martes, 2 de febrero de 2010

Peñalara: Espolón Sherpa de los Balcanes.

31 de enero de 2010

Dedicado a aquella que un día dijo querer llegar a ser una perfecta “uno-gradista”, pero que dejó esta intención por otras no se sabe cuales, dejándonos en el más absoluto abandono, desposeídos de esas grandes afirmaciones: “¿piolet-bota? NO!!, PIOLET!!” (algún día lo explicaré).


“¿Cómo llenamos la mañana del domingo?”, preguntaba Buscasombras después de saber que él mismo y Trasgu estarían “ociosos” en Madrid.

Había que buscar algo ‘rápido’. Se barajan dos opciones fundamentales, el Pico del Lobo o Peñalara. Finalmente decidimos quedarnos en Peñalara: allí siempre hay donde jugar.

Perfil Espolon Sherpa de los Balcanes

Perfil Espolon Sherpa de los Balcanes

ruta peñalara

Espolon

Espolon

El domingo por la mañana, ya un poco tarde por el mal tiempo reinante, nos plantamos en el aparcamiento de Cotos. Salir de allí fue lo más duro de la jornada. Entre autobuses y otro tipo de elementos había montada una buena. Incluso nos encontramos, allí entre la ventisca, al típico gorrilla, a 4-5 grados bajo cero, ‘ayudando’ en el aparcamiento. Religiosamente, pagamos ‘la voluntad’.

El día se presenta bastante ‘desagradable’: frio, viento, nieve, … en fín, un día de esos completitos para saber en qué consisten (creo que es bueno saberlo y que no se nos olvide). No teníamos ningún plan marcado:solo ir a Peñalara y sobre la marcha, dependiendo de las condiciones reinantes decidir que hacíamos.

Cotos

Cotos

Buscasombras empieza a ‘flaquear’ pronto: “¿y si tomamos un café?”. Ya veía yo que no tenía muchas ganas de pasar frío. Si le doy opción no salimos del aparcamiento:”Anda … vamos que llevo te calentito, lo tomamos arriba”.

Lo bueno que tienen estos días es que un sitio habitualmente concurrido, como Peñalara, se convierte en un sitio bastante aislado en cuanto te separas un poco del aparcamiento (aunque te puedas llevar alguna sorpresa, véase el relato más adelante).

Subida al mirador de la gitana

Tomamos el camino de la Laguna de Peñalara. Vista la poca nieve que hay, renunciamos al tubo del Duro (que Buscasombras tenía planeado), dirigiendo nuestros pasos a la zona de 5 Lagunas, donde tenemos fichados varias canales: alguna de ellas podremos hacer.

Hacia el mirador de la gitana

Nieve

Ya en el collado que asoma a Cinco Lagunas, la situación es bastante complicada. Allí nos juntamos cinco montañeros mirándonos a ver que se podía hacer. Uno de ellos lo tenía claro: estaba esperando una excursión y el día no estaba para excursiones. En nuestro caso, miro el GPS y busco a ver que tengo: muy cerca tengo marcada la entrada a una canal realizada en su día con la “sherpa de los Balcanes” (yo la llamé la canal desconocida, a ver si Buscasombras, ahora que ha estado por allí, como gran conocedor de la zona los saca alguno de esos nombres que aparecen no se sabe donde).

“Pero … ¿sabes como está de nieve? ¿se ven las piedras?”, pregunta Buscasombras intentando averiguar que se va a encontrar allí. “Vamos tiiiioo!! La canal está a 5 minutos, vamos, nos asomamos y la vemos”.

Una vez allí, no hay quien resista ponerse los crampones y probar, para ver que hay arriba. Así lo hicimos.





Esta canal, sin tener ningún tipo de complicación, ni se especialmente exigente en ningún aspecto, es bastante entretenida para estos días de mal tiempo donde uno no sabe qué hacer. Tiene un par de rampas curiosas y un pequeño resalte que pasar, pero todo facilón.





Circo de Gredos

Resalte

En este día, donde no veíamos más allá de dos metros (especialmente Buscasombras con sus constantes problemas con todo tipo de gafas, anteojos, lentes … que se pusiera delante de los ojos … la verdad es que el día estaba bastante malo), la navegación (en nuestro caso mediante “hippy ese” se convierte en un aspecto crucial: un par de veces que paramos a hablar y distrajimos nuestra atención con los comentarios tratados, salimos andando justo al revés (podíamos haber llegado a Segovia sin darnos cuenta).

Finalmente, después de completar nuestra canal y tirar un poco del aparato, hacemos cumbre: “es la primera vez que vengo a Peñalara por la mañana (12:00) y no hay nadie!!! Esto es un lujo”, le comento a Buscasombras en aquel momento. Allí en la cumbre, la situación era insostenible, no se podía parar: ráfagas de viento que tiraban el hielo como cristales, una niebla que no te dejaba ver más de dos metros, un frío que forma una capa de hielo en torno a todo aquello que no se mueva, … había que renunciar al te (vaya putada para Buscasombras), no queda otra que empezar a bajar cuanto antes. Decimos bajar por donde resulta más sencillo: por Dos Hermanas (cumbres aledañas a Peñalara). En determinados momentos me vienen a la cabeza los desgraciados sucesos vividos esta semana por conocidos de determinados foros. Un pequeño homenaje a ellos.

Peñalara

Peñalara

La bajada, hasta que encontramos la verja de salida es un seguimiento continuo del “hippy ese”, ya en la verja, solo hay que seguir el camino muy marcado (aquí no hay pérdida posible).

En el descenso, todavía bastante más arriba, nos llevaremos una de las sorpresas del día: tres jóvenes montañeros, sin duda muy aguerridos, nos preguntan cómo pueden llegar a la laguna. Donde estaban había dos opciones: o se dan la vuelta hasta el depósito (bastante recomendable) o cruzan por debajo de Dos Hermanas por el refugio Zabala. Les recomendamos que se den la vuelta, el día no estaba para muchas contemplaciones de la Laguna, la cual solo verían cuando metieran un pie en la misma. No obstante, dada su obstinación les indicamos el camino por el refugio Zabala (el desvío estaba un poco más arriba). Todo hubiera sido más o menos normal si no fuera porque llevaban un trineo de plástico, pantalones vaqueros y zapatillas de las que Buscasombras llama “Palagüer” (“pa la güerta de mi casa”). A pesar de los muchos consejos dados por los allí presentes, deciden seguir al Zabala y nosotros para abajo (hoy he leído el periódico, leído foros y parece que, afortunadamente, no pasó nada). Me imagino que se darían la vuelta rápido.

Finalmente llegamos, ya de retirada al aparcamiento: “¿cervecita o el te prometido?”, le pregunto a Buscasombras. “Mejor el te, vaya frio que hemos pasado”, responde. Acabamos el día tomando el te, dentro del coche, aderezado con una tapa de chorizo de León y unas cuantas uvas pasas. Esta vez, en lugar de a la cumbre, hubimos de renunciar a las cervecitas (lo cual a mi me da muchas más pena que lo de renunciar a la cumbre, ja ja ja).

Trasgu, 2010.

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