“En resolución, todos quedaron contentos y alegres del buen
suceso del cautivo, y como ya la noche iba casi en las dos partes de su
jornada, acordaron de recogerse y reposar lo que de ella les quedaba.”
Miguel de Cervantes Saavedra. Don Quijote de la Mancha.
24 de enero de 2016.
Últimamente, como la necesidad obliga, uno se la va jugando
demasiado. La escasez del blanco elemento hace que ante la menor esperanza de
poder hallarlo y disfrutar mínimamente de él uno emprenda la correspondiente
aventura, a Dios sabe dónde, buscando aquello que fue ansiado durante los meses
anteriores.
El uno-gradista, ya se sabe, es animal dichoso, con buena
estrella, a quien la fortuna le acompaña y los dioses le guían, animal que cual
sabueso es capaz de rebuscar aquella esquina donde la niebla pueda ser mínimamente
aprovechada.
Pero en la vida todo tiene un límite, incluso la dicha
eterna del uno-gradista. Hoy llegamos al límite de la fortuna.
Tres uno-gradistas, Pericu, Stelvio y Trasgu, intrépidos
hasta la saciedad, buscadores de fortuna en los valles y laderas de las montañas,
escudriñadores de canales donde la nieve pueda ser encontrada para sus artes
poner en escena, partían de Tuiza al propio amanecer, ese momento de magia y
esperanza por lo que uno pueda hallar a lo largo del día.
Tras cambio de impresiones y evaluación de la situación, para
no meternos en problemas, decidimos intentar Ubiña por la ruta habitual desde
el Alto Cerreos… algo había que hacer.
Antes de alcanzar el Alto, nos desviamos por una de las
pequeñas canales que salen a la derecha, antes de llegar al Alto. Sin meternos
en demasiados fregados ponemos la “rozadora” en marcha, había que darle algo a
los pinchos y al crampón. El objetivo… salir a media ladera para luego intentar
hacer cumbre. Avisar que habitualmente estas canales no son nada recomendables,
ni en verano ni en invierno. En verano es habitual la caída de piedras, en
invierno la de aludes. No debe uno adentrarse en ellas. En esta ocasión todavía
quedaban los restos de antiguos aludes. En esta ocasión, extraña en cierto
modo, la nieve existente era mínima, imposible para los aludes, pero suficiente
para evitar el peligro de los bolillos rodando cuesta abajo. Al menos
pisaríamos un lugar nada recomendable en cualquier otra circunstancia.
Al asomar a la arista el Dios Eolo decide que hoy no haríamos
cumbre. Aquello se convierte en un infierno, no hay forma de tenerse en pie.
Hemos perdido media mañana y seguir para arriba es una tortura.
Pericu fija su mirada en la norte de la Ubiña Pequeña, queda
anotada y fichada para otra, pero hoy era tarde.
Basurilla. Uno habitualmente se dedica a hacer montañas “de
interés”, aquellas que le llaman, aquellas que le atraen. Hay ciertas montañas
que aún estando siempre ahí uno, habitualmente las evita, hasta el punto que difícilmente
llega a proponerse hacer cima … son la basurilla que vamos dejando, esas
montañas que dejamos atrás, que ya haremos otro día, pero que nunca hacemos. Es
bueno, de vez en cuando, dedicar un día a recoger esta basurilla, hacer la cima
correspondiente y honrar como es debido a estas dignas montañas.
Peña Cerreos, también conocida como Peña Cabello, en mi
caso, es una de estas montañas. Habré pasado a su lado 30 veces, siempre la
miro, pero siempre hay algo mejor que hacer, siempre la fui dejando para otro
día. Hoy era su día, el gran día de Peña Cerreos, digna montaña con su historia
que no merece tal deshonra. Allí nos dirigimos.
Cual cuesta de vaques, uno emprende paso 8000 para ir
tragándose esa ladera. Según Stelvio, interminable ladera. Siempre ves la cima
pero nunca llega, todo un castigo por la ofensa cometida.
Cual intrépidos montañeros alcanzamos su cima, de gran
belleza, mirador del Macizo de Ubiña, lugar donde extenuantes sufrimientos
debieron ser vividos por aquellos a los que les tocó defender aquella posición,
torreón de guardia en el Puerto de Tuiza, largo parapeto de piedra con troneras
que recorre toda la cresta del pico. Difícil encontrar mejor lugar para dejar
media hora de nuestras vidas, admirar lo que las nubes nos dejen ver, respirar
el ambiente y reponer algunas de las fuerzas que nos dejamos en el trayecto… y dedicársela
a algún conocido de Stelvio, lo cual ya empieza a ser tradición.
Disfrutado el lugar, solo nos quedaba emprender el regreso
evitando perder la vida en tan magna empresa.
Dejamos evidencia documental de
la noticia que provocaríamos, lo que prometía ser un bonito fin de semana se
convirtió en un infierno…
- - “Tres afamados montañeros fueron encontrados sin
vida en las paredes de Peña Cerreos. Iban perfectamente equipados.
- - Aaaamos pa’bajo chavales!!!
- - Se sabe que hicieron cima por las fotos.”
-
(off the record) - Fueron encontrados hundidos en
un furaco en la nieve del cual no pudieron salir.
Solo nos quedaba decidir si en el refugio tomaríamos caldico
o cerveza… no sin tener que abrirse para entre dudas cada uno tomó su elección.
El día había sido completado… con la basurilla en las
alforjas volvíamos a casa.
Como siempre… un gran día de montaña.
Como siempre, parafraseando a nuestro amigo Carmar, “Salud y
Montaña” compañeros.
Trasgu. Enero’2016.
Tacaño se muestra el año en asunto de nieves, y voto a Bríos que ello me tiene trastocado, así que de momento mantenemos en blanco la temporada por falta del idem. Ocultas canales que algo esconden y olvidadas cumbres cobran ahora relevancia y a la fuerza les dedicamos la atención que les debíamos, descubriendo que lo humilde, en la proximidad, también da satisfacción a los espíritus abiertos y ávidos de naturaleza. Salud y Montaña, compañeros.
ResponderEliminarSeguid y que os proteja Dios con sus virtudes santas!!
EliminarContento de vos estoy y agradecido, don Carmar, prepararemos nuevas cumbres que nos permitan salir de esta tierra si Dios nos concede vida.
Saludo y montaña ... compañero.
PRECIOSA DESCRIPCIÓN Y ARGUMENTACIÓN ,UN SALUDO
ResponderEliminarmuuuuchas gracias conir745.
Eliminar