jueves, 25 de febrero de 2010
Telégrafo de Moralzarzal y GR10 por Navacerrada
Pedazo de ruta la que nos metimos entre piños y piñones. Esta es una de esas rutas de rodar y rodar, que te permite ubicar pueblos que hasta ese día habías considerado distantes e independientes; relacionar montañas, sendas y veredas que desde ese instante quedan improntadas en nuestro mapa interior; pero una ruta que al final también terminó siendo incluso “divertida” (en sentido BTT globero).
En esta ocasión nos habíamos propuesto subir a ver el telégrafo óptico de Moralzarzal, visitar el embalse de Navacerrada y recorrer el GR10 que transcurre como sendero entre este pueblo y el de Manzanares el Real.
Distancia: 51km
Desnivel: 1050 m (aprox.)
Tipo de ruta: Pista de tierra o vía pecuaria en algunos tramos cortos incómoda por las piedras. Algún tramo con campo de piedras corto. La entrada y tránsito por la Pedriza es por sendero de montaña con piedras y algún escalón fácil.
Fotos: Galería BTT2 de Buscasombras, Galeria de la ruta.
GPS Trak: Larcos
Llegamos a las 9h a Manzanares el Real. La temperatura de -7ºC no animaba a salir del coche, pero el Sol parecía presagiar un buen día. Nos vestimos con la desgana que es de esperar en esas situaciones, y salimos camino del cementerio para tomar la pista que baja al embalse, y que luego se dirige al S y SE hasta Moralzarzal tras cruzar la carretera que une Colmenar Viejo con Cerceda. En Moralzarzal buscamos la subida al Cabeza Mediana donde está el restaurado telégrafo óptico, al que se sube por una cómoda pista de tierra con buenas vistas de la Cuerda Larga.
Ya en el telégrafo nos ponemos a reponer fuerzas mientras comenzamos a descifrar las marcas del paisaje como si en un mapa se tratase. Una pena que el día no fuera del todo limpio.
La bajada, por pista rota, nos lleva a Collado Mediano y de ahí a Navacerrada saliendo por pista de tierra en una intensa pero corta subida hacía los depósitos de agua.
La senda a la orilla del embalse de Navacerrada se presentó como un lugar ideal para paseos, familias, niños, etc. y para el paseo en bici que nosotros nos estábamos dando.
Saliendo en dirección a las montañas, buscamos el GR10 que por allí transita en dirección E-W y que resulta ser un sendero agradable y sencillo para hacer en bicicleta, con pocas piedras y desniveles no significativos.
Llegados a la urbanización Vista Real y en la Ponderosa se pierde un poco. Nosotros decidimos tirar por la opción que sube pegada al monte, pero hay otras. Saliendo de esta última se gana una ancha y cómoda pista que nos llevaría a Manzanares el Real saliendo justo junto la barrera de La Pedriza del Manzanares.
A unos escasos 5 km nos encontramos con un senderista que nos aconsejó tomar una senda para entrar un poco en la Pedriza. Decía algo así como “…sólo es de subida este tramo, hasta esos pinos, y luego ya la pista está ahí.”. Aunque conozco de sobra la euforia autocomplaciente del montañero por la tarea realizada, decidimos “ir a ver que hay” (frase famosa que a Trasgu y a mi nos recuerda un vivac en medio de una gran tormenta bajo el Perdido, y que ha de ser objeto de algún relato).
El caso es que el sendero era de subida hasta los pinos. Eso sí. Pero luego …. Pues quedaba un rato. Si te pilla fresco, pues es bonito eso de subir por pista rota, sendero, prados, bosque, etc. Pero cuando llevas más de 54km (en el trak aparecen menos kms porque Larcos ha recortado un tramo en el que nos perdimos) se te hace resoplante.
El caso es que tras salir de un bosque llegamos a la pista prometida, la de dentro de la Pedriza y, ¡sorpresa!. La reconozco. Tenemos una suerte fabulosa. Esa pista nos deja en la primera curva de la carretera, enfilados para tomar los 800m del sendero que baja paralelo a la carretera, lo que supone un cierre muy agradable con sus escalones, curvas reviradas, algún salto sobre los canales de agua, etc.
Con ese subidón de ilusión ya solo resta llegar a los coches para cerrar un muy buen día BTTiano.
sábado, 13 de febrero de 2010
Menos mal que tenemos 7Picos
Tiempo estimado: 5h (sin tomar las alternativas).
Desnivel: 500m (sin tomar las alternativas).
Nivel: Iniciación. La subida a los picos en invierno está complicada. Precaución al asomarse a la cara Sur.
Sendero de montaña abrupto. Algunos tramos con hielo. En ocasiones, para ganar alguna zona alta puede ser necesario un piolet.
Agua: Fuente en el Ventoso. Recomendable llevar agua.
Galería fotográfica de Buscasombras: Guadarrama.
Tanto en los tórridos días de verano como en los del temporal más complicado aparece como el lugar ideal donde quemar esas energías que de otra forma nos harían explotar.
De no ser por su fácil acceso y su cómoda y franca subida, ajena al peligro de otras zonas, esta sería una de esas rutas preciadas por todos los montañeros que vendrían atraídos por la belleza de sus cumbres con vistas sobre ambas mesetas.
El macizo de Siete Picos, situado en el cordal de la Sierra de Guadarrama entre el Pto. de Navacerrada y el col. Ventoso (cerca del Pto. de la Fuenfría) tiene su acceso más fácil desde el primero subiendo al cerro del Telégrafo por la pista de sky del mismo nombre para una vez ganada la divisoria de aguas alcanzar el séptimo pico (el primero que se encuentra uno al ir en dir. W).
Dada la sucesión de temporales en la que nos encontramos, decidí aprovechar una corta tregua de unas pocas horas para subir con unos amigos por el camino que ensayé este verano siguiendo el arroyo del Telégrafo. Ver ruta 7Picos Julio.
Esta poco transitada ruta prestó un sabor impresionante al arranar la travesía por el bosque totalmente nevado, y en esta ocasión sin huella alguna, con el único problema de tener que atravesar la pista de sky del Telégrafo.
La ruta se puede resumir en una excursión plácida, con una temperatura gélida, unas vistas excepcionales y un frío intenso que nos había dejado una nieve sin transformar que tendría que ser calificada como peligrosa si hubiésemos querido hacer algo técnico.
Cómo sería que, a la vuelta por el Camino Schmit, en movimiento y con ropa que he usado en los Gredos o en los Alpes a temperaturas que en las que se me helaba la dragonera, llegue a temblar y castañetear. Vamos, un frío de tres pares de….e..eee…eeee crampones.
martes, 2 de febrero de 2010
Peñalara: Espolón Sherpa de los Balcanes.
31 de enero de 2010
Dedicado a aquella que un día dijo querer llegar a ser una perfecta “uno-gradista”, pero que dejó esta intención por otras no se sabe cuales, dejándonos en el más absoluto abandono, desposeídos de esas grandes afirmaciones: “¿piolet-bota? NO!!, PIOLET!!” (algún día lo explicaré).
“¿Cómo llenamos la mañana del domingo?”, preguntaba Buscasombras después de saber que él mismo y Trasgu estarían “ociosos” en Madrid.
Había que buscar algo ‘rápido’. Se barajan dos opciones fundamentales, el Pico del Lobo o Peñalara. Finalmente decidimos quedarnos en Peñalara: allí siempre hay donde jugar.
El domingo por la mañana, ya un poco tarde por el mal tiempo reinante, nos plantamos en el aparcamiento de Cotos. Salir de allí fue lo más duro de la jornada. Entre autobuses y otro tipo de elementos había montada una buena. Incluso nos encontramos, allí entre la ventisca, al típico gorrilla, a 4-5 grados bajo cero, ‘ayudando’ en el aparcamiento. Religiosamente, pagamos ‘la voluntad’.
El día se presenta bastante ‘desagradable’: frio, viento, nieve, … en fín, un día de esos completitos para saber en qué consisten (creo que es bueno saberlo y que no se nos olvide). No teníamos ningún plan marcado:solo ir a Peñalara y sobre la marcha, dependiendo de las condiciones reinantes decidir que hacíamos.
Buscasombras empieza a ‘flaquear’ pronto: “¿y si tomamos un café?”. Ya veía yo que no tenía muchas ganas de pasar frío. Si le doy opción no salimos del aparcamiento:”Anda … vamos que llevo te calentito, lo tomamos arriba”.
Lo bueno que tienen estos días es que un sitio habitualmente concurrido, como Peñalara, se convierte en un sitio bastante aislado en cuanto te separas un poco del aparcamiento (aunque te puedas llevar alguna sorpresa, véase el relato más adelante).
Tomamos el camino de la Laguna de Peñalara. Vista la poca nieve que hay, renunciamos al tubo del Duro (que Buscasombras tenía planeado), dirigiendo nuestros pasos a la zona de 5 Lagunas, donde tenemos fichados varias canales: alguna de ellas podremos hacer.
Ya en el collado que asoma a Cinco Lagunas, la situación es bastante complicada. Allí nos juntamos cinco montañeros mirándonos a ver que se podía hacer. Uno de ellos lo tenía claro: estaba esperando una excursión y el día no estaba para excursiones. En nuestro caso, miro el GPS y busco a ver que tengo: muy cerca tengo marcada la entrada a una canal realizada en su día con la “sherpa de los Balcanes” (yo la llamé la canal desconocida, a ver si Buscasombras, ahora que ha estado por allí, como gran conocedor de la zona los saca alguno de esos nombres que aparecen no se sabe donde).
“Pero … ¿sabes como está de nieve? ¿se ven las piedras?”, pregunta Buscasombras intentando averiguar que se va a encontrar allí. “Vamos tiiiioo!! La canal está a 5 minutos, vamos, nos asomamos y la vemos”.
Una vez allí, no hay quien resista ponerse los crampones y probar, para ver que hay arriba. Así lo hicimos.
Esta canal, sin tener ningún tipo de complicación, ni se especialmente exigente en ningún aspecto, es bastante entretenida para estos días de mal tiempo donde uno no sabe qué hacer. Tiene un par de rampas curiosas y un pequeño resalte que pasar, pero todo facilón.
En este día, donde no veíamos más allá de dos metros (especialmente Buscasombras con sus constantes problemas con todo tipo de gafas, anteojos, lentes … que se pusiera delante de los ojos … la verdad es que el día estaba bastante malo), la navegación (en nuestro caso mediante “hippy ese” se convierte en un aspecto crucial: un par de veces que paramos a hablar y distrajimos nuestra atención con los comentarios tratados, salimos andando justo al revés (podíamos haber llegado a Segovia sin darnos cuenta).
Finalmente, después de completar nuestra canal y tirar un poco del aparato, hacemos cumbre: “es la primera vez que vengo a Peñalara por la mañana (12:00) y no hay nadie!!! Esto es un lujo”, le comento a Buscasombras en aquel momento. Allí en la cumbre, la situación era insostenible, no se podía parar: ráfagas de viento que tiraban el hielo como cristales, una niebla que no te dejaba ver más de dos metros, un frío que forma una capa de hielo en torno a todo aquello que no se mueva, … había que renunciar al te (vaya putada para Buscasombras), no queda otra que empezar a bajar cuanto antes. Decimos bajar por donde resulta más sencillo: por Dos Hermanas (cumbres aledañas a Peñalara). En determinados momentos me vienen a la cabeza los desgraciados sucesos vividos esta semana por conocidos de determinados foros. Un pequeño homenaje a ellos.
La bajada, hasta que encontramos la verja de salida es un seguimiento continuo del “hippy ese”, ya en la verja, solo hay que seguir el camino muy marcado (aquí no hay pérdida posible).
En el descenso, todavía bastante más arriba, nos llevaremos una de las sorpresas del día: tres jóvenes montañeros, sin duda muy aguerridos, nos preguntan cómo pueden llegar a la laguna. Donde estaban había dos opciones: o se dan la vuelta hasta el depósito (bastante recomendable) o cruzan por debajo de Dos Hermanas por el refugio Zabala. Les recomendamos que se den la vuelta, el día no estaba para muchas contemplaciones de la Laguna, la cual solo verían cuando metieran un pie en la misma. No obstante, dada su obstinación les indicamos el camino por el refugio Zabala (el desvío estaba un poco más arriba). Todo hubiera sido más o menos normal si no fuera porque llevaban un trineo de plástico, pantalones vaqueros y zapatillas de las que Buscasombras llama “Palagüer” (“pa la güerta de mi casa”). A pesar de los muchos consejos dados por los allí presentes, deciden seguir al Zabala y nosotros para abajo (hoy he leído el periódico, leído foros y parece que, afortunadamente, no pasó nada). Me imagino que se darían la vuelta rápido.
Finalmente llegamos, ya de retirada al aparcamiento: “¿cervecita o el te prometido?”, le pregunto a Buscasombras. “Mejor el te, vaya frio que hemos pasado”, responde. Acabamos el día tomando el te, dentro del coche, aderezado con una tapa de chorizo de León y unas cuantas uvas pasas. Esta vez, en lugar de a la cumbre, hubimos de renunciar a las cervecitas (lo cual a mi me da muchas más pena que lo de renunciar a la cumbre, ja ja ja).
Trasgu, 2010.
Dedicado a aquella que un día dijo querer llegar a ser una perfecta “uno-gradista”, pero que dejó esta intención por otras no se sabe cuales, dejándonos en el más absoluto abandono, desposeídos de esas grandes afirmaciones: “¿piolet-bota? NO!!, PIOLET!!” (algún día lo explicaré).
“¿Cómo llenamos la mañana del domingo?”, preguntaba Buscasombras después de saber que él mismo y Trasgu estarían “ociosos” en Madrid.
Había que buscar algo ‘rápido’. Se barajan dos opciones fundamentales, el Pico del Lobo o Peñalara. Finalmente decidimos quedarnos en Peñalara: allí siempre hay donde jugar.
El domingo por la mañana, ya un poco tarde por el mal tiempo reinante, nos plantamos en el aparcamiento de Cotos. Salir de allí fue lo más duro de la jornada. Entre autobuses y otro tipo de elementos había montada una buena. Incluso nos encontramos, allí entre la ventisca, al típico gorrilla, a 4-5 grados bajo cero, ‘ayudando’ en el aparcamiento. Religiosamente, pagamos ‘la voluntad’.
El día se presenta bastante ‘desagradable’: frio, viento, nieve, … en fín, un día de esos completitos para saber en qué consisten (creo que es bueno saberlo y que no se nos olvide). No teníamos ningún plan marcado:solo ir a Peñalara y sobre la marcha, dependiendo de las condiciones reinantes decidir que hacíamos.
Buscasombras empieza a ‘flaquear’ pronto: “¿y si tomamos un café?”. Ya veía yo que no tenía muchas ganas de pasar frío. Si le doy opción no salimos del aparcamiento:”Anda … vamos que llevo te calentito, lo tomamos arriba”.
Lo bueno que tienen estos días es que un sitio habitualmente concurrido, como Peñalara, se convierte en un sitio bastante aislado en cuanto te separas un poco del aparcamiento (aunque te puedas llevar alguna sorpresa, véase el relato más adelante).
Tomamos el camino de la Laguna de Peñalara. Vista la poca nieve que hay, renunciamos al tubo del Duro (que Buscasombras tenía planeado), dirigiendo nuestros pasos a la zona de 5 Lagunas, donde tenemos fichados varias canales: alguna de ellas podremos hacer.
Ya en el collado que asoma a Cinco Lagunas, la situación es bastante complicada. Allí nos juntamos cinco montañeros mirándonos a ver que se podía hacer. Uno de ellos lo tenía claro: estaba esperando una excursión y el día no estaba para excursiones. En nuestro caso, miro el GPS y busco a ver que tengo: muy cerca tengo marcada la entrada a una canal realizada en su día con la “sherpa de los Balcanes” (yo la llamé la canal desconocida, a ver si Buscasombras, ahora que ha estado por allí, como gran conocedor de la zona los saca alguno de esos nombres que aparecen no se sabe donde).
“Pero … ¿sabes como está de nieve? ¿se ven las piedras?”, pregunta Buscasombras intentando averiguar que se va a encontrar allí. “Vamos tiiiioo!! La canal está a 5 minutos, vamos, nos asomamos y la vemos”.
Una vez allí, no hay quien resista ponerse los crampones y probar, para ver que hay arriba. Así lo hicimos.
Esta canal, sin tener ningún tipo de complicación, ni se especialmente exigente en ningún aspecto, es bastante entretenida para estos días de mal tiempo donde uno no sabe qué hacer. Tiene un par de rampas curiosas y un pequeño resalte que pasar, pero todo facilón.
En este día, donde no veíamos más allá de dos metros (especialmente Buscasombras con sus constantes problemas con todo tipo de gafas, anteojos, lentes … que se pusiera delante de los ojos … la verdad es que el día estaba bastante malo), la navegación (en nuestro caso mediante “hippy ese” se convierte en un aspecto crucial: un par de veces que paramos a hablar y distrajimos nuestra atención con los comentarios tratados, salimos andando justo al revés (podíamos haber llegado a Segovia sin darnos cuenta).
Finalmente, después de completar nuestra canal y tirar un poco del aparato, hacemos cumbre: “es la primera vez que vengo a Peñalara por la mañana (12:00) y no hay nadie!!! Esto es un lujo”, le comento a Buscasombras en aquel momento. Allí en la cumbre, la situación era insostenible, no se podía parar: ráfagas de viento que tiraban el hielo como cristales, una niebla que no te dejaba ver más de dos metros, un frío que forma una capa de hielo en torno a todo aquello que no se mueva, … había que renunciar al te (vaya putada para Buscasombras), no queda otra que empezar a bajar cuanto antes. Decimos bajar por donde resulta más sencillo: por Dos Hermanas (cumbres aledañas a Peñalara). En determinados momentos me vienen a la cabeza los desgraciados sucesos vividos esta semana por conocidos de determinados foros. Un pequeño homenaje a ellos.
La bajada, hasta que encontramos la verja de salida es un seguimiento continuo del “hippy ese”, ya en la verja, solo hay que seguir el camino muy marcado (aquí no hay pérdida posible).
En el descenso, todavía bastante más arriba, nos llevaremos una de las sorpresas del día: tres jóvenes montañeros, sin duda muy aguerridos, nos preguntan cómo pueden llegar a la laguna. Donde estaban había dos opciones: o se dan la vuelta hasta el depósito (bastante recomendable) o cruzan por debajo de Dos Hermanas por el refugio Zabala. Les recomendamos que se den la vuelta, el día no estaba para muchas contemplaciones de la Laguna, la cual solo verían cuando metieran un pie en la misma. No obstante, dada su obstinación les indicamos el camino por el refugio Zabala (el desvío estaba un poco más arriba). Todo hubiera sido más o menos normal si no fuera porque llevaban un trineo de plástico, pantalones vaqueros y zapatillas de las que Buscasombras llama “Palagüer” (“pa la güerta de mi casa”). A pesar de los muchos consejos dados por los allí presentes, deciden seguir al Zabala y nosotros para abajo (hoy he leído el periódico, leído foros y parece que, afortunadamente, no pasó nada). Me imagino que se darían la vuelta rápido.
Finalmente llegamos, ya de retirada al aparcamiento: “¿cervecita o el te prometido?”, le pregunto a Buscasombras. “Mejor el te, vaya frio que hemos pasado”, responde. Acabamos el día tomando el te, dentro del coche, aderezado con una tapa de chorizo de León y unas cuantas uvas pasas. Esta vez, en lugar de a la cumbre, hubimos de renunciar a las cervecitas (lo cual a mi me da muchas más pena que lo de renunciar a la cumbre, ja ja ja).
Trasgu, 2010.
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