3 de agosto de
2013
“
- Nagasena, ¿el
que renace es él mismo o es otro?
- Ni es él mismo
ni es otro.
- Explícamelo con
una comparación.
- Si encendemos
una tea, ¿puede arder toda la noche?
- Claro que si.
- ¿la llama de la
última parte de la noche es la misma que la llama de la mitad de la noche, y
esta es la misma que la de la primera mitad de la noche?
- No.
- Entonces, ¿hay
una tea diferente en cada una de las tres partes de la noche?
- No, es la misma
tea que se ha consumido toda la noche.
- De la misma
manera, Maharaja, el encadenamiento de los fenómenos es continuo, uno aparece y
al mismo tiempo el otro desaparece […] Por lo tanto, no es ni el mismo ni otro
el que recoge el último acto de la conciencia.”
Matthieu Ricard, Trinh Xuan Thuan. El Infinito en la palma de la mano (del Bing
Bang al despertar).
Hay cosas en la
vida que merece la pena recordar de vez en cuando.
Este día tocaba
volver a la escalada. Por unos motivos u otros, yo hacía más de un año que no
me pegaba a la roca, buscando desesperadamente donde agarrarme con una cuerda
como unión a mi vida. Muchas sensaciones las tenía en el más completo
ostracismo.
Niblap me hace la
propuesta, para un día de verano, donde el sol te calienta bien, es
maravillosa: irnos temprano, hacer las vías que podamos, hasta que el calor nos
lo permita, para después finalizar el día con una cervecita.
Este día me
ofrece la oportunidad de conocer a Trixquel… acompañante de Niblap y maestro en
el día de hoy.
En esta ocasión
la zona elegida por Niblap, para mi totalmente novedosa, es la escuela de
Rabanal de Luna, de forma más concreta su sector de las Placas. Se perfecta
localización, a 5 minutos de la carretera nos permitirá aprovechar la mañana de
forma difícil de mejorar.
Para comenzar el
día, calentar músculos un poco e ir abriendo boca, Trixquel y Niblap deciden
que comencemos por una sencillita… el Portal (V-).
Es evidente, que
cuando uno no practica algo pierde conceptos básicos que nunca se deberían
olvidar. Nada más llegar al pie de la vía me doy cuenta de ello. Desenfundo los
gatos, todavía recordaba cómo eran, pero al intentar ponérmelos recuerdo dos
cosas importantes: lo que duelen los dedos cuando no estás acostumbrado a
ponértelos y … lo más importante … hay que cortarse las uñas antes de ir a
escalar. Me esperaba un día duro.
Esta vía la
realizamos sin mayores complicaciones, sencillita y corta, nos permite calentar
un poco. A mi, además, me permitirá charlar y conocer un poco a Trixquel. Un
buen tío.
La siguiente vía,
continuando en la tónica anterior, y perfectamente descrita por su nombre,
Calentar (IV+), con características muy similares, nos termina de poner a tono.
Niblap aprovecha
para “reconocer” un poco los alrededores para, con ello, tratar de dar un salto
de calidad.
Había que tensar
un poco la situación… pasamos a Picachu (V+), ya un poco más exigente, alguno
tiene la tentación de beneficiarse de ayudas “ilegales” … Trixquel no pasa una.
Así llegamos al
momento cumbre del día, Niblap abre la Pitufos (V-) pero Trixquel con la
intención de no perder fuerzas decide enfrentarse directamente a la Pokemon
(6a). Yo también pienso para mi que si la voy a intentar el mejor momento es
ahora.
Esta vía Pokemon
tiene el paso clave al inicio, en los 8 primeros metros, uno de esos típicos
pasos, donde tienes que buscar la regletina de 5 mm. dónde apoyar el píe o
clavar las uñas, nunca mejor dicho. Trixquel es el primero que la abre usa
exactamente la técnica anterior, se ve que está entrenado, se mueve bien.
A mi me toca en
segundo lugar, Trixquel decide que hay que darle emoción y sacar la cuerda para
ir abriendo de nuevo. Inicialmente adopto la táctica de ver que hizo, pero esto
de escalar es muy personal… cada uno lo hace como puede. Allí, a tres metros
del suelo tengo mis momentos de tensión… ya no recordaba que cuando uno se pega
5 minutos tensionado, intentando pasar como sea… te quedas vacío. Lección
recordaba, hay que decidir un poco rápido, no puedes estar media hora que si
pa’qui, que si pa`ya. Volvemos a empezar… esta vez decido buscar mi propia
salida, totalmente distinta a la de Trixquel… en lugar de traccionar con las
uñas decido apoyar apoyar la palma a la altura de la cintura para impulsar con
los pies. Uuffff!! Así consigo pasar este paso clave del día, sin duda el más
complicado., eso si… con meteo incluido (tercer recordatorio del día… ¿Por qué
se mueve sola la pierna?).
Niblap, como un
campeón, también busca la solución a este paso. Un intento por aquí, otro por
allí… y está hecho.
Un 6a después de
más de un año sin escalar, yo me voy más contento que pichote.
Hecho esto,
decidimos cambiarnos al sector izquierdo. Pasamos a vías un pelín más largas,
las cuales te permiten disfrutar un poco más de la situación.
Empezamos por la
Diedro (V)… Trixquel nos insta a no pisar los terregales… “busca la piedra,
deja de pisar la tierra”. La vía no supone ningún problema, es disfrutona,
entretenida, con diversas alternativas. Uno se lo pasa bien.
Se suscita el
momento filosófico del día… el chorizo de León … ¿ayuda a escalar mejor? Yo no
tengo dudas de ello, a media mañana me rehace. Trixquel muestra sus dudas… eso
es como una bomba de relojería. Niblap…
se lo piensa, duda … pero, conocedor por otras ocasiones de tan magno manjar,
se abona a la primera opción, un poco no viene mal (jajajajaja).
Aquí tendré la
cuarta y última lección recordada del día…
si no vas mínimamente entrenado llega un momento que los dedos empiezan
a perder fuerza, tracción… empiezas a agarrarte con el muñón. Estos efectos
empiezan a aparecer, pero dado el momento de la mañana, ya casi al final, no
será preocupante. Hoy podremos acabar bien.
Por último, y
dado que la brisa nos había concedido un poco de vidilla en oposición al sol
veraniego, ya que estábamos allí, decidimos apurar la mañana y llevarnos la
última del día: Alcachofa (V).
Esta vía muy
similar a la anterior, solo se diferencia del paso final, antes de llegar a la
cadena, donde uno, ante una pequeña barriga en la piedra, tiene que sacar un
poco el “culo para fuera”. Vista la situación anterior, con los dedos ya
blanditos, tengo que parar un minuto, concentrarme en los dedos, echar el
resto… y… uffff! estamos en la cadena… si no llega a ser por ese choricín que
me metí como revitalizante. Con esto se acababa la mañana.
Habíamos apurado
la mañana, la cervecita tendría que ser sacrificada. No importaba mucho, había
sido una bonita mañana de escalada, con seis vías para la buchaca y un 6a
incluido, todo ello después de más de un año sin escalar. Yo me iba muy
contento. Un renacer.
Trasgu, 2013.
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