domingo, 27 de enero de 2013

Norte de las Cabezas de Hierro


"La mayor parte del sufrimiento humano se deriva de las emociones destructivas como el odio, que alienta la violencia, o el deseo, que promueve la adicción."
Daniel Coleman. Emociones Destructivas.

26 de enero de 2013.

Enero, con bastante nieve, sábado y buen tiempo… no había duda, había que buscar algo que hacer. Ando a la espera, dando vueltas al tema cuando… el jueves, recibo un correo de Cacahuetes, “¿qué haces este fin de semana?”.

Problema resuelto … un tubo!!.  La decisión parecía bastante clara, Cacahuetes había dejado pendiente el año pasado conocer las invernales en las Cabezas de Hierro. Haríamos la Norte clásica, la central de los pulmones en las Cabezas de Hierro, todo un clásico invernal.


Enero, con bastante nieve, sábado y buen tiempo… cualquiera que conozca un poco Madrid lo tiene claro… la Sierra … ¡petada! Nunca en mi vida había visto tanta gente en la Sierra de Guadarrama como esta vez, impresionante.


Ascensión acumulada: 960 m.
Distancia: 12.26 km.


Llegamos al parking de Cotos poco antes de las 8 de la mañana. Parecía que regalaban vino, me dio parking lleno antes de amanecer, se podía respirar la ansiedad de muchos de los allí presentes, en mi opinión… todo acentuado por el mal año que tuvimos por estos lares en invierno pasado.



Cualquiera que conozca Madrid sabe que en esta ciudad se aparca “donde sea”, literalmente “donde sea”. Mientras nos ponemos las botas el parking está prácticamente lleno, con los primeros rayos de sol. Se desata el nerviosismo de los que todavía no habían “colocado” el carro… hasta ahora siempre pensé que se mantenían unos mínimos de educación, más aún cuando se sale de la salvaje ciudad, se supone que a la “tranquilidad” de la montaña. Pronto asistimos a los primeros esbozos de discusiones, en mi opinión “muy miserables” por algunas personas. La verdad… no suelo participar en estos asuntos, me gusta suponer que hay un mínimo de educación en todas las personas (aunque de vez en cuando hay “alguno” que me decepciona). Cacahuetes pronto muestra sus sospechas sobre lo que ocurrirá unas horas más tarde.

Dejando atrás ese asunto, pronto emprendemos ruta a las Cabezas de Hierro, camino del refugio del Pingarron. Esta ruta, quizás debido a la larga aproximación, siempre se caracterizó por las pocas personas que suelen acompañarte. En este caso, aún teniendo compañía, considerando la situación general de la Sierra, la situación era aceptable, uno se podía imbuir en su mundo, sin necesidad de escuchar a 200 pidiéndote paso o a otros 200 que no te dejan pasar (lo de Peñalara de este sábado tuvo que ser duro, no por el hielo precisamente, sino por las “andanadas” de personas que allí debían de estar presentes.


De esta forma, después de la pertinente visita al Refugio del Pingarrón, emprendemos el bonito descenso al Arroyo de las Cerradillas, descenso agradable en el que uno no piensa que luego volverá por allí mismo. El paisaje… precioso.




Ya en el Arroyo el camino se sigue fácil hasta los farrallones que delimintan el “Empalotado”, desde los cuales uno fija ya su objetivo … la Cabeza de Hierro Mayor. En esta ocasión, la abundante nevada ocasiona que se pierda todo rastro de senda, hitos,… en mitad del bosque te surgen las dudas. Así, pasamos por ese momento clave del día … “¿es por aquí? O … ¿era más alla?” y la duda de siempre “¿tanto hay que bajar?”. Así, gracias a la ayuda de Luna y Victor (espero no haber cambiado los nombres) aclaramos las dudas de este pequeño cruce… y abriendo una nueva huella nos metemos en el valle de subida. Bajando hubiéramos llegado, pero bien es sabido que bajar por bajar… no suele ser del agrado de nadie, porque ya se sabe que… después de bajar hay que subir.



De esta forma alcanzamos la base de los pulmones. Allí, entre que si te pones, que si te quitas, que no me entra el crampón, que si las puntas para arriba o para abajo, que si dónde tengo que clavar el piolo, que si este modelo es más bonito que aquel, que si la nieve es buena, que si está dura… en fin esas interesantes conversaciones que cualquiera que se dedique un poco a la montaña ha mantenido “alguna” vez, finalmente nos juntamos ocho o diez dispuestos a vernos en la cima.


De esta forma emprendemos la clásica norte de las Cabezas. En medio nos acercamos a comprobar el estado de formación de las cascadas de hielo, estaban aceptables. En el tubo, en algunos tramos nos encontramos con el clásico “hielo Pescadería” (calificación de Cacahuetes) que incomoda algún tramo. Conforme vamos saliendo a la pala final, el viento empieza a dar muestras que tendría su protagonismo. En la cumbre cuesta trabajo mantener el equilibrio.













En la cima, cobijados en algún recoveco damos buena cuenta, en esta ocasión de una rica botella de Villarrica.





Solo nos quedaba  volver, en esta ocasión por el Canchal … sufriendo la tediosa subida al Pingarrón, que no dejas de ver pero que nunca termina de llegar. De esta forma, con paso tranquilo, disfrutando de lo acontecido volvemos al lugar de partida. El día había sido bonito.




Cuando llegamos al aparcamiento las sospechas de Cacahuetes se habían hecho realidad: siempre hay un desconsiderado, que se considera a si mismo el ombligo del mundo, al que le de igual dejarte el coche encerrado. Lo mejor es que una vez que el individuo tiene a bien aparecer por allí, poco menos que te sugiere que le tienes que pedir perdón por haberle molestado, porque claro está que … “él no se había dado cuenta de que te dejaba encerrado” y “las líneas del suelo no estaban bien pintadas”, así que bastante está haciendo con quitarte su coche, aunque hayas estado una hora esperando, lo cual a él le importa un carajo. Así que … no le molestes mucho. ¡¡Hay que joderse!! Me gustaría dejar claro que no se trataba del típico “dominguero” que tan asiduamente estamos acostumbrados a criticar y denostar … en esta ocasión se trataba de todo un “señor” “montañero”, “bien equipado”, “de esos que tanto se solidarizan con la montaña y el entorno, que se les llena la boca de consideraciones hacia los demás, … en fin que en todos los gremios existen los “impresentables” y este no iba a ser menos.

Al menos, durante estos momentos, es de agradecer la ayuda prestada por la Guardia Civil allí presente, inmejorable atención, considerando la situación creada. Solo espero que dieran buena cuenta del “impresentable” que tuvimos la “suerte” de conocer y padecer, razones no les faltaban.

Trasgu’2013.

6 comentarios:

  1. Unas fotos preciosas Trasgu. Creo que has excedido ampliamente el Uno-gradismo esta vez.

    ResponderEliminar
  2. Palabras mayores. De matrícula y el "vinin"...rico rico. Saludos. ;-)

    ResponderEliminar
  3. eeeeeeeeeeeeeiiinn!!

    gracias por vuestros comentarios,

    resbalancio ... ya se sabe que el uno-gradista sube por donde sea, aunque se trate de un 1+ :D

    Ivan, a ver si te animas a retomar alguna. Cuando quieras.

    Le professeur ... eso de tomar un riojita en esas cumbres ... ¿hay cosa mejor? luego uno baja "más contento", jajajaja. Gracias.

    S2 a todos.

    Trasgu

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, junto al arroyo de Guarramillas departimos sobre las fijaciones de travesía antes de que nuestros caminos divergieran. Vosotros por los pulmones del Norte, a crampón calzado; yo por el canchal, llenándose mis pulmones con la ventolera, a base de cuchillas / crampón.
    Arriba, montañeros al suelo derribados, juguetes del viento son.
    Hasta la próxima, y a seguir viviendo los montes. Entre semana, nos iremos leyendo.
    Salud y montaña.

    ResponderEliminar
  5. Un saludo carmar,

    encantado de haberte conocido en persona, como te comenté, venía siguiendo tu blog desde hace un tiempo. Un blog muy interesante.

    Espero volver a coincidir contigo en algún otro momento.

    A disfrutar. Te seguiremos leyendo.

    S2

    Trasgu

    ResponderEliminar