Ainsa Día 1: ZZ018 Los caminos de Mondebueno y la Madalena (Tres días enduro por Ainsa Zona Zero 2013)

Como muchos otros sueños por un viaje este comenzó con una foto. Una de un sendero, una puesta de sol, una curva bien peraltada, y un pueblo abajo, al fondo. Era de un ciclista haciendo enduro con el paisaje extraordinario de Ainsa de marco.  Suficiente para improntar mi memoria. Solo ponía “Ainsa” en el pie de foto,y ese fue el único dato del que tirar.

Con curiosidad empecé a investigar y descubrí un pueblo inmerso en los maravillosos paisajes del Pirineo oscense. Un pueblo ubicado en el centro de una densa maraña de senderos recuperados de lo que eran antiguos caminos. Y descubrí también que había una iniciativa, llamada “Zona Zero”, que se había puesto a recuperar los antiguos caminos de comunicación entre pueblos, para convertirlos ahora en extraordinarias sendas por las que los amantes del enduro (el de bicicleta) éramos invitados a transitar, reinventando un modelo de negocio basado en turismo activo.

La llamada Zona Zero de Ainsa comprende (datos de julio de 2013) veinte rutas perfectamente balizadas, que transitan por una selección de senderos que aúnan paisajes y diversión. A estas veinte rutas se suman otras trece que ellos bautizan como “otras” y que transitan por zonas un poco más alejadas.

La idea de conocer la zona pronto se hizo ilusión, y después plan. Discutiendo los detalles, todos los colegas veíamos que merecía la pena invertir tiempo en definirla.

Esta no era mi primera actividad de varios días, y a distancia, que me planteaba. Experiencias previas, y sobre todo la que Trasgu y yo recordamos y sufrimos en el Montblanc en 2007, me hacían tener claro que para estos viajes hay que salir de casa con los objetivos claros, y con el grado de improvisación admisible definido. El paso de los años me lleva a pensar que es lo más importante para el éxito de la “aventura”. Por eso trabajamos en definir los objetivos atendiendo a la información existente en cuanto a nivel de esfuerzo, de dificultad técnica, el alojamiento, etc. Fechas claras y compromisos sinceros.

En esta ocasión teníamos más datos de los habituales, porque nos beneficiamos de la ansiedad de Salva, que le hizo reconocer la zona en el puente de mayo, lo que nos permitió hacer una planificación muy precisa.

Al final éramos seis los que salimos un viernes por la mañana de Madrid y Alcalá de Henares en dir. a Pueyo de Araguas, el pueblo que Salva nos recomendó por sus vistas y por las comodidades que nos daba el alquiler de dos espaciosos apartamentos que alquilábamos.

Llegamos a Pueyo a las 17:45 para reconocer el terreno. La amabilidad de los dueños de los apartamentos, extensible a la mostrada por el resto de las gentes, los paisajes y la posibilidad de que las bicis durmieran en nuestro salón confirmaron lo acertado de la recomendación.

Como críos, en menos de una hora estábamos disfrazados de “romanos” y con las protecciones en las manos. Teníamos el tiempo justo como para hacer una ruta corta antes de la cena.

Ainsa Zona Zero ZZ018, Los caminos de Mondebueno y la Madalena, Roja+

La ruta en datos.

• Distancia: 11.4 km
• Desnivel: 452 m
• Dificultad: Roja+. Difícil. La ruta presenta subidas pedregosas, bajadas con mucha pendiente y zetas muy cerradas.
• Agua: En pueblos.

http://bttpirineo.com/rutas-btt/zz-018-los-caminos-de-mondebueno-y-la-madalena

La ruta.
Llegamos a Margurguet todavía con mucho calor aunque las sombras eran ya largas. Poco antes de las 19h empezamos a pedalear por carretera estrecha entre campos de labranza.

Poco a poco ganamos altura y vamos viendo alguna bifurcación que nos hace ver:

1. Que no hemos traído mapa para esa ruta.
2. Que tanto Larcos como yo, los del GPS, hemos tenido un error en al cargar el track al GPS, y este se ve parcialmente.
3. Que parece que los de ZonaZero han puesto balizas.

Conclusión: Que no hay más remedio que intentar hacer la ruta fiándonos de las balizas que ZonaZero ha puesto para marcar el camino.

En ese momento no lo sabíamos, pero los de ZZ han hecho un trabajo excelente, que hace innecesario el GPS o el mapa, aunque siempre sea recomendable su uso.

Total, que dejamos pasar el primer desvío a derechas y tomamos el segundo, que nos mete en un camino entre campo de labranza y bosque, que pasa a camino lleno de piedras dentro de un bosque medio.

La pendiente es moderada y las piedras dan paso a rocas, y luego al típico terreno descompuesto de la zona, un poco árido. Terreno enduro. Subidas a molinillo y temple entre piedras y rocas. En esta zona perdí cinco tacos de mi Kenda Nevegal montada en mi rueda trasera.

Cuando enfilamos de nuevo a la carretera que abandonamos antes, giramos en ángulo recto a la derecha para tomar una vereda que, tras pasar por unos resbaladizos taludes que “esviran” a derecha se torna en senda muy estrecha por denso bosque. El camino es un sendero de montaña muy lento aunque horizontal. Otros dos tacos de la cubierta sonaron como tiros sordos al ser arrancados.

Cuando parece que tomamos velocidad alcanzamos un cruce a derecha y hacia atrás, y en un descenso que dura poco. Tenemos que seguir  subiendo hasta alcanzar el punto alto bordeando el Tozal del Orón por su ladera Oeste, para seguir en dir. Norte.

Tras cruzar una zona de margas resbaladizas entramos en los Sabinales del Cerro de Santa Cruz, un bosque tupido y húmedo, surcado por una senda en descenso, serpenteante a ratos y zigzaguenate a otros, rápida y divertida. Con mucho flow, suelo mullido y piedras bien asentadas que no molestan. Una maravilla que te hace, lo primero, disfrutar como uno hace en los mejores senderos y, lo segundo, agradecer el trabajo de apertura de sendas que ha disfrutado la zona.

Mucho pino, mucho descenso, mucha curva. El sendero se dibuja en la umbría ladera de esa montaña combinando zonas de descanso, con otras de eses en slalom y zetas. No llega a cansar pero si que uno no se extraña  de que termine y se quede saciado. 

Llegamos al barranco de Sieste, al que se ha de bajar con precaución incluso andando.

Tras cruzarlo subimos al pueblo y buscamos una senda que nos lleva dando la vuelta a La Magdalena por un sendero con muy buen ambiente a izq. en una zona balizada como de peligro. 

Tras alcanzar la cima comenzamos el descenso por un bosque muy húmedo de grandes pinos. El sendero en este caso zigzaguea en ángulos muy cerrados y es muy “pindio”. Pero en general de gran calidad.

Al final, cerca del Cinca, tenemos una zona de grandes piedras que hacen que el sendero esté muy roto. En ese punto ya nos quedan escasos 100m de descenso.

En el último tramo Salva y yo nos dejamos ir sin frenar mucho, un pino da fe de ello, y nos adelantamos al grupo. Esperándonos los unos a los otros, pasados 15 min empezamos a preocuparnos. Pero justo en ese momento recibimos una llamada de Larcos, quien también preocupado nos dice que ya están en el coche.

Tras acusarnos mutuamente de haber perdido la senda vamos aliviados a  reencontrarnos.

Ya en casa y analizados los tracks de GPS, resulta que debía de existir una bifurcación que, ciegos del “flow”, no vimos.

Menos mal que Salva y yo nos hicimos una foto junto a nuestra baliza, que nos devolvía la honra.

Tras la ducha, la cena se hizo uno de los bares vinculados a la ZonaZero. Hay que hacer sostenible la iniciativa. Pizzas y tapas grasientas. Seguía siendo todo un fin de semana de hombres.

(continua)

http://uno-gradistas.blogspot.com.es/2013/08/ainsa-dia-2-zz006-trilogia-de-san.html

Buscasombras 2013