Estoy realmente
cansado. Tengo que encontrar la vía de descenso antes de que anochezca. El gran collado está nevado y
no hay todavía huellas que me dirijan al único corredor que me permite descender
sin cuerda. Menudo día para hacer de montañero avezado.
Es una ventisca que
solo deja ver los pies, cuando los perdigones de hielo me dejan abrir los ojos.
De pronto me encuentro un gran hito que me llega a la
cintura.
¿Es real la alegría de encontrar un hito?.
¿Cuántos caminos
pasan por un solitario hito?
Esto me lleva a criticar también la enorme proliferación de hitos. En lugar de pocos, muy marcados y cercanos, nos encontramos con un "jardín de hitos" que hace que podamos inventar una dirección a nuestro antojo. Una en cada una de las direcciones imaginables, perdiendo su función de guiarnos mientras ganan la de agrandar la vanidad montañera.
Buscasombras 2012
je je je ... sobre los hitos o "jitos" se podría escribir un libro.
ResponderEliminarLo primero: Defina usted hito ... ¿tres piedras amontonadas forman jito? ¿y dos? todo depende de la necesidad que se tenga en un momento dado.
ja ja ja
Trasgu
Jooooooo!
ResponderEliminarSe me viene a la memoria aquella bajada a cuchillo desde El Morezón. Con la necesidad que teníamos, lo veíamos jitado. Pero no eran más jitos que los que formaban las piedras que nos seguían al resbalar montaña abajo.
Je, je!!!
Pero eso es como cuando le hemos hablado a piedras en mitad de una ventisca.
Buscasombras