lunes, 1 de diciembre de 2025

Picu Torres: Corredor Este

—No ha de poder el sabio Frestón, enemigo mío, dejar de favorecer a mis contrarios. Él fue, Sancho, el que convirtió los gigantes en molinos de viento, para quitarme la gloria de su vencimiento.”. Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.  

26 de diciembre de 2024.  

Fin de año, vacaciones navideñas, tiempo libre, … había que cumplir con la responsabilidad y deber de todo uno-gradista: un día de montaña en la mejor compañía … como casi siempre, entre León y Asturias. 

Sin saberlo, volvíamos al que va camino de convertirse en unos de esos “elefantes blancos” que uno se crea en la montaña. 

Quedaba nieve de la única nevada anterior, pero no sobraba, mucha se había ido … había que buscarla. Como en otras muchas ocasiones miramos para San Isidro: allí nos encontramos Perico (desde Asturias) y Trasgu (desde León), dispuestos a darlo todo (o casi todo) … por trillar un poco de nieve. Todavía quedaba por decidir donde trepar. 

Miramos al Toneo, por aquí, por allá, le damos la vuelta para un lado, para otro … no era el día. Hay que buscar otro. Los allí presentes no cejan en su propósito, habiendo errado su primer propósito del día, giran su vista buscando lo que su ánimo ordenaba dentro del pecho, y de esta forma afitan la so mirada hacia el Picu Torres, baza segura en cualquier época del año, branu o iviernu, siempre está ahí. 

Determinan volver a aquello que un día dejaron sin terminar el “corredor Este del Picu Torres”.

Desnivel acumulado: 555 m. Distancia: 9,98 km.

Atada bien la mochila, pinchos dentro, piolos encorsetados, botas ajustadas … allí los dirigimos. Cual operación Barbarroja … en la ida uno avanza contento, nieve dura, cuerpo y ambiente fresco, … todo son alegrías. La vuelta suele ser otra cosa, hoy sería uno de esos días “Operación Barbarroja”.



Objetivo del día … otra vez, el corredor Este del Picu Torres, con el objetivo de hacer cima y terminar lo que quedó pendiente en diciembre de 2019 (https://uno-gradistas.blogspot.com/2020/04/pico-torres-corredor-este.html). 



Más allá del tiempo perdido en la decisión de donde ir, esta vez, con día claro, vemos el objetivo desde el primer momento. Pa’lla vamos. 





Llegado el momento de ponerse los pinchos, ese duro momento del día, un infierno para Perico ... “¿cómo se ponía esto? ¿con los pinchos pa’rriba? ¿o con los pinchos pa’baixo?” “”¿me pongo primero los calcetines o el arnés?” … madre míiiiia. 


En la subida la primera parte es ágil: una reunión por aquí, la estaca en medio, otra reunión, un paso estrecho donde se busca la nieve, … pero llegamos al momento clave de hoy … el resalte. 





Habiendo poca nieve, en mixto nieve, hierba, barro, aquello se convirtió en un infierno. Perico, lo suda, lo oigo resollar, pero allí, después de varios intentos, lo pasa con pericia, pero después de tirar pa bajo los bolos de nieve que quiso dejo aquello como si hubiera peleado con un topo gigante habiendo perdido el topo. 

Cuando llego allí, escasamente puedo asomar la cabeza para mirar por encima: un escalón de metro y medio, nieve muy blanca, furacos por todos lados, una pared a cada lado y yerba pa agarrarse. No sabía si darme la vuelta o llorar. No desmayes, que ésta es la ocasión donde se ha de mostrar el valor del ánimo. 


Aquello fue complicado, con Perico por arriba al que difícilmente veía, trato de asirme a lo que puedo, clavar donde haya hueco y subir la pierna hasta donde uno puede, que ya vamos teniendo una edad. Resoplando cual rocín fatigado en ardua lid triunfamos sobre gigantes y molinos, saliendo de allí sobre manos y rodillas, con piolo hundido cual arma que le barro ha conquistado. 


En la salida del corredor solo nos queda buscar donde poner la cinta para la ultima reunión y de esta forma, creyendo que el laurel de la victoria ya adornaba nuestros cascos, después de unos momentos de autocomplacencia, reemprendemos camino a la cumbre. 


La montaña siempre tiene la ultima decisión … la travesía en cara norte tiene tramos como un espejo, hielo duro, con mucha pendiente limpia para abajo donde no te debes caer. La cosa se alarga y llegados al peñasco post travesía decidimos, asomarnos al balcón, disfrutar de las vistas unos momentos y dar la vuelta, que había que volver. 



Descendemos sin grandes problemas por el corredor central, más tumbado y abierto que el subido, contentos con la hazaña propia de lo que nos dio el día, con el júbilo interior que engalana la vana victoria solo nos quedaba andar en pos del lugar donde se sirva sustento digno de caballeros. 


Y así fue … cual ilusos, creyendo que el día había terminado, disfrutamos de los manjares ansiados. Pero no se crea el lector que la referencia previa a la operación Barbarroja en el inicio de este relato es casual … nos quedaba volver: el sol había calentado los caminos, los senderos de suelo recio se habían convertido en fangos traicioneros que tragan botas y corazones valientes, nieves huidizas que engullen a escuderos y corceles por igual, siguiendo veredas nos metimos en el camino del regacho, allí es donde vuelves a aprender la humildad, donde todo se convierte en yermo abrasador de desdichas y azares. 


Yo ya veía la noticia … los cuerpos de dos expertos montañeros son encontrados con una pierna hundida en la nieve y la otra bota llena de fango; no se sabe que pudo pasar; eran expertos, iban bien equipados … situación de lo más inverosímil, donde tuvimos que sufrir y devolver a la montaña el privilegio de haber disfrutado aquel día en sus laderas. Nada era gratis. 

Sin fotos de esos momentos por mantener la dignidad de los allí presentes, nos arrastramos hasta el aparcamiento donde todo empezó al alba. 

Como en otras ocasiones recordando a nuestro gran Carmar … 

Salud y montaña amigos. Trasgu’ 2025.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Peña Rueda

 

 

Salve otra vez, ¡oh, Sancho! tan buen hombre, que a sólo tú nuestro español Ovidio

con buzcorona te hace reverencia”, Gandalín, escudero de Amadís de Gaula, a sancho panza, escudero de Don Quijote

 

02 de noviembre de 2025

 

En la vida las cosas pasan, no sabes cuando pasarán, solo hay que estar en el momento correcto en el lugar adecuado.

Era 25 de diciembre de 2012 (https://uno-gradistas.blogspot.com/2012/12/de-manera-que-lasoledad-el-sitio-la.html). Aquel día, del que ya han pasado casi 13 años, podría haber sido un día normal, sin transcendencia, de esos de los que probablemente nunca mas te vayas a acordar, pero no … aquel día ocurrió algo que a alguno nos dejaría marcado para toda la vida … cagüen mi mantu!!

Salve, varón famoso, a quien Fortuna,

cuando en el trato escuderil te puso,

tan blanda y cuerdamente lo dispuso,

que lo pasaste sin desgracia alguna.


Volvíamos al lugar de los hechos. Esta vez en otoño, el cual siempre nos trae al paso del tiempo, a la melancolía, a la transición hacia el invierno, siempre con momentos para la reflexión, cierre sereno y dorado en espera del invierno helado.


Otra vegada tabamos ellí: unos cuantos unogradistas tratando de ir a la montaña. Chovía’l día d’antes, chovía’l día de dempués, había qu’atopar el güecu. Este era el día; solo faltaba decidir el destino: otoño, arboles, montaña, … nuestro gran amigo Jorgito Stelvio decide el sitio: Peña Rueda. Allá nos juntaremos Jorgito, ya elevado al rango de unogradista de primer nivel, ¡¡cuasi dosgradista!!, Mati, quien dándolo todo irá allí donde le digas, dejando su extenuación en el camino, Maki, nuevo aspirante a unogradista (no será fácil formar parte de este exclusivo círculo de aguerridos montañeros, hay que ser un poco sen sesu pa ir con estos a cualquier sitio) … y como siempre en este blog el gran trasgu!!, quien, siempre con actitud abnegada, allí estará dando fe de lo acontecido (aunque a veces sea difícil de creer).  

Ya la azada o la hoz poco repugna

al andante ejercicio; ya está en uso

la llaneza escudera, con que acuso

al soberbio que intenta hollar la luna.

Peña Rueda era un buen sitio para disfrutar del otoño. Jorgito había acertado. Como el anterior 25 de diciembre de 2012, quedamos en Lindes.


Distancia: 15,89 km.

Desnivel Acumulado: 1234 m. 



Así, después de conocer a Maki, pergeñar lo necesario … botas, mochila, bastones, GPS, … empezamos casi directamente a subir. La subida es tensa y sostenida, sin perdida, da poco descanso, pero se lleva aceptablemente. Primero el bosque, luego ganar el cuchillar, para, siguiendo este, llegar a la cima.





Pasando la Vega de Manín tenemos el momento más tenso del día:  en vereda estrecha, buscando el cuchillar, haciendo diversas cetas, … les vaques vienen cuesta abajo. La prioridad estaba claro quien la tenía: cuando las ves venir, no te queda ninguna duda de que tienes que dejar la vereda libre. Así van pasando una detrás de otra, unas cuantas, en pequeños grupos. Yo ya me imaginaba la noticia: “los cuerpos de cuatro expertos montañeros aparecen en extrañas circunstancias en las veredas de las laderas de Peña Rueda. Todavía se desconoce lo acontecido. Tenían experiencia, iban bien equipados”.



Mientras tanto Jorgito y Mati, van siguiendo el GPS con insistencia. Un poco más pa’quí, un poco más pa’lla. Claro, tanta insistencia en seguir el GPS, aquello se queda sin pilas. Pa un día que todos habían cargado el track … se nos olvida cargar las pilas.




 

Así, ladera y cuchillar arriba, recordando las anécdotas y momentos de hace 13 años, alcanzamos la cima. Ya en la cima, la meteo que nos encontramos es mejor que la de aquel día, pero Maki pronto se da cuenta que allí arriba hace frio, bastante más que abajo. Mati, cual buen samaritano, le da cobijo con su plumas. Mientras, los demas vamos sacando también todo lo que traemos, incluyendo los guantes ochenteros de Mati; nunca comprara otros mejores.







Así, más rápido de lo deseado, empujados por el frio, emprendemos en descenso. Jorgito lo tiene mu claro: “… tenemos que buscar el rio, que una vez me caí en él”. Jorgito recuerda ese río cual los gigantes de Don Quijote. Todo un experto en la zona.

Envidio a tu jumento y a tu nombre,

y a tus alforjas igualmente envidio,

que mostraron tu cuerda providencia.




Vamos bajando, echamos un vistazo a las trincheras de la zona, lugares en los que honrar el recuerdo de aquellos que entregaron allí su abnegación, admirando y reconociendo los picos del macizo de Ubiña en frente nuestro donde alguna vez estuvimos (Siegalavá, Pie Ferreru, Canalón Oscuro, Canal del Infierno, Fontanes, Huertos del Diablo, …) … y no nos queda otra que seguir buscando el río, ese que dejo marcado a Jorgito. En el camino Jorgito, habiéndose quedado sin pilas en el GPS, tiene que elegir: frontal o GPS. Esta vez parece tener claro que no nos tocará andar de noche y, sabia decisión, sacrifica el frontal en pos del GPS … aunque él lo tenía claro … sigamos el río, que yo me caí en ese rio.






Después de reponer algo para el cuerpo en la bonita braña la Cardosina, solo nos queda continuar el camino hasta el lugar donde todo comenzó, por la mañana, o hace cuasi trece años.



Hoy casi 13 años después, daremos el titulo de experto unogradista a Jorgito!!! … digno merecedor del mismo por lo que se curró este día. Un campeón!!!! Lejos de ir como “cliente”, este día se lo debemos a él.Que hubiera sido de nosotros si aquel 25 de diciembre de 2012 nos hubiera dado por quedarnos bebiendo cerveza!!

Salve otra vez, ¡oh, Sancho! tan buen hombre,

que a sólo tú nuestro español Ovidio

con buzcorona te hace reverencia.



 

Ya en Lindes nos faltó la visita de alguien que, casualidades de la vida, habiéndose cruzado en nuestras vidas en momentos distintos, ahora compartimos con grato recuerdo Jorgito y yo, con la esperanza de que alguna vez, más pronto que tarde, podamos disfrutar de su grata compañía.

 

Salud y Montaña amigos …

Trasgu’2025.

 

Citas: Gandalín, escudero de Amadís de Gaula, a sancho panza, escudero de Don Quijote

Fotos de Jorgito y este que escribe.