lunes, 22 de diciembre de 2014

Vuelta a casa ... Las Tres Marías

“Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar; vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante, y dolores sufrío sin cuento en el mar …”
Odisea, Homero.

21 de diciembre de 2014.

Tiempo ha que no pisaba de nuevo estas tan a menudo recorridas montañas, gastando botas y peleando contra sus pindias pendientes a las que intentar sobrepasar, siempre que ellas nos dejaron, admirando su belleza sin igual, sus sensaciones imposibles de repetir, su grandeza contra la que tomas conciencia de tu ser real.

Tiempo ha que no disfrutaba de nuevo de aquellos que tantas veces me acompañaron por las mismas, disfrutando de esos, casi siempre, buenos y grandes momentos, de esos pequeños detalles, de esos grandes escenarios, de esas indescriptibles sensaciones. Aquellos que tantas veces me acompañaron para en muchas ocasiones decidir qué rumbo tomar, qué camino subir, qué ladera bajar, que risco trepar o simplemente… en qué momento parar.

En muchas ocasiones los recordé a ambos, montañas y amigos, en muchas ocasiones me preguntaron ellos cuando llegaría este momento, y hoy era el día, hoy volvía a calzarme las botas, ajustaba crampones, tomaba en mano el piolo,… todo ello para reencontrarme de nuevo con ellos: mis montañas y mis amigos de la montaña, mis amigos de la montaña y mis montañas, relaciones que toda la vida irán unidos.

Cuando el jueves empiezo a preparar todo aquello que hace un tiempo era habitual y normal, he de reconocer que un pequeño gusanillo recorre mi estomago. Había perdido esta costumbre, hacía meses que no lo hacía, que no veía el material, que no repasaba su estado,… Incluso, te asaltan dudas… ¿serán mis piernas capaces de subir aquellas montañas que subía hace unos meses? ¿cómo sería el reencuentro con estas situaciones? Uuuufff la prueba podía ser dura.

Todo estaba preparado, había que superar el momento, había que volver a estar allí, había que probarse de nuevo, había que volver a pensar “¿qué será mejor? ¿Subir o bajar?”, “¿qué habrá allí arriba?” … esas preguntas qué a uno se le pasan por la cabeza cuando se encuentra por allí. Había que volver a disfrutar de aquellos que tantas veces me acompañaron, volver a mis clases de asturianu, qué últimamente estuvo un tanto abandonado, volver a reir juntos, perdernos juntos y disfrutar juntos de esos pequeños y grandiosos momentos.

Cómo siempre había que fijar objetivo, destino del día, esta vez obligado por quehaceres familiares, valorando varias opciones, nos acercamos un poco a la capital del viejo reino, a León, una de esas rutas que uno tiene guardada en la recámara para cuando quiere hacer algo “rapidito”, sin matarse y volviendo pronto a casa: las Tres Marías.



Sobre los acompañantes … ¿Quiénes mejores compañeros de aventuras que Niblap (sherpa de las montañas asturianas), Stelvio (la rozadora inagotable), Perico (mi profesor, gran conocedor y catedrático del asturianu) y Ro (después de lo de hoy… no dejaremos que falte ni un día … uuuuuummmm que rico!! ;-) ) … el equipo perfecto.




Desnivel acumulado: 900 m. aprox.
Distancia: 9 km. aprox.




Pronto nos plantamos en Casares, como siempre, donde se encuentra cualquiera que va a uno de estos pueblucos, en la iglesia, lugar donde se produce el esperado reencuentro, los abrazos oportunos, preguntas de cortesía … parece que no hubieran pasado todos estos meses … allí estábamos otra vez, a los pies de una montaña, mirando hacia arriba, preguntándonos que hacer.


Así, yo todavía con dudas sobre si no se me olvidaba algo, emprendemos el camino, a rodear por el norte las Tres Marías desde donde afrontaríamos la subida a … todo aquello que se pudiera subir, ya veríamos qué.



Ya me lo esperaba yo, ya lo había pensado dos días antes, el reencuentro con la montaña es duro, muy duro. En las primeras rampas de hielo, me ocurre aquello que tantas veces había visto y hoy como novato me tocaba a mi. Uno confía en sus botas, confía en su equilibrio, confía en pasar perfectamente aquello que tantas veces había pasado. Con las manos bien asidas a los bastones, cual columnas de un templo, uno nota que los pies se le van pa’tras y, cual fardo, pega en plano con el pecho y mentón en el hielo. “ Ufffff!! Si que era duro el regreso a la montaña”.  Con golpe seco … “Ufff!!” (transcripción literal del sonido escucahdo en aquel momento, sonido seco, parco, corto, …) pecho y mentón golpea de plano en el hielo, los pulmones se quedan vacios … “¿Cómo estás? ¿Qué te ha pasado?” … en aquel momento mi ausencia de respuesta se debe a que los pulmones estaban vacios, no podía emitir sonido alguno … “espera que tome aire” … pienso para mi. Este leñazo, quedará para la posteridad como aquel del “vivac de la muerte”, tantas veces recordado y rememorado en grata compañía y en la soledad.



Un minuto después, ya recuperado, con las costillas apretadas, me parecía evidente que tenía que ponerme los crampones, este es el momento de … “¿Esto … cómo se ponía? ¿Con los pinchos pa’rriba o pa’bajo?” … jajajaja. Con crampones y piolo emprendemos la subida, ladera arriba hacia la collada entre Peña Esquina y las Tres Marías.  A pesar de haber estadoaquí hace unos años, me alegro de verlo, de aquel día se que estuve pero poco pudimos ver (era evidente que tendría que volver a verlo).


Desde aquí la subida es agradable, vamos recogiendo la cima de Peña Esquina que la dejamos a nuestra derecha y emprendemos la arista a la tercera de las Marías, la más occidental de las tres.





Sin duda alguna, la arista se hace disfrutona, la nieve en mal estado, nieve pescadería muy paposa, con furacos amenazantes que te tragan en cualquier momento, sobre los que Rocío levita cual hija de un Dios y los demás peleamos e intentamos sortear, viendo como uno detrás de otros vamos metiendo la pierna hasta el fondo.






De esta forma alcanzamos la cima de esta María, donde vendrá el gran momento del día. Rocío decide deleitarnos con una tarta de chocolate que hace las delicias de todos los allí presentes, acompañada de un cola cao calentín que Perico también nos ofrece. ¿Hay mejor sitio para tomar un desayuno como el allí ofrecido?




Solo nos quedaba el descenso, en teoría ya estaba todo hecho, pero es en esos momentos cuando nos da por “inventar”. Habiendo track … ¿para que inventar caminos? Pues este día íbamos a inventar. Lo que parecía una bonita mañana soleada casi se convierte en un infierno. Allí dejamos a la derecha la bajada marcada en el track. Por abreviar nos metemos en un laberinto de farallones, piedras, regachos y cortados… parecía que podía ser posible bajar directos a casares, pero aquello se fue convirtiendo en un laberinto hasta que no encontramos salida posible. Nos toca remontar mucho de lo andado hasta que encontramos salida por donde tendríamos que haber ido en un inicio (el track presentado en rojo es el correspondiente a este día, hasta el enriscamiento … el violeta presenta el camino de retorno final).









Solo nos quedaba un poco de prau y llegar de forma tranquila al lugar de donde por la mañana partimos.


Trasgu, diciembre 2014.

PD. Esta vez las fotos corresponden a Stelvio y Perico, mi cámara falló, ya se sabe… la falta de costumbre y experiencia. Palabras de Niblap: “Te perdonamos porque estas en baja forma...cámara estropeada, caes como un fardo, toses como si fueras a expulsar los pulmones...libras porque los Asturianos somos buena gente...pero ten cuidado con los gallegos!  Jajajaja”.





6 comentarios:

  1. Había visto alguna de las fotos de Jorge. Precioso día para disfrutar de las Tres Marías. Por un momneo tpensé que igual habíais subido tmabién el Palero, que en invernal tiene que ser "del cagalse". Por cierto, ¿ninguno de los profesores de asturiano te dijo que cuando se cae como tú pareces haberlo hecho, en Asturias se dice que pegaste un "sapiazu"?, ja ,ja.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Cienfuegos ... el Palero no lo subimos ... mucha tela para un día.
      Tomo nota del "sapiazu" ... vas a tener que venir a alguna para darme tu aportación a "mi" asturianu.

      S2

      Trasgu

      Eliminar
  2. De asturianos, salvo que los que conozco son buena gente, poco más puedo decir; los gallegos tampoco se han portado mal conmigo, y desde luego, este aragonés que suscribe se alegra mucho de, por fin, ver que Trasgu, en buena compañía, ha vuelto a las andadas por estas montañas que tanto nos atraen a todos. No sé dónde o en qué has estado metido durante esta larga ausencia, pero bienvenido y a por el invierno que nos espera. Salud y Montaña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eeeeiii Carmar!!

      Carmar ... aquí de vuelta de nuevo. Dispuesto a darlo todo!! ;-)

      Salud y montaña!!

      Trasgu

      Eliminar
  3. Jooooooo:
    Después de esa sapada en el hielo ya tenemos otros 5 años de tos perruna.

    Bien devuelto a la montaña.

    S2

    ResponderEliminar
  4. Messnertegui ...

    más de uno debe ser devuelto a la montaña .... ;-)

    Un abrazo

    Trasgu

    ResponderEliminar