“Y
has de saber más: que el buen caballero andante, aunque vea diez gigantes que
con las cabezas no sólo tocan, sino pasan las nubes, y que a cada uno le sirven
de piernas dos grandísimas torres, y que los brazos semejan árboles de gruesos
y poderosos navíos, y cada ojo como una gran rueda de molino y mas ardiendo que
un horno de vidrio, no le han de espantar en manera alguna, antes con gentil
continente y con intrépido corazón los ha de acometer y embestir, y, si fuere
posible, vencerlos y desbaratarlos en un pequeño instante, aunque viniesen
armados de unas conchas de un cierto pescado que dicen que son mas duras que si
fuesen de diamantes, y en lugar de espadas trujesen cuchillos tajantes de
damasquino acero, o porras ferradas con puntas asimismo de acero, como yo las
he visto más de dos veces.”
Miguel de
Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
22 de abril de 2012
CA! BE! ZAS! … CA! BE! ZAS!!
Se trataba de las
Cabezas de Hierro, no las nuestras, que tampoco desmerecen.
Las Cabezas de
Hierro es una de las rutas más exigentes que se pueden hacer por la zona de
Cotos. Si se decide subir por su cara Norte, por los Pulmones, aquello no tiene
desperdicio. Toda una clásica.
A esta zona le
tengo un especial cariño, por ella, por el Circo de las Cerradillas, empecé a
conocer la Sierra de Madrid, aquí empezaron mis primeras lecciones sobre que
era un piolo y unos pinchos. Ya hace años de aquello, aquí seguimos, sin haber
salido de “promesas amateur”.
Hacía dos añosque no me acercaba por allí, ya tocaba. Vamos Buscasombras y yo, a ver que hay
allí arriba.
La noche había
sido dura, y corta, a las 8 de la mañana estamos del parking de Cotos, ya a
medio ocupar. El fresco de la mañana, agradable, limpio, me recupera para la
vida, parece que empiezo a ser persona.
Nos sorprende la
cantidad de nieve que hay … ¡¡¡está será la primera invernal del año en
Navacerrada!!! ¡¡¡el 22 de abril!!!
¿Cuenta como invernal? La verdad es que en todo el año, no hemos tenido ningún
día con más nieve de la que había en ese momento. Además … nieve de buena
calidad … el día prometía, empezaba bien.
La ida, hasta las
Cerradillas, cruzando esos pinares, herederos de los próximos de Valsaín, casi
eternos, cruzados por los arroyos Guarramillas y de las Cerradillas que parecen
surtir de vida constante a los mismos, todavía poco concurridos, con lo difícil
que eso es en Madrid, discurre entre uno de los lugares idílicos de la Sierra
Madrileña, donde uno puede disfrutar de forma sosegada de lo que le rodea.
Al salir del
pinar, pronto se perciben los Pulmones de las Cabezas. El topónimo es perfecto,
no tienen confusión, son inconfundibles. La idea es cruzar por entre ambos
pulmones, una de las rutas clásicas a las Cabezas. Nos dejará en la Cabeza
Mayor (sin contar alguna que llevábamos debajo del casco).
Siempre que me he
planteado esta ruta pienso dos cosas. Lo primero si es invierno … “como ahora a
finales de abril” … hay que gastar mucho cuidado, es una zona de frecuentes
accidentes, donde por desgracia no es raro escuchar que alguien se ha dejado
allí algo más que el sudor. Hay que respetarla.
Lo segundo, esta
durante todo el año, las cabezas siempre me engañan. Subir las cabezas por las
Cerradillas se hace largo, más de lo que uno cree, cuando crees que vas a
llegar … todavía te queda un rato. Además, para terminar de “matarte”, al
volver, cuando ya solo se piensa en la cervecita, fresquita, con botella
helada, uuuuummm … todavía tienes que subir al Pingarrón. Te mata. Te peta.
Así llegamos a la
base de los Pulmones. Alguno ya nos ha tomado la delantera, ¿somos … tercero y
cuarto en el día de hoy? Otro está petado a mitad de cuesta, “el Petao”, sin
entrar en los Pulmones sigue al Collado, no se da la vuelta, va acompañado, su
día será largo, muy largo. No eligió buena ruta, no fue bien asesorado.
Nos metemos en
los Pulmones por su parte derecha, acercándonos a las cascadas de hielo,
formadas, pero de mala calidad, hielo nevera. Vamos cruzando, intentando
alargar el trayecto en la medida de lo posible, para salir por el lado izquierdo,
después de negociar un par escalones. Es lo mejorcito que hemos sacado del
invierno en esta Sierra. Divertido.
Ya desde arriba
de los pulmones, no perdemos de vista al “Petao”, la verdad es que el hombre
tiene ganas, pero… no eligió el mejor destino. Seguimos hacia la cumbre del
día, la Cabeza Mayor. Esto …. uff!! se hace largo … mira que lo sabía, parece
que siempre tienes la cima ahí pero no terminas de llegar nunca.
Cumbre, cima,
bonita foto. Otra vez allí. A darle al choricito de León (y al fuet del
Mercadona … ja ja ja), había hambre, la corta noche tiene sus efectos. Buscamos
cobijo, encontramos un vivac donde se está a gustito… a disfrutar del tema.
No queremos
llegar tarde, ya se sabe que hay que atender al arroz, motivo por el cual renunciamos
a la Cabeza Menor y emprendemos directamente la vuelta, esta vez por las
Cortadillas. Ya se me había olvidado la nieve que se acumula allí, con los
piornos y el arroyo por debajo hace que transitar por allí se convierte por
momentos en algo tedioso, luchando contra los elementos, hundiéndonos hasta los
…
¿y el Petao? Allí
estaba, poco más abajo del Collado, subir había sido malo, bajar casi peor. Lo
de … “¿Qué prefieres subir o bajar?” muchas veces no es tan evidente como pueda
parecer. Al pobre hombre, le queda mucho día por delante, esta noche dormirá
bien.
Así, sin más
dilación, solo nos quedaba una cosa por hacer… tomar la cervecita, no había
tiempo que perder. ¡¡Cervecita fresquita!!
Por cierto, como
siempre… la cuesta del Pingarrón la penamos, al arroz no se llegó, alguno tuvo
que merendar arroz, y del “Petao”… nunca más supimos. Pobre hombre, mal día
tuvo.
Por cierto ... esta ... ¿cuenta como invernal?
Trasgu'2012.
Por cierto ... esta ... ¿cuenta como invernal?
Trasgu'2012.