martes, 13 de agosto de 2013

De escalada por Rabanal.

3 de agosto de 2013
- Nagasena, ¿el que renace es él mismo o es otro?
- Ni es él mismo ni es otro.
- Explícamelo con una comparación.
- Si encendemos una tea, ¿puede arder toda la noche?
- Claro que si.
- ¿la llama de la última parte de la noche es la misma que la llama de la mitad de la noche, y esta es la misma que la de la primera mitad de la noche?
- No.
- Entonces, ¿hay una tea diferente en cada una de las tres partes de la noche?
- No, es la misma tea que se ha consumido toda la noche.
- De la misma manera, Maharaja, el encadenamiento de los fenómenos es continuo, uno aparece y al mismo tiempo el otro desaparece […] Por lo tanto, no es ni el mismo ni otro el que recoge el último acto de la conciencia.
Matthieu Ricard, Trinh Xuan Thuan. El Infinito en la palma de la mano (del Bing Bang al despertar).

Hay cosas en la vida que merece la pena recordar de vez en cuando.

Este día tocaba volver a la escalada. Por unos motivos u otros, yo hacía más de un año que no me pegaba a la roca, buscando desesperadamente donde agarrarme con una cuerda como unión a mi vida. Muchas sensaciones las tenía en el más completo ostracismo.

Niblap me hace la propuesta, para un día de verano, donde el sol te calienta bien, es maravillosa: irnos temprano, hacer las vías que podamos, hasta que el calor nos lo permita, para después finalizar el día con una cervecita.



Este día me ofrece la oportunidad de conocer a Trixquel… acompañante de Niblap y maestro en el día de hoy.

En esta ocasión la zona elegida por Niblap, para mi totalmente novedosa, es la escuela de Rabanal de Luna, de forma más concreta su sector de las Placas. Se perfecta localización, a 5 minutos de la carretera nos permitirá aprovechar la mañana de forma difícil de mejorar.



Para comenzar el día, calentar músculos un poco e ir abriendo boca, Trixquel y Niblap deciden que comencemos por una sencillita… el Portal (V-).



Es evidente, que cuando uno no practica algo pierde conceptos básicos que nunca se deberían olvidar. Nada más llegar al pie de la vía me doy cuenta de ello. Desenfundo los gatos, todavía recordaba cómo eran, pero al intentar ponérmelos recuerdo dos cosas importantes: lo que duelen los dedos cuando no estás acostumbrado a ponértelos y … lo más importante … hay que cortarse las uñas antes de ir a escalar. Me esperaba un día duro.


Esta vía la realizamos sin mayores complicaciones, sencillita y corta, nos permite calentar un poco. A mi, además, me permitirá charlar y conocer un poco a Trixquel. Un buen tío.



La siguiente vía, continuando en la tónica anterior, y perfectamente descrita por su nombre, Calentar (IV+), con características muy similares, nos termina de poner a tono.



Niblap aprovecha para “reconocer” un poco los alrededores para, con ello, tratar de dar un salto de calidad.



Había que tensar un poco la situación… pasamos a Picachu (V+), ya un poco más exigente, alguno tiene la tentación de beneficiarse de ayudas “ilegales” … Trixquel no pasa una.





Así llegamos al momento cumbre del día, Niblap abre la Pitufos (V-) pero Trixquel con la intención de no perder fuerzas decide enfrentarse directamente a la Pokemon (6a). Yo también pienso para mi que si la voy a intentar el mejor momento es ahora.

Esta vía Pokemon tiene el paso clave al inicio, en los 8 primeros metros, uno de esos típicos pasos, donde tienes que buscar la regletina de 5 mm. dónde apoyar el píe o clavar las uñas, nunca mejor dicho. Trixquel es el primero que la abre usa exactamente la técnica anterior, se ve que está entrenado, se mueve bien.



A mi me toca en segundo lugar, Trixquel decide que hay que darle emoción y sacar la cuerda para ir abriendo de nuevo. Inicialmente adopto la táctica de ver que hizo, pero esto de escalar es muy personal… cada uno lo hace como puede. Allí, a tres metros del suelo tengo mis momentos de tensión… ya no recordaba que cuando uno se pega 5 minutos tensionado, intentando pasar como sea… te quedas vacío. Lección recordaba, hay que decidir un poco rápido, no puedes estar media hora que si pa’qui, que si pa`ya. Volvemos a empezar… esta vez decido buscar mi propia salida, totalmente distinta a la de Trixquel… en lugar de traccionar con las uñas decido apoyar apoyar la palma a la altura de la cintura para impulsar con los pies. Uuffff!! Así consigo pasar este paso clave del día, sin duda el más complicado., eso si… con meteo incluido (tercer recordatorio del día… ¿Por qué se mueve sola la pierna?).


Niblap, como un campeón, también busca la solución a este paso. Un intento por aquí, otro por allí… y está hecho.



Un 6a después de más de un año sin escalar, yo me voy más contento que pichote.

Hecho esto, decidimos cambiarnos al sector izquierdo. Pasamos a vías un pelín más largas, las cuales te permiten disfrutar un poco más de la situación.


Empezamos por la Diedro (V)… Trixquel nos insta a no pisar los terregales… “busca la piedra, deja de pisar la tierra”. La vía no supone ningún problema, es disfrutona, entretenida, con diversas alternativas. Uno se lo pasa bien.



Se suscita el momento filosófico del día… el chorizo de León … ¿ayuda a escalar mejor? Yo no tengo dudas de ello, a media mañana me rehace. Trixquel muestra sus dudas… eso es como una bomba de relojería.  Niblap… se lo piensa, duda … pero, conocedor por otras ocasiones de tan magno manjar, se abona a la primera opción, un poco no viene mal (jajajajaja).



Aquí tendré la cuarta y última lección recordada del día…  si no vas mínimamente entrenado llega un momento que los dedos empiezan a perder fuerza, tracción… empiezas a agarrarte con el muñón. Estos efectos empiezan a aparecer, pero dado el momento de la mañana, ya casi al final, no será preocupante. Hoy podremos acabar bien.



Por último, y dado que la brisa nos había concedido un poco de vidilla en oposición al sol veraniego, ya que estábamos allí, decidimos apurar la mañana y llevarnos la última del día: Alcachofa (V).



Esta vía muy similar a la anterior, solo se diferencia del paso final, antes de llegar a la cadena, donde uno, ante una pequeña barriga en la piedra, tiene que sacar un poco el “culo para fuera”. Vista la situación anterior, con los dedos ya blanditos, tengo que parar un minuto, concentrarme en los dedos, echar el resto… y… uffff! estamos en la cadena… si no llega a ser por ese choricín que me metí como revitalizante. Con esto se acababa la mañana.





Habíamos apurado la mañana, la cervecita tendría que ser sacrificada. No importaba mucho, había sido una bonita mañana de escalada, con seis vías para la buchaca y un 6a incluido, todo ello después de más de un año sin escalar. Yo me iba muy contento. Un renacer.



Trasgu, 2013.

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