“La noción de comienzo es, sin duda, una preocupación
esencial de todas las religiones y de la ciencia.”
Matthieu Ricard, El infinito en la palma de la mano
(Del Big Bang al Despertar).
11 de enero de 2013.
Hace ya muchiiiiiisimos años, dicen por ahí que Dios creó el
mundo en seis días… lo creo todo, entre otras cosas cielo y tierra, sol, luna y
estrellas, ríos y montañas. Por último dicen que dijo Dios “hagamos el hombre a
nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre todo lo creado”, creando al
hombre y la mujer.
Esto último no le quedó bien del todo, debió de pasar mucho
tiempo tratando de perfeccionarlo, buscando los fallos cometidos, tratando de
eliminarlos, buscando las “taras”, tratando de solucionarlas. Pensó mucho, le
dio muchas vueltas, que “si quito de aquí”, que “si pongo allí”.
Así, allí por los años 70, llegó a la solución final al
problema planteado: crearé un ser capaz de dormir en cualquier refugio (sin que
le afecten lo más mínimo los ronquidos), es más … roncará hasta la saciedad
para hacerse hueco allí donde vaya, esté como esté comerá botillo y chorizo de
León (ya se sabe que nunca fue fácil ser de León, pero este lo hará), siempre
estará dispuesto a ese orujín, si hay un poco de bourbon será la panacea,
adorará sobre todas las cosas unos “torreznitos” con una cerveza bien fresquita,
y sobre todo, sobre todas las cosas, subirá a las montañas con dos planes muy
simples … plan A … “to’parriba (pa ver que hay allí arriba)” … plan B … “to’pabujo”
… sin otra ambición que poder decir … “aquí estamos … porque hemos llegao …
cuando nadie daba un duro por nosotros”.
Así el 13 de enero creó al primer uno-gradista …
Buscasombras. Para esconderlo del mal lo emboscó en el Bierzo, criado en el más
absoluto de los anonimatos.
Un día después, el 14 de enero, creó al segundo uno-gradista
… Trasgu. A este lo dejó por Álava, en algún pequeño pueblo por allí escondido.
También, fue criado en el más absoluto de los anonimatos.
Ahora, ambos campan juntos por esas montañas del mundo:
subiendo y bajando, haciéndose hueco de vez en cuando en algún refugio,
durmiendo y roncando cual búfalas, viendo que hay por aquellas alturas, estando
en los sitios por haber llegado … difundiendo la cultura del uno-gradista
auténtico, mostrando lo que significa y lo sacrificado que es ser un auténtico
uno-gradista, con todo lo que ello implica, subiendo a la montaña que sea, da
igual cual.
El uno-gradista tiene dos o tres sitios donde se refugia a
menudo, donde recurre en casos de extrema necesidad. El primero de ellos …
Peñalara.
Llegadas estas fechas, todos los principios de año, estos
uno-gradistas suelen buscar como agradecer su creación, como alegrarse por
poder estar en estas montañas, y siempre lo hacen en el mejor lugar posible, en
alguna de sus montañas.
Este año no iba a ser menos, acercándose tan señaladas
fechas había que fijar sitio, fecha y hora.
Allí estábamos ambos, en Peñalara bien tempranito por la
mañana.
El objetivo, como suele ser habitual no estaba predefinido,
dependiendo de las circunstancias buscaríamos en un sitio o en otro. Lo que si
estaba claro es que había que subir a algún sitio.
El panorama inicial es bastante desolado … teníamos la
esperanza de encontrar nieve, no mucha pero la suficiente. Desde Cotos el suelo
está pelado!! Nada de nieve, habría que subir muy arriba hasta pillar algo.
Allí vamos a buscar que se puede hacer.
De esta forma, iniciamos de forma apacible el Camino de la Laguna,
mil veces recorrido en busca de algo, en busca de algo que hacer, algo que
subir. Llegar a la Hoya de la Laguna
Grande siempre es maravilloso, siempre impacta volver a ver ese Circo,
realmente es bonito.
Continuamos, como casi siempre por el farrallón oriental del
Circo, buscando asomarnos a Cinco Lagunas. En este tramo uno no deja de prestar
atención al Circo de la Laguna, mil veces admirado, mil veces observado, mil
veces escudriñado.
Así llegamos al mirador, ahora “mirador de Javier”. Desconozco
quien es este Javier. Puedo entender que todos tengamos nuestro “rinconcito” en
la montaña… que lo sintamos como nuestro (o de nuestro amigo), que incluso
podamos llegar a creer que nos pertenece… pero de ahí a que todos pongamos nuestra
placa va mucho. Si en Peñalara, de cada diez que se pasean por allí, uno
pusiera su placa… aquello parecería un patio Sevillano, completamente alicatado
(a lo mejor no quedaba feo). Me abstengo de reflejar aquí alguna expresión ya
escrita en algún foro en relación a estos temas, frecuentemente recordada por
Buscasombras.
En fin, que no se que pinta la placa “mirador de Javier” que
ha crecido allí. No lo entiendo (aunque no pongo en duda que “Javier” ser
merezca eso … y más).
Así, consternados, rápidamente alcanzamos el “mirador de Cinco
Lagunas”. No hay mucha nieve pero parece que no habremos paseado crampones y
piolets para nada. Parece que los vamos a poder usar.
Buscasombras decide buscar la Sureste Clásica de Peñalara.
Nos puede dar juego.
En el camino, nos enfrascamos en toda una disquisición sobre
los nombres dados a las canales invernales (muchas veces denominadas “tubos”) de
Peñalara: tubo central, tubo sin nombre
izquierdo, tubo sin nombre central izquierdo, tubo sin nombre derecho, tubo sin
nombre central derecho, tubo suroreste, canal sureste clásica (existe la “no clásica?”),
… La verdad es que salvo honrosas excepciones (tubo del Robot, tubo Ezequiel,
tubo encajonado, …) no se calentaron mucho la cabeza poniendo los nombres. Con lo
bonito que hubiera sido llamarlas: “tubo del enriscao”, “tubo subir para no
morir”, “tubo un bonito día de invierno”,… de esta forma todo estaría más claro,
más fácil de recordar.
Otra discusión
importante es el tema de la orientación geográfica… ¿Por qué la llaman “sureste”
cuando es “este”? En algunos sitios te puedes volver loco. Algún día trataré
este tema en profundidad (lo dejo pendiente).
En fin, allí nos vemos, crampones puestos, piolos en mano,
casco en cabeza … listos para subir esta tradicional canal. Como siempre, suele
estar bastante pisada (esto en Madrid es lo habitual), así vamos buscando esos
pequeños rincones, esos pequeños resaltes que te permiten tener tus dos minutos
de gloria, tus dos minutos de nieve virgen, donde disfrutas como un gocho en un
charco.
“Tira por aquí”, “a ver que hay por allí”, “esto no tiene
salida”, “mejor por este lado”, … así le vamos sacando todo el jugo posible a
esta bonita canal.
Finalmente, para salir prácticamente a la cumbre de
Peñalara, decidimos salir por el tubo localizado más a la derecha de la sureste
clásica propiamente dicha. Esto nos guardará la bonita sorpresa del día.
Allí nos encontramos con un pequeño resalte hecho hielo,
hielo duro, hielo bueno. Disfrutón (nuestro escalón Hillary del día, nuestro
paso clave del día). No tenía más de dos metros, pero había que jugar un poco
en él. En última instancia, incluso decidimos sacar una pequeña cuerda y perder
media horina por allí, jugando un rato más. Bonitos momentos, momentos muy
entretenidos, momentos agradables. Esto es lo que más le gusta al auténtico
uno-gradista (tanto o más que los “torreznos” con cerveza).
Ya en la cima, hace un frio que pela. El día ha ido
empeorando, allí no hay quien pare. La celebración hay que postergarla, más
abajo.
Bajamos la ya tradicional Loma de Dos Hermanas, entre claros
y nieblas, buscando donde ejecutar lo que habíamos venido a hacer. Encontramos
el sitio, uno de esos sitios excepcionales en Peñalara, el mirador al Zabala,
al circo de Peñalara, desde la bajada de Dos Hermanas (a ver cuánto tarda
alguien en poner su placa). Era un bonito sitio.
Allí se organiza el festín … choricito, queso, orujín del
bueno, unos “cacahueses” … todo ello aderezado en esta ocasión con una botella
de Cava “Imperial Brut Nature” y unas trufas … ¡¡qué rico!! Así brindamos por
todos los uno-gradistas… por todos aquellos que se ganaron el derecho a serlo
habiendo sido nombrados como tales en estos desinteresados relatos, en este
desinteresado blog. ¡¡Va por todos vosotros!! empezando por nosotros…
Buscasombras y Trasgu … los dos primeros uno-gradistas (por cierto… las trufas
pegan con el cava, pero no con el orujín).
Así, ya en el final de la jornada, sustituimos en esta
ocasión las tradicionales cervecitas por café y te calentitos (había que poder
volver a casa, bastante llevábamos en el cuerpo) lo que pone fin a la jornada e
inicia un nuevo año uno-gradista.
Nos vemos por las montañas.
Trasgu’2013.
Por cierto ... por aquella zona perdí un tramo de un bastón naranja/marrón con el mango negro.
ResponderEliminarSi alguno lo encontráis ... os lo agradezco.
S2
Trasgu
Buena forma de empezar el año montañero. Me temo que no podré intervenir en la búsqueda o en la aparición de tu bastón. Me queda a desamano ;-)
ResponderEliminarNada, pero que nada mal está el "tubito" por el que subísteis. Buen sabor de adrenalina en la garganta, supongo, en los tramos de hielo cristal. En fin, a ver si coincidimos alguna vez por esos lugares que tanto frecuentamos. Salud y Montaña.
ResponderEliminarGracias LeProfesseru y Carmar por vuestros comentarios.
ResponderEliminarLeProfesseur ... por aquí siempre se viene a algo, solo hay que aprovechar el día.
Carmar ... a ver si es verdad que en alguna nos conocemos.
S2
Trasgu
El mirador de Javier al que aludes y desconoces el motivo del porqué está ahí, se debe al primer montañero documentado en la Comunidad de Madrid que perdió la vida por culpa de un alud, bajando de Peñalara a la Laguna grande el 16 de enero de 2009. Debería de estar documentado en la caseta principal de vigilancia.
ResponderEliminarMe parece que te tendrías que documentar antes de escribir y de la forma como lo haces en referencia al Mirador de Javier. Podrías ser un poco mas respetuoso. Allí nadie pone placas a su antojo.
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