentran las sendas del otro lado hacen imposible transitar en bici incluso para personas con gran dominio. En umbría y con gran humedad se ha formado un barro impracticable (incluso malo para los que acostumbran a llamarlo “divertido”), que convierte en un proeza mantenerse sobre la bici.
Decisión, volver por donde hemos venido.















Llegados a Casas de Irati completamos el día tomando en dir. Norte una pista que, en ascenso y tras 3 kms, nos lleva a ver la cascada del Casco, y vuelta al aparcamiento.





Total, 355 m de desnivel en 26km, y mucho, mucho barro encima.



Buscasombras 2011



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