29 de enero de 2023
Don Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha.
Y Cacahuetes volvió a la montaña!!
Hace ya unos años, había decidido no volver a la montaña en la Sierra de Madrid … el stress de su saturación, ya desde horas intempestivas, me superó. Era el 21 de enero de 2018, hace ya cinco años … en aquel momento había llegado “el final de una era” (http://uno-gradistas.blogspot.com/2018/01/el-final-de-una-era.html)
Pero a uno siempre le quedan deudas pendientes, cosas por hacer, sueños que cumplir …
Entre los grandes “tubos” de Guadarrama, esos con entidad propia, esos con renombre que todo montañero anhela hacer en algún momento, tenemos el “tubo de todos”.
En este caso la dificultad no está en su dificultad técnica, que no la tiene, la dificultad estriba en encontrar las circunstancias y condiciones adecuadas que permita hacerlo con cierta dignidad.
Muchas veces lo he mirado desde arriba … “esta es la salida del tubo de todos” … pero nunca lo había hecho. Nunca habían coincidido en el tiempo las condiciones para hacerlo, mi disponibilidad, y la intención para ello. El mito del Elefante Blanco.
Unos días antes Cacahuetes, aquel de ilustre nickname, quien un día casi entrega su vida en la montaña ingiriendo tan ilustre y recurrido fruto seco, recordando que todavía tenía por casa los pinchos y piolo que algún día uso como ilustre montañero altivo, me propone salir a hacer algo a la montaña. Es enero, acababa de nevar hace unos días, hacía buen tiempo … Cacahuetes quería volver a lo que un día fue …
Por mi parte no consideraba volver a Guadarrama … un día de fin de semana con sol, aquello puede ser terrible, toda la humanidad allí buscando su “cachico de nieve” … horroroso. Considero varias opciones, pero no lo veía. Hasta que Dios me vino a ver … ¡¡El tubo de todos!!
A partir de ese momento todo cambia … era el momento, condiciones perfectas, … podíamos saldar esa eterna deuda pendiente, muchos años después, con buena compañía, … podíamos hacer desaparecer ese Elefante Blanco de nuestras vidas. Allí vamos!!
Cacahuetes, su amigo el rocker (nuevo montañero que se une a la familia de los ilustres unogradistas … ¡¡bienvenido a este selecto grupo!!) … y como siempre, este que suscribe, Trasgu, montañero en decadencia.
Cacahuetes debió de buscar todos los aperos … esto para que valía, esto como se ponía, los tirantes de la mochila ya no me entran, pues si que estaba delgado hace unos años, parece que algo he engordado, ¿y esta camiseta era mía? … si no me cabe!! … me la habrán lavado con agua caliente … en fin … no sabríamos que fue lo que pasó.
De esta forma nos presentamos en el aparcamiento de la barranca … no sin antes fijar nuestra atención, como casi siempre en el Hospital del Santo Ángel, hoy completamente abandonado y fuente de toda clase de imaginaciones y misterios. A nosotros nos daría charla para un rato. El aparcamiento no estaba “petado”, estado aceptable … lo más difícil del día ya lo habíamos hecho.
Antes, el rocker, como alma caritativa, había dejado abandonados sus piolos allí en la gran avenida de Alcalá donde lo recogimos … debió ser fruto del stressss del momento, de saber que hoy iba a pinchar nieve. Alguien le debe estar eternamente agradecido, nunca los volvió a ver y ese alguien los estará utilizando para labores de jardinería en el patio de su casa.
De esta forma, después de los típicos momentos preparativos previos (¡¡en los que la tensión del momento se masca en el ambiente!!), emprendemos nuestro camino a través del valle de la barranca rumbo al Peñotillo … ilustre camino de montañeros.
Me llama la atención el perfil de aquellos que compartimos camino ese día … todos talluditos, con aperos que podríamos calificar como “históricos”, cuasi de museo, mochilas ochenteras, piolos desgastados a la espalda, … jajajaja … todas las viejas glorias estaban allí!! Se respiraba ambiente montañero … decadente (en el buen sentido de la palabra … ninguno cumplíamos 30 años … y las mochilas ninguna tenía menos de 10 años) … jajajaja … con cuantos de ellos me cruzaría hace ya años en nuestras múltiples salidas por Guadarrama, cuando todavía se podía salir por allí. ¡¡Qué ambiente se respira!!
Por el camino mantenemos la cuestión filosófica de como sería la vida de Cacahuetes dentro de 20 años … “no te preocupes Cacahuetes, iremos a verte y te llevaremos manises” … aquello da para unas risas, que hacen la primera parte muy entretenida, disfrutando de ese frescor matutino tan añorado por aquellos que gustan de caminar por la montaña. En cualquier caso … Cacahuetes, era cierto que iremos a verte, iremos a charlar contigo, te llevaremos manises, no te abandonaremos.
Rodeando el Peñotiño, cual eterna referencia de las puertas de entrada al mágico reino de la montaña, allá donde el humano pierde su poder y todos nos ponemos en manos de los dioses que moran las cumbres,
Buscamos la entrada al tubo de todos rodeando las faldas de la Maliciosa … es allí donde hacemos la parada técnica para ponernos los pinchos y cambiar bastón por piolo. Uno, cada vez que realizamos esta acción, se pone más nervioso, te tiemblan las canillas de emoción, se te saltan las lágrimas, … este día la emoción nos invade. Pinchos y piolos!!!! … cada día es más difícil.
El trayecto es muy entretenido, con ambiente de los de antaño: diversas cordadas intentan aprovechar los tubos formados, el hielo refleja los brillos del sol encastrado en las grietas donde parece querer resguardarse, la roca deja caer los hilos del agua que ya escapa desde arriba, abajo la nieve blanca, arriba un cielo azul, en la base de cada cordada el que asegura, los que charlan y los que se asoman a mirar, cuerda de color hacia arriba y a mitad de pared, uno que intenta agarrarse, e ir subiendo como puede.
Ese día, como para dar máximo esplendor al entorno, los
bomberos nos deleitan con su pequeña exhibición: llega el helicóptero, apoya la
pala para que uno de ellos baje. Cuando esto ocurre, siempre se mira alrededor
a ver a quien vienen a recoger … esta vez el problema no era de hoy, venían a
recoger material de alguien a quien el día anterior tuvieron que echar una mano.
Siempre es un espectáculo verlos tan cerca.
Desde aquí es desde donde iniciamos el tubo … muy abierto al principio, encajonado después, con un descanso en el centro que, girando a la izquierda, da acceso a aquel emblemático encajonamiento que tantas veces hemos mirado desde la cumbre de la Maliciosa. Nos lo encontramos bien de nieve, con la nieve bien asentada, y un día inmejorable. A esto habíamos venido … después de muchos años, estábamos subiendo el tubo de todos, ¡¡con pinchos en los pies y los piolos en ambas manos!!.
Allí uno disfruta cual lechón en lodazal … varios tramos, distintas dificultados, buscando sol y sombra, buen ambiente, buena nieve … es el momento del año!!
Ya en la cumbre, con la romería típica del lugar (hay cosas que nunca cambian …) solo nos queda salir de allí cuanto antes.
Eso si, en el retorno siempre quedan unos momentos para disfrutar de las vistas en el Collado del Piornal. Con la cantidad de veces que uno ha pasado por allí, siempre le vuelven a uno algunos de los recuerdos de lo allí vivido.
Sin más … solo nos queda el descenso de la Barranca … y la vuelta a casa con la tranquilidad y el reposo que a uno le deja la jornada vivida.
Día para el recuerdo.
Salud y montaña amigos!!
Trasgu, enero 2023.