"Así como don Quijote entró por aquellas montañas, se le alegró el corazón,
pareciéndole aquellos lugares acomodados para las aventuras que buscaba."
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
11 de agosto de 2012.
Volvíamos al Macizo de Ubiña. Sin duda es uno de mis lugares
de montaña queridos, marcado como lugar inagotable de rutas, de bonitos días de
montaña con buena gente, de imágenes inolvidables, de sensaciones irrepetibles,
lugar que como alguien comentó en algún momento… “siempre nos respetó”. Hacía
tiempo que no daba una vuelta por las Ubiñas, tocaba volver.
En esta ocasión Niblap, Kike y Trasgu decidimos rendir
reverencia, una vez más, a las Ubiñas. Fijamos la salida desde Tuiza, donde,
todavía con la ruta sin definir, decidimos visitar el Siete y y el Crestón del
Pasu Malu. En mi caso, me atrae especialmente esta última cima, con la que ir
acabando, poco a poco el cordal principal del Macizo de Ubiña.
El día se inicia de forma inmejorable, buena temperatura,
día despejado, buena compañía,… todo un hacía presagiar un bonito día de
montaña en un entorno inmejorable.
Desde Tuiza iniciamos la ya tradicional ascensión al refugio
del Meicín, en su día polémica construcción, pero que a día de hoy ahí está,
sin más, prestando servicio a las personas que deciden internarse por estos
lugares. Pasamos el refugio y decidimos rendir visita a la fuente, siempre es
bueno ver que sigue allí (y allí estaba), donde no nos resistimos a ese trago
que parece ponerte en el disparadero para afrontar todo lo que te espera en el
día.
Pronto alcanzamos los contrafuertes primero de los
Portillines, después del Siete. Bonito pico en Ubiña, centrado en el cordal
principal, cuyo nombre, que Niblap como perfecto Cicerone expone, se
corresponde con la numeración de Picos desde Ubiña la mayor: Peña Ubiña (1),Prau Capón (2), Pico Puerta de Arco (3), los tres Castillines (4,5 y 6) y …
como no, el Siete (7). Esta cumbre, en mi caso, ya había sido visitada desde la
vertiente leonesa, hoy lo conoceré desde la vertiente asturiana.
La trepada se hace entretenida, sin mayores dificultades,
buscando algún hito que otro, un pie aquí el otro allá. Pronto alcanzamos la
cima, donde se agradece el fresco en esta temporada estival.
Antes, no puedo evitar desviar ligeramente mi atención al
tercer Castillín, algún día habrá que intentarlo. En el descenso lo estudiaría
con mayor detalle.
Del Siete al Crestón del Pasu Malu, el camino es muy
entretenido: sube por aquí, baja por allá, una horcadina, aquí no te caigas,
cuidado que resbala, no me tires bolillos (que me das), mira que nos vas a
dejar sin medio macizo de las Ubiñas,… en fin, un trecho de los que se suelen
calificar como divertidos, entretenidos, donde no te da tiempo a aburrirte. De
esta forma pronto alcanzamos la chimenea que nos dará acceso a la cumbre del
Crestón.
El Crestón es por muchos sitios una superposición de bloques
superpuestos, desprovistos de ensambladura sobre el conjunto rocoso, una zona
abundante de piedras sueltas. Da la impresión cuando se anda sobre él, que todo
va a ir abajo de un momento a otro, en especial el tramo que le separa de El
Siete.
Se trata de una bonita chimenea, donde es altamente
recomendable asegurar la subida. Niblap, de nuevo, actúa como maestro de
ceremonias: “se puede por aquí, se puede por allí, …” finalmente sube de
primero y nos asegura desde arriba, mientras Kike y el que suscribe recordamos
que en agosto también se puede pasar frio esperando a que te toque. Esto de
sacar la cuerda de vez en cuando da mucha alegría al día. Vía corta pero,
encajonada y bonita.
Así de esta forma, alcanzamos la cima del Crestón del Pasu
Malu, nueva para mi. Con esta solo me queda el tercer Castillín (algún día
trataré de engañar a alguien para intentarla): Ubiña Pequeña, Ubiña Mayor, Prau
Capón, Pico Puerta de Arco, 1er y 2º Castillín, Siete, Crestón del Pasu Malu,
Fontanes, Prau y Colines están hechos. Hay que terminar lo que un día se
empezó.
En la cima del Crestón, se produce uno de los momentos
grandes del día… hay que ver el hambre que da la juventud (y Niblap y el que
suscribe ya no estamos dentro de este cupo). No obstante, tiene fácil solución…
llevar chorizo de León. Claro… todo tiene sus inconvenientes, si te comes medio
kilo de chorizo luego te dan mareos al bajar.
En la cima del Crestón, ocurre lo que suele ocurrir en
Ubiña, en cuanto te descuidas, las nubes de Asturias te comen. Pronto empiezan
a amenazarnos, por lo que, de forma rauda emprendemos el descenso. Lo primero…
rapelar lo que habíamos subido. Bonito rapel, solo contaminado por la preocupación
de no tirar ninguna piedra con la cuerda que ponga a prueba el casco. Así,
disfrutando de este momento, sin dejar de mirar hacia arriba, bajamos los tres
la chimenea, desde donde solo nos quedaba volver a casa.
En la vuelta podemos apreciar el auténtico pasu malu,
nosotros circulamos por debajo, un aguerrido montañero, en su más absoluta
soledad, lo recorre por arriba. La denominación dada por los lugareños a esta
cumbre define por sí sola su particular característica: encontraban un
auténtico «pasu malu» cuando en sus andaduras por la peña acometían contra los
rebecos, debiendo de escalar forzosamente esta cresta para poder pasar de la
Horcada de El Siete al Fontán.
Habiendo llegado de nuevo al tercer Castillín, con Niblap
hacemos una observación detallada del mismo algún día habrá que volver.
Ya de vuelta a casa, una visita al segundo Castillín, con su
bonito buzón, siempre agradable de visitar, y descenso por el collado Puerta de
Arco, envueltos por la niebla, donde, de nuevo, Niblap hace uso de sus
detallado conocimiento de la zona para, de forma rápida llevarnos al refugio,
donde degustaríamos la bien merecida cervecita que tanto se agradece después de
una jornada de montaña.
Todavía nos quedaría tiempo para “admirar” la imponente obra
de hitos que en el día se había construido en el camino del refugio a Tuiza.
“Nadie daba un duro por nosotros” pero allí estábamos de
vuelta. Muy a nuestro pesar, algo quedó por allí, que Niblap pretende convertir
en un hito de referencia en los años venideros en la ruta realizada.
Trasgu, 2012.
Muy guapa Trasgu. Muy buen día, excelente montaña e inmejorable compañía. Salu2
ResponderEliminarExcelente repor trasgu, vaya bien que lo pasamos, un día para recordar toda la vida. Kike ha disfrutado un montón con el repor.
ResponderEliminarHasta la próxima
Que cumbres tan guapas y que bien has descrito su "conquista"!!!!. Enhorabuena y un saludo.
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