No importa la
destreza demostrada, el saber asimilado o la acumulación de experiencia.
Siempre hay un momento en el que la montaña te recuerda que es ella la que
tiene el control, la que gobierna tus acciones, la que te dice hasta aquí.
Hoy tocó volar
por Patones ... y aterrizar.
La ruta en datos
- Distancia: 23.7km
- Desnivel: 645m
- Dificultad física: media/baja.
- Dificultad técnica: media, alta puntualmente.
- GPS: Wikiloc de larcos
La ruta
Patones es uno de
esos sitios catalogados como poseedores de los mejores senderos de montaña.
Interminables kilómetros de diversión que todo buen globero sueña con surcar
una y otra vez. Y la Patones-Extrem es una ruta muy conocida, y ya descrita en
este blog.
El propósito era
explorar la parte que da al embalse del Atazar, y si terciaba repetir el tramo
de entrada en Patones, repitiendo la Patones-Extrem.
Ya nada más
empezar, el día se torció al comprobar que el tránsito por encima del canal que
va de Patones de Abajo al Pontón de la Oliva estaba bloqueado, con lo que
tuvimos que bajarnos a la carretera con poco ánimo. Allí, una gran presencia de
la Guardia Civil nos indicó que algo sucedía, o iba a suceder.
La Vuelta Ciclista
a Madrid era la sorpresa, que nos pillaría subiendo por carretera en dir. al
Poblado del Atazar. Nos sacan de la carretera y pasan, con ostentación de
medios materiales y de comunicación, tras 20 min de espera y enfriamiento. Vamos
a arrancar, y a nuestro fichaje italiano, al que apodamos Claudio Pantani por
su poder explosivo en las rampas de subida, le da un mareo de esos que hay reponer
rápidamente azúcar. Otros 20min de parada. El día promete y cumple.
Una vez abandonada
la carretera, ya en las rampas de la pista de tierra, entramos en calor y
llegamos a las sendas que dan al Atazar. Vistas extraordinarias, sendero muy
estrechito, curva en zeta a derecha un poco delicada por un escalón en medio, y
vereda ancha por bosque encantador. Compensados todos los sinsabores.
Subimos al punto de regreso, decidimos hacer e tramo de la patones-Extrem que nos llevaría a la zona de Los Tomillares,
al este de Patones, que no conocíamos. Tras las rampas y el cortafuegos toca
bajar la senda empinada y resbaladiza por la humedad, y ya estamos en el
sendero de 4km camino del pueblo. Que gozada!!
Curva, bajada por
piedras bien asentadas, curva a izq., peralte con salida rápida que fuerza el control firme del
manillar para abrir rápido, corto repecho, curva a derecha suave con piedras a
la entrada, unas ramas no me dejan esquivarlas, peralte muy fuerte en curva a
izq. , más ramas, corta subida con fáciles rocas en la parte alta, descenso
suave recuperando el resuello, … jadeo y pedaleo con fuerza para que Larcos no
se me marche. Curva a izq. en bajada y piedras a la entrada. Subida aprovechando
la inercia porque estoy descolocado y no llevo la marcha correcta. Huy!! Casi se
me va la rueda de delantera, ¡cómo va el tío! Larcos me está haciendo cometer errores.
Ya hace un rato que paso de esquivar charcos, recorto curvas, noto la humedad
en la ropa. Cada pedalada no hace sino mejorar el disfrute. Curva a izq. en
ligera subida, la bici se queda ingrávida y la empujo hacia abajo sobre unas
rocas, aterrizo con el tiempo justo de entrar en la curva a derechas. Y queda
mucho todavía.
Bufff!!!. Un collado
en el que nos esperamos todos y yo uso para respirar y congratularnos eufóricos
por el buen rato de disfrute que nos estamos dando.
Seguimos,
subidas, repechos, bajadas, y llegamos a la zona rocosa cercana al pueblo.
Nos volvemos a agrupar
y llega a nosotros un grupo cuyos tres últimos integrantes se paran a conversar
poniendo en duda la catalogación “fácil” que su compañero-guía les ha dado de
la zona: “esto como es de difícil”, … y con un “ ya decía yo ….” Se despiden con
cara de hartazgo y de a ver lo que nos queda.
Damos un poco de
aire y arrancamos con ansiedad. Delante Larcos filmando, yo destras con la
cámara enfocándole a él. El sendero fluye más rocoso, pero fácil. Se abre un
poco y se enroca más. Ganamos velocidad y felicidad. No hay curvas, solo rocas
planas y de pronto veo como se baja la velocidad y con un giro en el aire
aterriza trabajosamente a la derecha de la senda, librando justo la zona de
roca.
Batacazo
imponente que tras la comprobación de rigor solo muestra problemas en un dedo
que todavía dentro del guante se muestra
visiblemente torcido, en el ángulo que no es.
iVan y yo nos
preocupamos por el suceso, mientras Pantani comenta que por eso prefiere ir
más tranquilo en este terreno.
Desde allí decido
adelantarme a buscar un dispensario o ambulatorio donde puedan atender ese dedo
lesionado. Pero llego al pueblo y me gano una bronca de uno de los comerciantes:
“porque vamos como locos y no respetamos a nadie”, “nos creemos los dueños, que
estamos por encima de todo y de todos”, “que un día nos vamos a cargar a
alguien,” y no sé que mas lindezas me dedicó. Pero que al saber del percance logró
alternar sus críticas con la información de que el centro de salud más cercano
estaba en Torrelaguna.
Bueno, el caso es
que escribo estas líneas tres semanas después, cuando ya hemos vuelto a salir en
bici y estamos enteros pero magullados después de ser revisados en un hospital
y de disfrutar de una rehabilitación que todavía se presenta larga.
Este año ya hemos
volado mucho.
Buscasombras 2012
si es que ... os vais a matar con las bicis.
ResponderEliminarEstos de las bicis son ...
Te vamos a tener que dar la razón.
ResponderEliminarMenudo año de galletas.
S2