martes, 14 de mayo de 2013

Ubiña: juego de lágrimas (IV)


"Con vos nos iremos, Cid, por yermos y por poblados;
no os hemos de faltar mientras que salud tengamos,
y gastaremos con vos nuestras mulas y caballos
y todos nuestros dineros y los vestidos de paño,
siempre querremos serviros como leales vasallos."
Anónimo, Cantar de Mio Cid.

Hay días en los que te apetece liberar adrenalina, tensión, subir un poco el pistón.

Este fin de semana era de esos, suponía la despedida del invierno, empezaban los calores y después de estos días… poco se podrá hacer.

Como siempre… todo empieza en la búsqueda de acompañantes. Esta vez acierto con los cuñaos. Una cosa estaba segura… la adrenalina estaba asegurada.

Salir con los cuñaos, y en Ubiña, es sinónimo de éxito asegurado. Poca gente habrá que conozca cada rincón de Ubiña como ellos, cada piedra, cada vía, cada opción a tomar. Todo un lujo que ellos te enseñen este macizo.

El objetivo del día no estaba claro. Un corredor, otro, cuanta nieve habrá, podremos pasar el resalte,… La cosa no estaba nada clara. La decisión, como hace habitualmente un auténtico uno-gradista, sería tomada sobre el terreno, in situ, con las botas puestas, … como siempre la toma el uno-gradista.





Nos plantamos en Torrebarrio a las 6:30 de la mañana, lo que hagamos hay que hacerlo temprano, intentando sacar de la nieve, lo poco que le queda, intentando aprovechar los últimos escorzos del invierno. Uff!! vaya madrugón… el mayor esfuerzo del día… para una pequeña sorpresa y cruzarme en la oscuridad de la noche, en los albores del amanecer, por las carreteras de estas montañas con el Smigol de Banuncias, cada loco con su tema. Si no lo veo no me lo creo.

Ya amaneciendo emprendemos la rutinaria subida de aproximación a Ubiña desde Torrebarrio. Siempre amenizada por las agradables conversaciones de alguien que hace tiempo que no se ve, estas cuestas son duras, tediosas, te hacen pensar que haces por allí a esas horas, … sin duda lo peor de la jornada… cuando la hayamos hecho unas pocas veces más llegará al rango de “los Barrerones”, todo en resalte mitológico de las aproximaciones.



Afortunadamente, en esta ocasión el reencuentro con Xiblo y Setmil hacen dejar en un segundo plano estos sufrimientos. En la hora y media que dura la aproximación, nos ponemos al día de las vidas de cada uno de nosotros. Hacía más de un año que no nos veíamos. Así, con Setmil tirando de nosotros alcanzamos casi sin darnos cuenta la Peña los Fontanales. Desde aquí podemos otear toda la cara Noroeste de Peña Ubiña, comprobar la nieve que había, el posible estado de los corredores. Solo teníamos que elegir ruta.



Tomando en consideración…
que sería deseable encontrar los posibles problemas más bien en la parte baja, nunca sienta bien eso de tenerse que  dar la vuelta muy arriba, …
que algún corredor parecía vetado, el “elixir de la suerte” te va a tocar hacerlo solo,  frase de Xiblo ante una leve sugerencia, …
que siempre nos gusta hacer algo que no hayamos hecho, “este ya lo hice”, “ aquél también”, “me queda este otro”, …
y si tiene nombre bonito mejor … “Juego de lágrimas”, ¿porqué se llamará “Juego de Lágrimas”?, “No será, por que cuando llegas al resalte te dan ganas de llorar”, bromea Setmil.


La decisión se había tomado. Haríamos “Juego de lágrimas”. Por nombre, sin duda es el corredor o vía con el nombre más bonito que haya hecho en mi vida. Tenía cierto atractivo, siempre gusta hacer estas cosas, tener estos nombres en tu curriculum. Tiene su encanto.


Los datos… pues lo que buscábamos al principio del día, un corredor bonito, con juego, donde soltar adrenalina, más aún cuando no lo has hecho nunca, cuando no lo conoces. Aproximadamente 400 metros de desnivel, empezando muy encajonado a la derecha de la aguja, donde pronto de encuentras con un paso IV, que si se te da mal te permite reencaminar rápidamente el día, para, después del resalte progresar por 3 palas de nieve juguetonas de 40/50º. Precioso, muy acorde al bonito nombre que tiene.


La subida la inicia Xiblo, abriendo huella, marchando sobre la nieve, cual Cid Campeador, el de valiente lanza, el que en buena hora se ciñó la espada, siempre con nosotros dos a la zaga. Fácilmente alcanzamos el giro a la derecha que nos dejará a los pies de paso IV, reto del día, inquietud de la mañana. Durante este trayecto, es bonito echar la vista atrás de vez en cuando, comprobar cómo uno va ganando altura, seguir con la mirada donde se van quedando los farallones de Siete, el Crestón del Paso Malu, los Fontanes, … bonitos paisajes que admirar. Bonito tramo encajonado entre las paredes que parecen marcar la puerta a lo que nos espera por delante.




Pronto alcanzamos el resalte, con grado IV, con una reunión en su pared izquierda que nos permite asegurarnos. Allí, rápidamente se plantea quien subirá de primero este tramo relevante del día. Setmil y Xiblo, siempre prestos, siempre dispuestos a abrir el tramo que sea necesario, ante una pequeña insinuación mía no tienen problema en dejarme ir de primero estos metros. No me resulta excesivamente complejo, alcanzando de forma asequible la terraza superior desde donde solo me queda buscar lugar para la reunión y esperar que suban ellos.







Desde aquí “solo” nos queda cruzar las palas que nos llevarán a la arista superior, lo peor parecía pasado. El sol ya empieza a calentar la nieve se empieza a poner “tonta”.





En el momento de iniciar la segunda pala, nos encontramos con una zona hueca de nieve bajo nosotros. Setmil, cual hijo de Dios, pasa sobre ella sin problemas. Xiblo me avisa que está hueca. Al pasar se me presenta el momento clave del día. Me hundo prácticamente entero en la nieve, hasta el pecho, los píes me bailan en un espacio hueco, y me quedo agarrado a los piolos. Tengo la sensación que si los suelto no se lo que puede ocurrir. Trato de avisar a Xiblo, de inicio no puedo salir de allí, vaya momento. Finalmente, con los pinchos, consigo pillar sujeción y empujarme algo para arriba. Consigo salir del apuro, pero el susto me lo llevo en el cuerpo. Uff!!











Después de esto, ya sin pausa, alcanzamos la arista, desde donde, renunciando a la cumbre, emprendemos la bajada por el Canalón Sur.






Aquello es un horno, la bajada la hacemos tan rápida como podemos, practicando todo tipo de modalidades en el descenso.





Solo nos quedaba recuperar algo de fuerzas para dar por acabado un espectacular día de montaña, donde en Ubiña, en un corredor de bonito nombre, discurrió un gran día de montaña. Quizás el último de este invierno.



Peazo de corredor!!

Trasgu,2013.

14 comentarios:

  1. Bueno hombre, si te empeñas puede que todavía puedas hacer algún corredor esta temporada.
    Para mediados de semana bajan las temperaturas mogollón y viene más nieve.
    Precioso reportaje, yo aún no tengo ese corredor hecho.
    Los cuñaos son unos fenómenos.
    Un abrazo a todos.

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    1. Buff! Avigamo ... mucho me tengo que empeñar, lo tengo difícil.

      Los cuñaos ... como siempre ... imparables.

      S2

      Trasgu

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  2. Impresionante paisaje y esfuerzo.

    Enhorabuena

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  3. Gracias Troll ... tus halagos son bienvenidos y bien considerados.

    Un abrazo

    Trasgu

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  4. Si señor Trasgu una gozada ya lo intentamos la otra vez ,pero no estaba la nieve
    enhorabuena
    un fuerte saludo Jblas

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    1. jejeje ... algo comentaron los cuñaos ...

      ya sabes ... cuando se les mete algo en la cabeza ... hasta que no acaban no paran.

      Un abrazo JBlas, a ver si nos vemos en alguna.

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  5. Pedazo de actividad y resalte molón.
    La envidia me consume al verla.
    Enhorabuena


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  6. ¡Qué caña!. todavía hacemos algo antes del verano.

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    1. Hola Juampe,

      este año está siendo rarito, como a tronpicones, se va haciendo lo que se puede.

      S2

      Trasgu

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  7. Pedazo actividad. Enhorabuena!!. Las fotos son una pasada.
    Un saludo

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    1. Gracias Cienfuegos,

      me alegro que te haya gustado.

      Un saludo,

      Trasgu

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  8. Magnifico reportage, me quedo por aquí si no te importa.Un saludo

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