La Horizontal (pto. de Navafría)

La Horizontal es uno de esos regalos que a veces se nos hacen de forma inesperada y gratuita. A 1800 metros de altura y con inmejorables vistas sobre el río Lozoya y la Sierra de la Cabrera, se dispone de una cómoda pista que nos permite ir desde el Puerto de Navafría hasta Somosierra, y en la que los primeros 25km carecen prácticamente de desnivel. Así, tomándolos de ida y vuelta tenemos una ruta ideal para iniciación. Su única dificultad está en la altura a la que se ha de realizar deporte y, en otoño, escivar a los seteros que pululan por los bosque de pinos.

Valle de Lozoya. Al fondo Peñalara y con nieve cerro de los Claveles


En sus proximidades tenemos rutas tan interesantes como la ascensión al Nevero (a pie siguiendo la divisoria de aguas en dir. W y en bici tomando la pista que parte de las inmediaciones del refugio) o la visita a los Chorros.

En esta ocasión proponemos el recorrido de los 25 km horizontales que, haciéndolos de ida y vuelta, configuran una ruta bella y apta para todo el mundo. Si nos quedamos con ganas de más, la ruta puede ser ampliada tomando la pista que parte junto al refugio en dirección Oeste y que en otros 5 km nos lleva al mirador de Navalcollado por un camino casi horizontal también.
En el entorno podremos disfrutar de una ascensión al Pico del Nevero (apto para bicicleta con rampas mantenidas del 20%) y a los Reajos.

Embalse de Riosequillo desde el pto. de Linera
Embalse de Riosequillo desde el pto. de Linera

La ruta en datos
• Distancia: 50km
• Ascensión: 200m
• Dificultad: Nula.
• Agua: Dos pilones en los km 6 y aprox. km8

La ruta parte del pto. de Navafría siguiendo la pista que sale en dir. E.
Todas las bifurcaciones y/o cruces son evidentes.
Tras 20km comienza un leve descenso.
Pasado el km25 la vuelta se complica (un poco).
La vuelta es por el mismo camino.



La ruta
La soledad del primero al ver que no alcanza la presa, sentir el sudor aflorando en la mano y que el pie empieza a escurrirse, es poca comparada con la que sientes el día que pretendes reinsertar en la montaña a tu enemiga.
Este fin de semana no era fácil. El reto estaba en dos actividades que, si bien eran agradables y facilonas, puestas juntas me daban miedo por temor a sobredosis. Aprovechando el puente el jueves había organizado una fácil ruta en bici por la sierra (La Horizontal), con unos amigos; y el domingo una vuelta por la Pedriza.
Estaba un poco dubitativo con las elecciones de los destinos, pero ya para tranquilizarme y hacer boca, oigo una voz que dice, “a ver qué haces. Mira a ver si quieres que vuelva”. Joderrrrrr!!!!!

El madrugón se dio bien. Preparo todo con suficiente antelación, para que no se diga, y tomamos la N-I para ir a Lozoya. En una curva me relajo un poco y zas!!!, un error al sonreír recordando un anuncio con una situación análoga. El siguiente fue responder con la verdad:
- De que te ríes
- Sabes, ese anuncio de un mono … y una ballesta, … y un colega que dice algo de “conducir con un mono con una ballesta…”

Joderrrrrr!!!!!. Que no tenía gracia. Bueno, que lo supe en cuanto lo dije.
La subida al puerto fue, como era de esperar, mareante, pero cautivadora. El puerto de la Navafría es todo un espectáculo con sus bosques y sus vistas, sus animales su sinuoso y suave trazado.

Llegamos al puerto y tras unos minutillos llegan nuestros amigos. Nos preparamos y salimos. Lo que siguió fue un discurrir de kilómetros con una amena charla, unos cuantos “oh!!! Qué bonito” y un hambre de cuatro pares de pedales.

Recordando la bajada desde el Nevero, me quedé con ganas de pedirle a alguien bajara el coche y que me esperaran en el pueblo. Pero esa no era la idea para este día.