25 de abril de 2010
“La soledad es la única que nos entiende y nunca jamás cuestionará todo aquello que pensemos.”
Durante la semana se presentan en todo momento temperaturas primaverales, para el fin de semana el pronóstico continúa. Por primera vez este año tenía un fin de semana ‘agradable’, y esto no quiere decir que ‘los otros’ no me gusten, pero de todo debemos tener, y esta temporada, el ‘buen tiempo’ brillo por su ausencia durante mucho tiempo.
Me empiezo a quedar sin compañero de fatigas, unos hacen mucho que no aparecen, otros tienen ‘quehaceres’ más importantes, … busco hasta el último momento clientes para el Ocejón, pero nada, ni llevándolos se animan.
El sábado a las 8 de la tarde estoy solo, sin compañero, y ya sabemos … “nunca debemos ir a la montaña solos” (ya lo dicen muchos por ahí). No obstante, me costaba renunciar a este fin de semana, tenía ganas de dar una vuelta, de volver a la montaña. Como dice un conocido … “llevándose bien con uno mismo, lo mejor es estar solo”. Lo pienso un poco y me doy cuenta que también me apetece tener un día de montaña en soledad, disfrutando del fresco, de las montañas, de aquellas cosas que cuando vas acompañado pasan inadvertidas, … hacía tiempo que no lo hacía y este domingo tocaba.
¿Dónde voy? Aunque el Ocejón era un primer objetivo lo desecho, demasiado aislado ante cualquier problema. Otra posibilidad era el Montón de Trigo, seguro que ya sin nieve, pero mirando por la ventana, veo que en la zona de Peñalara hay todavía nieve, mejor aprovechar estas últimas oportunidades. Por Peñalara, ya hemos estado últimamente, no me apetecía volver. Está claro, iré a las Cabezas de Hierro, concretamente, para darle un buen aliciente por la norte, por los pulmones de las Cabezas, y para volver … nos lo tomaremos con calma y de forma relajada bajaré por la disfrutona Loma del Noruego, después de haber visto de cerca la, para mi, siempre agradecida Bola del Mundo. ¡¡Perfecto!!
Tiempo estimado: 6-7 h.
Desnivel acumulado: 1119 m.
Distancia: 15,52 km.
Nivel: Medio, especialmente con hielo, "los Pulmones" pueden ser peligrosos.
A las Cabezas de Hierro, el nombre les viene a estas cimas porque contienen algo de hierro magnético cerca de las cumbres. Esta montaña es la segunda más alta de la Sierra de Guadarrama, después de Peñalara. Esta es una cumbre doble, es decir, son dos picos que están muy cerca uno del otro (700 m les separan). El más alto de los dos es la Cabeza de Hierro Mayor (2.383 m), siendo el segundo pico más alto de la Sierra de Guadarrama y de la Comunidad de Madrid. Su pico hermano es la Cabeza de Hierro Menor (2.374 m).
Como estoy solo, madrugo, llego bastante pronto al aparcamiento de Cotos, donde ya había 4-5 coches, no tarde más de 5 minutos en ponerme las botas y tranquilamente emprendo camino a las Cerradillas.
En el trayecto observo que las Cabezas todavía se pueden aprovechar, no es que sobre, pero tienen nieve suficiente como para pasar un rato agradable.
El primer tramo, bajo mi punto de vista, es uno de los más bonitos en toda la Serranía de Navacerrada. Me acerco hasta el refugio del Pingarrón, muy cercano y muy bien acondicionado. Estaba prácticamente lleno, con todos sus moradores en los brazos de Morfeo, con sigilo entro y echo un vistazo. Es un refugio no atendido, pero muy bien acondicionado. Tomo nota de ello, los que tenemos guajes hemos de ir pensado en estas opciones.
Desde el refugio, en un continuo cruce de arroyos, bien cargados de agua del deshielo, busco Las Cerradillas, para desde allí, a la trocha, tomar el riachuelo que me llevará hasta los pulmones de las Cabezas (me imagino que así denominados por su parecido con los pulmones de un animal). Sin duda, este es el trayecto que más disfrutaré durante el día: rincones donde la tranquilidad te llena, el sonido continuo del agua, el frescor de la mañana, …. Intento apreciar cada sonido que puedo percibir, cada olor que me llega, cada pequeño árbol o matorral que cualquier otro día pasaría desapercibido. Todo este trayecto discurre en la más absoluta soledad.
Así, entre recuerdos y pensamientos, entre sentimientos y sensibilidades, con alguna que otra canción suavemente tarareada, subiendo entre el arroyo que desciende, esquivando el agua, alguna que otra vez sin éxito, diviso los pulmones. Ese es el objetivo del día. Efectivamente tienen nieve suficiente para aprovechar el tubo. Dejamos a un lado todas las ‘tonterías’ anteriores y nos centramos en lo que tenemos delante, la subida final a la Cabeza Mayor.
La subida se hace muy entretenida, con tramos de nieve y hielo, roca mojada por tramos, incluso necesito alguna trepada de 2-3 metros, para poder alcanzar otra de las palas de nieve que queda por arriba. Subo bastante cómodo, intentando no dejar de disfrutar de lo que iba dejando atrás, intentando imaginar cómo habría estado este invierno, no obstante centro mi atención en el trayecto a seguir.
De esta forma, entre palas de nieve, algún ‘pedreru’, pisando algún piornal, pongo rumbo a la cima de la Cabeza Mayor. Los últimos metros, como siempre, con la cima a la vista, ya más relajado, se hacen muy llevaderos.
En la cima de la Cabeza Mayor, aprovecho para tomar un tentempié, todavía en soledad, aunque serán ya los últimos instantes. Desde aquí no dejaré de ver a caminantes que por la Cuerda Larga, allí se aproximaban. La zona de la Bola del Mundo parecerá una romería.
Al ver la Pedriza, seguro que a más de uno le trae buenos recuerdos, con las Torres al fondo …
En la Cabeza Menor, me sorprende lo ‘bonita que la han dejado’, con esos banderines de oración típicos del Himalaya. En ciertos instantes, esta cima se llega a cubrir por la niebla, pero no deja de ser algo accidental en un día bastante despejado.
De la Cabeza Menor, a través del Collado de Valdemartín, el siempre ‘pestoso’ Cerro de Valdemartín, el collado de Guarramillas con su Ventisquero de la Condesa (nacimiento del rio Manzanares), llego al Alto de las Guarramillas o Bola del Mundo, donde las antenas, que a mi siempre me recordarán a las de Tin-tin, hacen esta cima inconfundible.
Desde aquí, tal y como traía en la cabeza, tomo la Loma del Noruego, donde especialmente la última etapa, de nuevo en soledad, me retrae de nuevo a esas meditaciones, recuerdos y pensamientos que hoy había venido a buscar. De nuevo un par de canciones tarareadas, recuerdos de un cuento que escuché en la calle el día anterior, y pronto, bastante antes de lo esperado, me encuentro de nuevo en el aparcamiento de Cotos, donde se inició este día distinto a lo habitual.
Por cierto, al llegar a casa, pienso… ya estoy preparado para esos grandes eventos que en 15 años no los habíamos podido vivir (ja ja ja ja ….)
Trasgu, 2010.
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Hola Trasgu, gacias por incluirnos en tu lista, procedemos igual...me encanta la foto de portada.
ResponderEliminarSaludos.
De nada sherpa, muchas gracias igualmente a vosotros.
ResponderEliminarTe tenía 'fichado' pero no te relacionaba con el 'mapache team', je je.
Sobre la foto de portada ... es el macizo de Ubiña, si os animáis a dar una vuelta por allí, no me importaría acompañaros.
S2
Trasgu