miércoles, 25 de noviembre de 2009

El Valle Iruelas y El Pozo de las Nieves

El Valle Iruelas es una de esas reservas verdes de la España Central que, junto con el recientemente ardido Valle del Tietar, componía un espacio en el que todavía sentirse perdido. Un monte cuya fuerza permite a las poblaciones cercanas vivir de él y en él. En sus frondas es habitual cruzarse con piaras de jabalíes o manadas de despistados ciervos.
Su orientación N le da esa humedad que asociamos a exuberante vegetación y que ha favorecido el crecimiento sus enormes pinos resineros (una auténtica maravilla).
En la parte alta del valle, donde ya se generalizan pinos de repoblación y piornos, encontramos un antiguo pozo de acumulación de nieve invernal, empleada para poder vender frío cuando fuese necesario. Su nombre, quizás obvio, “El Pozo de la Nieve”, modernamente llamado “Pozo de las Nieves”.
Aunque como bien dijo mi amigo Mario (oriundo de la zona) “es que es eso, un pozo. No esperes más”, su visita se configura como la disculpa perfecta para visitar en una cómoda excursión esta zona que muchos llaman el "El Valle".

Otoño en Valle Iruelas

Hojas de roble

La Ruta
* Desnivel: 600m (Pto. Casillas – Pozo de las Nieves 167m ida y vuelta).
* Duración: 4h 10min total. Subida desde la curva donde termina
el asfalto hasta el Pto. Casillas 1h 5min. Puerto de Casillas
hasta el Pozo de las Nieves 1h.
* Dificultad física: baja
* Dificultad técnica: nula
* Agua: subiendo al puerto hay fuentes arregladas. Una a escasos 500m del pto.
* Observaciones: Es muy fácil. Apta para hacer con niños. Desde el
Pto. de Casillas, al que se puede acceder en coche si no le tenemos
mucho aprecio, la ruta es un paseo por cómoda senda).
* Galería picasa.

Iruelas Mapa2d

Embalse del Burguillo

Habíamos quedado con mi buen amigo Mario en su pueblo de El Barraco. Al llegar vemos que tenemos un sábado nublado con algo de viento. Nubes en las cimas, anuncio de un frente viniendo. Un poco de pereza e indecisión con la ropa. ¡Qué frío hace fuera!
Era la segunda vez que pisaría el Valle Iruelas. La primera había sido en la primavera del 2008 para hacer una ruta ENORME en la que Mario me llevó, partiendo desde el mismo punto que en esta ocasión, por la zona Oeste para subir al cerro de la Escusa y desde él bajar al pto. de Casillas. Y luego to’pa’bajo 500m a buscar el coche. Toda una paliza de 1200m de desnivel y más de 20km de recorrido.
En esta ocasión el recorrido es más tranquilo. Aunque algunos suben en coche hasta el mismo pto. de Casillas, nosotros dejamos empezamos a andar desde la curva de la carretera de montaña en la que termina el asfalto. Allí emprendimos una cómoda subida por pista de tierra. Diversas pistas, protegidas con barreras, salen a derecha e izquierda. Siempre subiendo por la principal (las secundarias llevan a rincones menos transitados y verdaderamente especiales) llegaremos al pto. de Casillas mientras disfrutamos de las vistas sobre el valle y del embalse del Burguillo con su forma característica.

Pistas de Iruelas

Otoño en Valle Iruelas

Conforme subíamos veíamos como el tiempo se estropeaba más y más. Las nubes se cerraron sobre La Escusa y el aire pasó a viento.

En el Pto. de Casillas tomaremos una senda balizada que parte izq. y hacia atrás (NE). Esta senda, que nos lleva por pinos y arroyos hasta el collado herboso en el que se encuentra el Pozo de las Nieves, y mantiene muy bien la cota (167m de desnivel ida y vuelta).
Desde el Pto. de Casillas en 1h llegaremos al pozo, visible a lo lejos por la construcción de piedra que lo protege.

Embalse del Burguillo desde el Puerto de Casillas
Senda al pozo de las Nieves


En su interior está el pozo, y en una habitación aneja tenemos un lugar muy oportuno donde podremos refugiarnos, reparar fuerzas y calentarnos a calor de un hogar que en esta ocasión manteníamos los unos para los otros que vinieran. Allí disfrutamos de vino del Barraco y chorizos escaldados de Molinaseca, que terminaron de dar el calor que faltaba.

La vuelta por el mismo camino, con la suerte de que el sol taraba de atravesar la capa de nubes justo en ese momento.

El Pozo de las Nieves
Hogar
Hogar2
Senda al pozo de las Nieves con el Pto. Casillas al fondo

Por cierto, entre que es otoño y que algo lleva sin llover en la zona… mirad estas dos fotos.


Iruelas Marron

Irelas Verde

jueves, 12 de noviembre de 2009

Nocturna en Claveles y Peñalara

La luz postrera del sol saca relieves fantásticos a las crestas. Largas y contrahechas sombras se proyectan en las vertientes. Los puertos y collados parecen filos de hoces descomunales.
Juán Almela Meliá.
Leyendas y evocaciones de la serranía.


Desnivel: 800m
Duración: 4.5h +-1h
Nivel físico: medio
Nivel técnico: medio. Complicado por la noche y el fino hielo presente.
Agua: En abundancia, cuidado con el ganado.

ruta

perfil

ruta

ruta

ruta

NB: el relato es compartido entre los participantes, se muestra con estilo diferente cada uno de ellos.

Excitante esta moda de las ascensiones nocturnas. Al principio se trataba de huir del calor. Luego de hacer algo distinto. Pero ahora casi las utilizamos como fin en si mismas.

Como con las nocturnas es mejor hacer una actividad ya conocida, en esta ocasión pensamos en Peñalara y cresta de Claveles. Bonita, conocida, aérea y con buenas vistas sobre el valle de Lozoya y sobre la meseta norte.

Pero la montaña es la que tiene siempre la última palabra, y lo que era un paseo nocturno con material de verano se convirtió, por sorpresa y en menos de media hora, en una arriesgada travesía por nieve helada y roca verglaseada con sus correspondientes bajadas de 200m a cada lado de la cresta.

Siempre se aprende algo.

En este caso la intención era hacer algo distinto, volver a disfrutar de esos momentos distintos que te aporta la montaña, sacándonos de nuestro ‘trepidante’ mundo, permitiendo que nos encontremos un poco más con nosotros mismos.

Había que buscar que nos permitiera encontrar esto, había que salir un poco ‘fuera de hora’, buscando esos momentos un tanto mágicos que te proporcionan el atardecer y la noche.

En cuanto al lugar, apetecía bastante volver a Peñalara y Claveles, el orden se decidiría sobre la marcha, en el mismo instante de subir.


Quedamos a las 15h de un jueves de noviembre, que fueron las 15:30, en el puerto de Cotos. Al final sólo aparecimos Trasgu y yo. Con prisa nos vestimos y salimos pa’rriba. Tras un breve intercambio de ideas, que eran pocas, decidimos hacer primero Claveles y luego, de vuelta, Peñalara, con la idea de disfrutar de las vistas de la meseta norte mientras descansamos tomando algo. Como gran y único mandamiento estaba el llegar a Claveles todavía con luz.

cabezas de hierro

Ya en el aparcamiento, a la hora convenida, tardan poco en aparecer las primeras impresiones: “nunca había visto este paisaje con esta luz”, “parece que no tendremos mucha gente por el camino”,… De esta forma tomamos todos los aperos y marchamos to’pa’rriba. “¿No habrás olvidado el frontal?”, estaba claro que lo íbamos a necesitar.

El día se presenta bueno, mucho mejor que lo presagiado por las previsiones, nubes muy tranquilas, sin viento y cielo azul. Buscasombras solo muestra una preocupación: “Vayamos por donde vayamos, deberíamos pasar la arista de claveles de día”. A mi me preocupaba poco, era uno de esos días donde partía con mucha tranquilidad, sin preocupación alguna, la arista tampoco lo era.

cabezas de hierro

Por llegar pronto a la arista decidimos ir primero a Claveles para llegar finalmente a Peñalara, a través de su “temida” arista.


Ya en el bosque que rodea el pto. de Cotos nos encontramos zonas con nieve. La luz era inusual para nosotros y disfrutábamos de los contrastes dorados del atardecer, el verde del bosque y cielo saturado de azul. Así, la vista de la Laguna de Peñalara fue muy grata al encontrárnosla tapizada de blanco, pero con las rocas visibles. Este paisaje nos acompaño en el camino hasta la laguna de los Pájaros. La temperatura suave hacía que números cursos de agua se descolgasen ruidosos por las paredes glaciares de la zona. Lagunas y prados aparecían encharcados y enmarcados por la nieve. Algunas lagunillas tenían una capa de hielo. La temperatura era agradable, y resultaba placentero sentir el crujir de esos 5 cm de nieve “primavera” bajo nuestros pies. Repetíamos eufóricos: “ya hemos pisado nieve”.

circo de peñalara

circo de peñalara

circo de peñalara

Después de las típicas conversaciones iniciales llegamos al Circo de Peñalara, no se si es por el ‘ansia de nieve’, pero ver las primeras nieves me parece maravilloso. Igualmente, el trayecto hasta las lagunas (Cinco lagunas, Laguna de los Claveles y Laguna de los Pájaros) me parece precioso, disfrutando como un zagal del ‘crepitar’ de la nieve en cada pisada (¡¡como me gusta este sonido!!). Tanto disfrutar, tanta foto, tanta ‘autocomplacencia’ hace que nos retrasemos bastante en llegar al cordal que nos llevará a Claveles.

laguna de los pájaros

laguna de los pájaros

laguna de los pájaros

laguna de los pájaros

laguna de los pájaros

Llegamos, con muy poca luz y bastante nieve poco profunda, al inicio de la subida al Risco de los Pájaros. Sin pausa, y con algo de prisa, comenzamos con terca obstinación a ascender, pero ya con dificultades para encontrar hitos o marcas entre el laberinto de los canchales, tapados en parte por la nevada.

Cuando notábamos como la roca comenzaba a ponerse muy resbaladiza, alcanzamos la divisoria de aguas en una zona más cómoda. Parados nos quedamos contemplando el espectáculo que nos esperaba en la cara NO: montañas, pueblos encendidos, cielos rojos y azules, un mar de nubes lejano…. La Granja de San Ildefonso y Segovia a nuestros pies…. Y un poco de frío que ya teníamos.

al risco de los pájaros

al risco de los pájaros

Ya en plena ascensión a Claveles, después de haber dejado atrás las lagunas, se ‘nos olvida’ que en medio teníamos el Risco de los Pájaros. Antes de este ocurren varios acontecimientos que marcarán el día (o la noche). Veamos.

al risco de los pájaros

Pronto se hace de noche, esto cambiará la percepción de todo lo que tenemos alrededor, creando cierta ansiedad por pasar ‘lo peor’. Había que llegar arriba cuanto antes.


Tras ponerme un poco de ropa continuamos y nos damos cuenta de que la nieve se está endureciendo. Las botas casi no hacen huella. La patada de talón es lo único que funciona, pero en unos minutos deja de ser efectiva. El canchal toma inclinación y la nieve también es más frecuente. Está mala, muy mala. Así que decidimos tomar roca. Pero descubrimos, con horror que la roca ahora, además de resbalar, se está verglaseado. De repente está todo como untado con grasa de gocho (manteca).
Con cierto esfuerzo de orientación, y de progresión, encontramos un punto por el que trepar entre rocas y hielo para alcanzar el Risco de los Pájaros; desde donde, sin pausa, nos dirigimos al Risco de los Claveles buscando el diedro-laja tumbado que nos permite subir a la parte alta de la cresta.

Normalmente es muy fácil, pero hoy lo encontramos aderezado con hielo y roca más resbaladiza del “mundo - mundial”. Se nos hace difícil encontrarlo, acercarnos y, por supuesto, trepar.

a claveles

Logramos encaramarnos para tallar con la punta de un bastón un pequeño escalón en el hielo mientras Trasgu sus bastones afianza la posición inestable de uno de mis pies (quizás fuera más un problema de confianza que de peso). Joder, si esto era un paseíto casi de verano.

Por otro lado, nos sorprende una nieve ‘escasa’ (no había mucha) pero realmente dura (en muchos casos era hielo auténtico). “Estamos justo en el sitio de la Sierra donde no me gustaría estar a estas horas”, comentaba Buscasombras. A mi la situación me resulta ‘agradable’, únicamente me preocupaban esas piedras con pequeñas capas de hielo por encima, eran auténticas trampas en cada paso que dábamos.

De esta forma, después de buscar algún que otro paso, llegamos a la cima de Claveles. La alegría hubiera sido mayor si no supiéramos que detrás venía lo peor: la arista de Claveles. Esta vez si era de verdad el paso clave del día: nuestro pequeño “Escalón Hillary”.


Claveles

Ya en la cima, y tras las fotos de rigor, en este caso algo tensas, emprendemos el paso de la cresta. Titubeantes y temerosos, y casi haciendo la moto en un terreno por nosotros muy conocido, vamos pasando rocas y huecos al vacío hasta llegar a la laja que en su final tiene un paso fácil pero aéreo. Hacemos uso de la fisura, limpia de hielo, que facilita el proceso, pero en la parte baja tenemos que sacar el culo al valle y destrepar un metro para poner un pie sobre ¿hielo?

arista de claveles

Con alivio descubrimos que la suela se posa sobre algo firme y agarra. Trasgu baja y me pisa con elegancia. No hay más sitio para cuatro botas del 45. Trepamos por el otro lado y retomamos la cresta hasta llegar al bloque de roca que normalmente pasamos andando tras ponernos sobre él de un salto. Aunque está limpio, el respeto tomado a la roca resbaladiza hace que lo toquemos con las manos tanto como con los pies. Pero agarra. Así que terminamos el paso andando. El resto fue crestear por rocas y canchales hasta salir del risco para subir sin problemas a la cima de Peñalara. Bufffffff!!!!, menudo momento emocionante.

Allí llega el momento ‘culillo shin chan’, buff!! “si tienes que caerte es mejor que caigas a la izquierda” le decía yo a Buscasombras, “ya!! ya!!”, respondía él. Así, manteniendo el tipo, pasamos esta arista, donde Buscasombras demuestra toda su sabiduría y conocimientos de esta zona. Me deja sorprendido que conozca cada piedra, cada paso. “Todavía nos queda lo peor”, decía después de pasar una de las lajas más chungas, rememorando de alguna forma sus últimas vivencias, donde lo que viene después siempre es peor que lo que ya pasaste.

Finalmente, respiramos tranquilos, ya estamos en el camino de Peñalara, recordando lo vivido, todavía la noche nos jugaría una última pasada: “tiiiioo!! falta un güevo pa Peñalara!!” exclama Buscasombras cuando yo creía estar llegando. “No puede ser!! en el ‘jippy ese’ dice que estamos ya ahí!!”. En la oscuridad de la noche (no había luna) nos surgen algunas dudas, la verdad es que el perfil que se vislumbraba en la oscuridad creaba una sensación óptica muy distinta a la realidad. “tiiiiooo!! Parece que está lejos pero son solo 100 m.!!” ya estábamos en la cima de Peñalara, Buscasombras lo celebra. Como cambia la noche la percepción de las cosas, te genera dudas donde nunca las hubieras tenido (por esa zona habremos pasado ‘cienes y cienes’ de veces, y todavía dudábamos).


Peñalara

Refugiados tras unas rocas por culpa del fuerte y frio viento, tomamos un poco de embutido y degustamos té y orujo mientras nos hacemos a la idea de retomar el plan B, to’-pa’bajo.


En peñalara

En el descenso pasó lo que viene siendo habitual en nosotros: autocomplacencia por la actividad, conversación amena, y despiste de la ruta. Somos un peligro. Por suerte no fue mucho en ninguna de las veces.

Sin más, después de disfrutar de las viandas típicas, de esos momentos en el recogimiento de la noche con el sonido del viento de fondo y alguna que otra nube que se dejaba ver, tan difíciles de describir, emprendemos el camino hacia casa. El trayecto de vuelta quedará ocupado por los comentarios sobre lo acontecido en otra montaña, muy muy lejana a estas (eso ya es otra historia que además no es nuestra).

Buscasombras y Trasgu '09

domingo, 8 de noviembre de 2009

La Tubería: Navacerrada - Calvario - pto. Navacerrada - col. Emburriadero - senda de la Tuberia - M. de las Canchas - La Barranca

La Garganta de los Infiernos, de evocador nombre, es uno de esos lugares de los que no te cansas por muchas veces que estés en él. En varias ocasiones la hemos descrito cuando comentamos alguna actividad en el entorno de La Maliciosa y siempre tiene capacidad para dejarnos estupefactos al asomarnos desde col. del Emburriadero. Así, en los últimos años se ha convertido en nuestra vía favorita de “descenso”, aunque hay que desviarse mucho para bajar por aquí, metiendo casi 300 metros más de desnivel al tener que pasar por La Bola.
En esta ocasión se ha hecho especial por dos razones. La primera fue el partir del mismísimo pueblo de Navacerrada para subir por el camino del Calvario (¡otro nombre que anima lo suyo!), para luego cruzar el Emburriadero y bajar por la senda de la Tubería a la Barranca. La segunda, que el plan no era caminar sino rodar, por un entorno de verdadera montaña.
Un resumen de la ruta podría ser el de piedras en el Calvario, pedrolos en la Tuberia, vistas excelentes, y mucha - mucha confianza en las suspensiones.

Vistas desde El Emburriadero

La Ruta
• Desnivel: 815 m
• Distancia: 26 km
• Dificultad física: Media.
• Dificultad técnica: Media – alta 99%, ciclable (para mi, pero para uno que sepa el 100%). Camino-pista con piedras en la subida por el Calvario; jardines de piedra con poca arista subiendo al Emburriadero. Abundante piedra suelta con aristas bajando del Emburriadero y en los primeros 100m de la Tubería. Pocos escalones fáciles. Sendero de montaña hasta el mirador de las Canchas.
• Agua: En el puerto, en la fuente que hay bajando hacia Segovia. En los bares del Pto.
• Observaciones: 500 m de carretera antes de la Fonda Real, 2km de carretera antes de el pto. de Navacerrada.
GPS-trak

Calvario Tuberia2D y Barranca 2D



Calvario Tuberia2D y Barranca 3D

Calvario Tuberia2D y Barranca 3D


La ruta parte de Navacerrada, donde quedé con Larcos y con Rubén, que nos dejaría poco antes del puerto. Salimos buscando el valle de Navalmedio, al que entramos tras cruzar la carretera de subida al pto. de Navacerrada a la altura de la Fonda Real. En el camino nos vamos adentrando poco a poco en el bosque de pinos, dejando a nuestra izq. el embalse de Navalmendio y el Risco de la Majadilla Verde, excelente escuela de escalada. Pronto se rompe y comienzan rampas fuertes con piedra suelta y surcos causados por el agua, con alguna corta zona de rocas. Luego pasamos a rampas más largas, sueltas y fuertes, pero que el entorno natural compensa con creces. Si tenemos suerte veremos serpentear trabajosamente alguno de los trenes subiendo en dirección al pto. de Cotos.

Larcos en el Calvario

Sin casi darnos cuenta (uno bastante tiene con respirar y mantenerse rodando) llegamos a los edificios del pto., y tras 2km aprox. de carretera llegamos al mismo pto. Expectacular la vista de la meseta N.
Desde aquí subiremos buscando la senda de tierra y piedras que parte desde la estación de abajo del telesilla de La Bola. De forma mucho más cómoda de lo que yo hubiera pensado nos llegamos al col. del Emburriadero pasando sobre algunos jardines de rocas que encontramos recién arreglados y poco asentados para bicicleta. Este tramo presenta muy buenas vistas del pto. y del entorno de la Sierra en dir. ESE.
Tras unas fotos y deleite nos decidimos a bajar la Tubería. Al principio es una bajada complicada, y luego más. En realidad sólo hay que tener confianza en las suspensiones y en el freno trasero, poner culo en la rueda de atrás y como único plan el de to’pa’bajo. La senda empieza con una bajada tapizada con piedras sueltas con arista, que en algunos casos, por su tamaño, llegan a constituirse en escalón.

Larcos en la Tubería

La Tubería




Larcos en la Tubería

Larcos en la Tubería

J. Messnertegui

Tras el giro a la derecha se toma la Tubería propiamente dicha, que en sus primeros 100m es igual pero ahora ya casi en horizontal. Pasado este tramo se alternan piedras sueltas, tierra, algún tramo de rocas y, obviamente, la peligrosa tubería.
Llegados al mirador de las Canchas el plan era el de bajar por la Senda Ortiz, pero como era un día con mucha gente decidimos bajar por la pista en busca de la poco conocida senda que nos llevaría al embalse del Ejército del Aire por la orilla izq. orog. del Navacerrada disfrutando de un tupido bosque.
Desde aquí solo nos restó buscar la pista de los Almorchones para bajar al pueblo.



Bosque en La Barranca