“de manera que la
soledad, el sitio, la oscuridad, el ruido del
agua con el
susurro de las hojas, todo causaba horror y espanto; y más cuando
vieron que ni los
golpes cesaban, ni el viento dormía, ni la mañana llegaba,
añadiéndose a
todo esto el ignorar el lugar donde se hallaban.”
Miguel de
Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
23 de diciembre
de 2012.
Domingo, 23 de
diciembre, única ventana de buen tiempo previa a la Navidad venidera, de nuevo
había que aprovechar el día como fuera.
Niblap, renqueante
de alguna lesión fortuita, arreglado de forma milagrosa dos días antes, me
acompaña: “llegaré hasta donde pueda”, me decía el día de antes. “Nadie da un
duro por nosotros”, pero había que intentar algo.
Buscamos algo que
tenga pendiente todavía, sin excesiva dificultad técnica, me propone intentar
el ascenso a Peña Rueda desde Lindes. No conozco esta zona, me parece buena
idea. El domingo a las 8:10 de la mañana me encuentro esperándolo en un pequeño
centro comercial de Pola de Lena. Al final del día esto tendría su
transcendencia, marcará el día para la posteridad.
Ya en Lindes,
conocemos a Jorge. Tenía el mismo plan que nosotros, le ofrecemos ir juntos.
Gustosamente, nos permite disfrutar de su compañía durante todo el día. Quedará
marcado como … ¡¡nuevo uno-gradista!! Otro de los ilustres uno-gradistas, el
gran Kike, nos había dejado tirados por … ¡¡unas sidrinas!! … mira que siempre
le ofrezco chorizo del bueno … pero nada, a la más mínima se raja. Hay que
buscar remedio a este asunto.
Desnivel
acumulado: 1.356 m.
Distancia: 10,53
km.
En principio el
día es soleado. Todavía con los efluvios derivados de la noche anterior, en la
salida desde Lindes se produce una situación anormal … bolsas de aire caliente
hace que parezca que estamos en verano. Puede ser fácil que tengamos más de 15
grados a las 9 de la mañana. Esto es increíble … ¡¡buscando la nieve a 15
grados!! … en ¡¡Diciembre!!. Nos sobra toda la ropa, alguno de nosotros pasará
gran parte del día en manga corta. Inaudito.
Hasta la cabaña
de Manín, el camino transcurre entre los bosques de Lindes, bosques con gran
encanto, en muchas zonas de belleza admirable. Nos tomamos el camino con calma:
Niblap se va probando, parece que responde, no va mal; a Jorge lo vamos
conociendo, alguna pregunta por aquí, comentarios por allá, un buen fichaje.
A partir de la
cabaña de Manín, perdemos el bosque, empezamos a buscar el Cuchillar de Rueda.
La subida es sostenida, pero cómoda, poco a poco vamos ganando altura.
Empezamos a darnos cuenta que se va levantando viendo. Todavía no éramos
conscientes de hasta donde llegaría la situación. Niblap sigue para arriba, no
hay quien pueda con él … “nadie daba un duro por nosotros” … pero allí estaba.
Ya en el
cuchillar empezamos a pisar las primeras nieves. Blandita, blandita. La bota se hundía todo lo
que podía, era fácil meter la pierna en algún agujero, en algunos puntos te
hundes hasta los mismísimos. Se hace bastante incómodo transitar por allí, pero
no había otra opción que aplicar el ya conocido plan A: “to pa’rriba”.
Conforme vamos
ganando el Cuchillar, el viento empieza a apretar. Los últimos 400-500 metros
se hacen horrorosos. Un ventisquero “del carajo”. En determinados momentos,
ante las fuertes ráfagas te cuesta trabajo mantenerte de pie. Evito acercarme
al cortado que delimita el Cuchillar por la derecha, incluso en determinados
momentos prefiero perder un metro de altura en el cuchillar, aún a costa de
tenerme que pelear con la nieve, de donde en alguna ocasión tengo que salir
arrastrándome; si el viento me tira es mejor que me tire contra la ladera que
por el cortado. Se hace duro, bastante duro, pero una vez allí había que llegar
a la cima, no la podíamos dejar.
Así, peleando
contra este ventisquero, tras dos o tres antecimas, vamos alcanzando la cima.
Poco a poco llegamos los tres. “Nadie daba un duro por nosotros, especialmente
por Niblap, pero allí estábamos!!”, en la cima de Peña Rueda. “Sin duda, el día
con viento más fuerte en mi vida de montaña”, comenta Niblap, “¡¡cago’n mi
mantu!!”. Jorge también se muestra impresionado del vendaval sufrido: “¡¡solo
no subo aquí ni loco!!”. Allí estábamos, allí habíamos llegado. Las fotos se hacen
como podemos, es imposible la típica foto de grupo, no hay quien suelte la
cámara. Unas cuantas fotucas, y a aplicar el plan B:”to pa’bajo”. Por el camino
recojeremos el Vaso de Rueda, pequeña cima que acompaña a Peña Rueda.
Si bien el Vaso
de Rueda pueda vivir a la sobra de Peña Rueda por su altura, tiene un valor
increíble por sus impresionantes vistas sobre el Macizo de Ubiña y los puertos
de Agüerias. Acompañado por viejos y vetustos parapetos de la guerra civil, las
vistas que desde aquí se pueden disfrutar son impresionantes, con todo el
Macizo de Ubiña a tu alcance, con los puertos de Agüerías como foso que guarda
el Macizo. ¡¡Impresionante!!, pocos sitios podrán superar en belleza a este
mirador.
Desde aquí,
después de disfrutar ampliamente de aquel espectáculo visual, solo nos quedaba
bajar, parando a mitad de camino, una vez resguardados del fuerte viento que
nos había acompañado toda la mañana, a reponer fuerzas, premio bien ganado en
esta ocasión. Al ver ese chorizo … alguno se acuerda de Kike, gran admirador de
este alimento.
Así, con la
tranquilidad merecida, retornamos a Lindes, donde nos despediremos de Jorge con
la promesa de volver a vernos en otras ocasiones. Después de todo, habíamos
pasado un bonito día juntos.
El día parecía
haber terminado, en situación de autocomplacencia nos dirigimos a Pola de Lena,
donde este relato se había iniciado, allí nos quedaba una sorpresa pendiente:
me habían cerrado las puertas del centro comercial, el coche dentro, no había
forma de sacarlo de allí. ¡¡Ya la habíamos liado!! , ¡¡ya habíamos hecho la
gochada!!
Después de unas
llamadas por aquí, otras por allí, la inestimable ayuda de la policía local de
Pola de Lena, algún desinteresado que, como buena acción del día, se acerca
desde su lugar de descanso a abrirme la puerta, gracias a estas buenas personas
… puedo recuperar mi coche y, ahora si, emprender el merecido y tranquilo
regreso a casa. Vaya liada en Pola de Lena, medio pueblo movilizado, gracias a
todos por la ayuda y el interés prestado.
Trasgu, 2012.
Bonito día. Espero encontrar más nieve en Formigal
ResponderEliminarHAce años que no subo a Peña Rueda y precisamente tenía en mente hacerla este invierno, pero esperaba poder hacerla con nieve dura. Ya veo que o esto cambia mucho, o ni de coña. Sabía lo del viento. Algún compañero las pasó p*** por ahí cerca.
ResponderEliminarUn saludo
PD: vaya liada lo del coche
Un clásico de invernal. Sólo que, en estos tiempos que corren, apenas hay nieve ni .......en las altas montañas. A ver si "Niblap" se recupera totalmente y podéis planear algo más en el futuro próximo. Anécdota para recordar la del coche. je je je.
ResponderEliminarSaludos.
eeeeeeeeeeeiiinn!!
ResponderEliminargracias por vuestros comentarios.
juampe, LeProfesseur, no nos quejemos, que después de lo del año pasado este es una maravilla ;-)
cienfuegos, ya sabes, ahí te está esperando. ¿quien andaba por allí cerca?
S2 a todos.
Feliz salida y entrada en el nuevo año, y que este os depare cosas buenas.
Un abrazo.
Trasgu