31 de marzo de 2019
"No he venido a pelear obligado por los
belicosos troyanos, pues en nada se me hicieron culpables -no se llevaron nunca
mis vacas ni mis caballos, ni destruyeron jamás la cosecha en la fértil Ftía,
criadora de hombres, porque muchas umbrías montañas y el ruidoso mar nos
separan-, sino que te seguimos a ti, grandísimo insolente, para darte el gusto
de vengaros de los troyanos a Menelao y a ti, ojos de perro."
Homero, La Iliada.
Era allá por los años 650, casi 1500 años tiempo ha, cuando,
como sucesor de Recesvinto, un tal Wamba, rey de los visigodos, dio esplendor a
tierras del norte. Así, por sendas próximas al hoy Puerto de San Isidro,
comunicaba tierras leonesas con tierras astures, herederas de su cultura
visigoda.
En esta ocasión, dos aguerridos unogradistas se proponen
adentrarse en el glorioso camino Wamba, grandemente referenciado en nuestros días
por todo montañero astur-leones que se precie, allá donde los reyes caminaron, y
todos ellos disfrutaron de sus escenarios y cumbres.
Distancia: 11.80 km
Desnivel acumulado: 902 m.
En el puente Wamba se citan Jorgito Stelvio … y el que aquí
escribe, Trasgu, reminiscencias de los unogradistas que vagaron por cumbres del
mundo.
En un día con ambiente que honra la ocasión, entre neveros y
piornos, al cobijo de un cielo azul y temperatura acogedora, Jorgito y Trasgu
recorren la agradable senda Wamba, en esos primeros momentos del día actualizándose
las noticias uno del otro, y recordando a algunos que un día ejercieron como
unogradistas pero hoy se nos escaquean con las más infundadas escusas (alguno
incluso es capaz de dejar los pinchos en el coche para decir que se tiene que
volver … e intentar que Dios haga pasar de él este castigo) … Si Wamba los viera
…
Mientras Jorgito va relajado … tiene la impresión que hoy
Trasgu lo ha metido en un “paseo por el parque”.
Así llegan al Collado Acebal, punto clave del día, en algún
momento hay que dejar el cómodo sendero, buscando la Peña de los Fornos … “a la
trocha!!!” … Jorgito se resiste … pero allí vamos. “Trasgu!!! ¿Dónde me llevas????”
… es cierto, que en las últimas ocasiones hemos rozado el límite de la tragedia,
pero todavía eran primeras horas de la mañana, daba tiempo a mucha reacción.
Salvada la loma del camino, el cordal de la Peña del Viento,
con la Peña de los Fornos en su inicio se nos muestra en su plenitud. Nos
quedaban por delante las ya nombradas Peña de los Fornos, Peña del Viento,
Collado de las Agujas, Rapaína y Rapaona.
Así, entre trepaducas, con pies y manos los dos unogradistas
disfrutan de un desconocido y sorpresivo Picu Fornos. No estuvo nada mal para
ser la primera … “ya estamos activados … amos to pa’lante!!”. Disfrutamos
enormemente del día y del escenario …
A partir del Fornos, tocaba afrontar la cumbre que da nombre
al cordal, sin duda la más conocida de la zona, y frecuentemente visitada por muchos
de los montañeros que transitan tierras de Wamba. La Peña del Viento, azotada y
“rapada”, de ahí su nombre, por todos los vientos.
Jorgito le ha tomado gustillo a eso de clavar pinchos y
piolo, y como loco busca laderas donde dar uso a los mismos (¿ultimo de la
temporada?) … el tío no tiene límite. Una bonita y disfrutona arista, con
impresionantes vistas a ambos lados, nos llevará al bonito buzón de la Peña del
Viento. Allí firmamos tarjetas de cumbre de otros amigos que previamente habían
estado por allí. La celebración en la cumbre, la tradicional con Jorgito: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡H.
H. P.!!!!!!! Rememorando antiguos amigos.
De la Peña del Viento … a la Rapaína (también nombrada como
Picota las Hazas), con el collado Agujas de por Medio. Cruzando praos y
laderas, imaginando a Wamba por el valle, alcanzamos la Rapaína.
La sorpresa está después … al enlazar Rapaína y Rapaona.
Jorgito resopla. “¡¡¡Trasgu!!! ¡¡ que me vas a matar!!” … pero lo disfruta … entre
boliches, con algún furaco (ya tradicional), pie aquí, mano allá, usando “la
tercera pierna” cuando la cosa se pone complicada, bastones pa’bajo en caso
extremo, … bajamos de la Rapaína, para de forma ya sencilla, mostrar reverencias
al gran Wamba en la Rapaona … las cumbres del día estaban cubiertas.
La meteo nos cambia … ha llegado el momento de retirarse, en
situación de autocomplacencia, por lo bien que lo habíamos hecho, y lo disfrutón
del día, tras cruzar el Arroyo Fornos, solo nos queda despedirnos de Wamba y
agradecerle la oportunidad y compañía que nos dio en el día de hoy.
Como siempre, parafraseando a Carmar …
Salud y montaña montañeros!! Salud y Montaña a Wamba!!